viernes, 20 de mayo de 2011

Hasta la última gota



Algunos, los más “políticos” se quejan de que la gente no es capaz de hacer lo mismo por el alza del pan, o por la educación y la salud. Que de seguro todos esos pelafustanes hippientos, son unos universitarios snob sin verdadera conciencia de clases. Que no tienen idea lo que es la lucha y el hambre, menos el Golpe, y la verdadera represión.

Que la revolución twitterilla es a penas la sombra de lo que fue Mayo 68, y aunque estemos en el mismo mes, jamás correrán por nuestras venas cibernéticas el verdadero fuego de quienes quisieron un país mejor. Yo les digo que aunque todo eso pueda tener cierta, a penitas, un poquito de razón, no se puede aguantar algo así, a pesar de esos algunos.

La tierra no tiene forma de defenderse, so pena de los tremendos telúricos y las bocanadas de mar que arrastran la “obra humana”. Los animales, la misma cosa. Y eso de que “la ecología es el nuevo opio del pueblo” según Slavoj Zizek, sí, lo admito, pero por lo menos es mejor opio que el fútbol. Es como comparar el copete con el ácido. No hay dónde perderse.

Y si nos ponemos a la lata con los medios de producción, y la tendencia de meterse en el bolsillo el medioambiente por el “progreso de la sociedad”, también tendríamos que estar enchuchados como para salir a la calle. No por la inundación de Llanada Grande y la requeté hermosa flora y fauna patagona que desaparecerá del mapa nacional, sino porque la “energía” de los españoles y la clase política chilena, va directo a ser utilizada en la minería.

La minería, esa que nos fue arrebatada poco a poco, la que tiene un royalty miserable, esa que beneficia el enemigo interno que por más modernizado que esté, seguirá siendo una trampa para los más débiles. La minería, esa que contamina el norte, la que carece de condiciones laborales básicas. La minería, actividad históricamente usurpada por el gran capital.

Sin energía no hay minería, y por eso tanto proyecto, tanta inundación, tanta acción de Endesa y Colbún siendo gravitante para la estabilidad de los mercados.
Obvio que es un asunto país, cuando el país en que vivimos es una empresa que pone a buen resguardo sus utilidades.

Hemos visto cómo la región de Aysén ha sido asolada con proyectos que sólo benefician a un par de tipejos que chorrean, un poco, a los referentes de opinión, y a los honorables, para que la cosa vaya viento en popa.

El epic fail de las salmoneras, con su virus Isa, su cadena de producción del terror, su muerte de especies nativas, y la llegada de la corrupción, eso que al seremi de salud lo hizo abstenerse de votar a favor de Hidroaysén. El puterío, y su enfermedad venérea que arrebata la pureza del paisaje y del corazón del hombre pueblerino.

Por eso no es un tema “ecológico”. O no exclusivamente, y en buena hora. Se los dice una fanática de “Ballenas” de La “Manos de Filippi”.

Es nada más tener clarísimo, como el agua que fluye arrebatada por los caudales de la Patagonia, que nos quieren robar hasta la última gota de dignidad, hasta la última gota de sentido común, hasta la última gota de respeto por nosotros mismos, los habitantes de Chile.

martes, 17 de mayo de 2011

El Sinceramiento



Hay varias cosas que de veras podrían cambiar el mundo. Por ejemplo que se diga abiertamente que la mujer que mató a sus hijos recién nacidos y que escondió en tarros de pintura, no lo hizo solamente de mala y de psicópata, sino porque no existe un aborto accesible y seguro, como tampoco un acceso fácil a la píldora del día después.

El discurso se sabe recrea realidades y por eso tenemos una realidad tan miserable en términos éticos. ¿No cree que sería mejor que Obama nos dijera: “dado a se viene la reelección y quiero quedar bien con los republicanos, voy a seguir al dedillo la política antiterrorista, emulando a Bush, mi otrora contrincante político, y haré una ofensiva comunicacional a costa de mi compañero en la fe, con el cual apenas tengo una letra de diferencia, Osama”.

Todos quedaríamos más tranquilos de que no hay un reverso, una cuota de hipocresía, una maraña o transfugués que nos deje un sabor de boca agriado por la desconfianza.
Por lo menos a mí, me parece que don Enrique se equivoca al asesorar a Don Francisco y decirle que porfíe con que él no es el padre de No-Flores.

¿No sería mejor que tuviera un hijo “por fuera” como la gran mayoría de los hombre chilenos de su edad? ¿No sería más cercano para la gente? ¿Hasta una esperanza para el huacherío cabezón?

Además, Don Francis ha realizado sábado tras sábado concursos de paternidad, con muestras de ADN ¿Qué mejor que él protagonizara uno de éstos?

Sería lindo que la verdad fluyera regando todos los deltas de quienes quieren navegar en el transparente mar de honestidad, sinceridad y buena fe.
A mí me hubiese encantado que cuando era una preadolescente me hubiesen advertido sobre la eyaculación y su viscoso secreto de la vida. O por último, cuando ya la leche estaba derramada, de que cuando uno amamanta se contrae el útero y uno ve unos burros verdes más chúcaros y viriles que los que vio durante el parto.

Esas cosas se callan, e innecesariamente, pues Wittgenstein concluyo en el Tractatus logico-philosophicus que “de lo que no se puede hablar, se tiene que callar”, pero en este caso sí se puede decir, trasferir, comunicar, pues se trata de experiencias vitales comunes y corrientes, y aun así no se hace.

¿Qué sucede? ¿Se trata de pudor? ¿Se trata de ser un desgraciado que quiere que los demás paguen el noviciado?

Hay temas de imagen pública, de política internacional, de intimidad que no quieren que sean divulgados, pero no por eso se debe jugar con la mentira que ni siquiera alcanza para la creación de mitos, pero quizás sí para formular creencias basadas en la conveniencia de quienes solapan situaciones de poder mediante un discurso trucho.

Uno debería ser lo suficientemente inteligente para darse cuenta del porqué de cada cosa, pero cuando se es bombardeado de informaciones que además son expuestas bajo el prisma de la “ley”, muy pocos pueden extraer la esencia de lo acontecido, y juzgar bajo parámetros que respondan a la naturaleza del ser humano y no a normas basadas en la hipocresía y el salvaguardo del status quo.

Por ejemplo, hoy por hoy Lavín hace el pertinente esfuerzo de acabar con el bullying en los colegios, pero ni el mismo se da el tiempo para explicar esta tendencia cada vez más común en la sociedad: La violencia proviene de modelos institucionales que ejercieron el poder mediante el terrorismo de estado.

La historia se deja de lado, y se ataca nada más que la representación actual de una cadena de hechos desafortunados que enquistaron la ferocidad y los actos de barbarie para con el más débil.

Extraño resulta, que queriendo enmascarar nuestro pasado, reduciendo las horas de enseñanza de todo eso que es nuestro ADN nacional, materia prima de la cual se construye nuestro presente, se espere lograr una toma de conciencia de que la “Comunidad” en este caso educativa, debe forjarse en el respeto y el cariño.

Es evidente que hace falta un sinceramiento. Un develamiento. Una salida del closet. Pero para eso usted y yo debemos a comenzar a decir la verdad, frente a nuestros cercanos, lejanos, pero sobretodo frente al espejo, para comenzar a validar esas ansias de cambio que tanto declaramos que queremos experimentar.

lunes, 2 de mayo de 2011

Gastos superfluos




Me duele la cabeza, la guatita, y varios de mis músculos. Tuve que ir al doctor, porque misteriosamente me salió un afta al final de la garganta, al lado izquierdo de la campanilla, y resulta que me ha dicho que tome una cantidad de remedios impresionante.

Cada uno tiene un nombre bonito y pronunciable fácilmente, por lo cual le digo que coloque el genérico, pues para estos casos, el Doctor Simi es mi pastor. Accede y me adelanta lo de la efectividad, y que las tradicionales penicilinas han pasado de moda, cosa que me hace sentido, pues en mi vida los pinchazos de cualquier tipo también están out.

A pesar de que la faringitis y el afta no me quitarán la vida, me fui a una farmacia a averiguar cuánto salía la receta. Luego de conocer su precio, noté que la debilidad y el decaimiento se agudizaron al solo imaginar tener que perder mi dinero, ese escaso que se va como un amor de los malos, de entre los dedos con líquida pericia.

Es verdad que mí platita terminaría más temprano que tarde en un bolsillo mercanchifle, pero ok, que no fuera en la registradora de estos miserables!! Quizás si alguno de los medicamentos estuviera coronado con estrellas de colores…pero no, solo compuestos inofensivos para el sistema nerviosos central.

Para ganarse la vida hay que perderla, y para recuperarla hay que ganársela. Un círculo del cual los economistas sacan zumo y se lo toman con pajita y paragüitas multicolor, echados hacia atrás. La fórmula perfecta para cada quién, a la medida de sus gustos y aspiraciones.

Y uno que es de medio pelo, de esos que les gustan un par de libros al mes, a veces sólo para lucir en el escaparate, y el Internet rápido para llenarse de datos inútiles con la pretensión de saberlo todo, como el bibliotecario de Borges, una enfermedad por simple que esta sea, te puede dejar a fin de mes hablando de pobreza y aislándote de las salidas por un par de bares que harán de tu noche el porvenir.

Me compré un perro, y eso me salió caro, como su correa, su porta perros, su comida, y el lavaseco para mi plumón orinado de manera recurrente. Mi hijo es también un gasto, pero él es más bien austero, salvo por su adicción a la tecnología.
Y se acabó mi futuro.

Había que pensar de forma rápida y decir: aaa ya, gracias! Y correr por el corredor de los shampues y las cremas, pasando por los trecientos tipos de prestobarbas, poniéndose a salvo en la calle, donde ni por un segundo se debe pensar en bebiditas y dulcecitos o caridades, porque uno está igualmente carente, pero a Dios gracias, con un sueldo mensual, y unas entraditas, que aunque hay que apretarlas, y ustedes muy bien lo saben, tardan, cuestan, pero llegan.

Y aunque sé que hablar de plata es entero de flaite, siempre llego al mismo punto: el cuidado de la mujer, que muchos no saben cuánto se desembolsa, por lo natural que uno parece (ojalá), se hace con repercusiones importantes en la economía doméstica. Ahí es cuando quizás andar disfrazada de buzón, o como estropajo oscuro por las calles, cobra sentido.

...De todas formas me han contado que es allá donde Victoria Secret tiene sus mayores utilidades… La competencia entre tantas esposas, es la causa tan poco socialista de querer acaparar “bellezas privadas” bajo un mismo techo. En fin.

Otros gastos “superfluos” pero absolutamente necesarios son la pildorita que, además aumenta la turgencia mamaria, los juguitos de fruta natural antioxidantes, y la crema iluminadora de cutis, y la dermatológica para mi persistente adolescencia cutánea. Y qué decir del asunto del cambio de temporada. Uno no puede andar con bota chala toda la vida, y debe decidirse por más díscola que sea.

Y ya que estamos en esto, a no ser que viviera en Iquique, mis gastos en depilación son ostensibles. Es cosa de mirar la foto y darse cuenta que mi axila es impecable. Entonces, entre ser una fea de mierda, y una tísica romántica, no hay donde perderse. Ahí en mi cartera descansa la receta, mientras que mis pesitos ya se han ido en pisco sour, medicina natural por lo demás.

“Elige vivir sano”



Una de las características del fascismo es su discurso que acoge diversas vertientes, haciendo que la gente se confunda y finalmente no tenga control sobre sus decisiones.

Ahora, a la llegada de los mass media y todas esas teorías y prácticas de la sociedad del espectáculo, decimos que en realidad esta cuestión ya no existe, gracias a la democracia y la participación, y que los discursos “inclusivos” no son más que una forma entretenida, y “cercana” de llegar a la “gente” (disculpe las comillas recurrentes, pero son conceptos que usted y yo sabemos manoseados y despojados de su sentido más auténtico).

Esta forma a la que echa mano Piñera, un personaje tan pop como la Tigresa del Oriente, con sus muletillas, y sus tics, repetidos hasta el hartazgo para causar fruición hasta en sus más obstinados opositores- ya lo decía Lacan, en la repetición se encuentra el goce- es el que genera un pastiche finalmente amigable, que nos hace resignarnos; “aguantarlo por un par de años”, como rezan unos papelitos amarillos, no precisamente por el sol, que han circulado con tanta efectividad, que incluso uno terminó pegado en el mueble de cocina de mi casa.

El asunto es que estamos bajo el mando de un presidente, y un gobierno completo, que deberíamos declarar interdicto, o por lo menos con arteriosclerosis, o si queremos modernizarnos, con Alzhéimer, o alguna de estas enfermedades del sistema nerviosos central con nombre de apellido nórdico.

Extraño me resulta, por ejemplo, el asunto de “Elije vivir sano” y la prohibición de la chatarra, ciertamente más barata que la fruta y la verdura que se nos vente a precio de exportación resultando difícil de solventar con los sueldos Mc Donald’s, frente a los niñitos de La Greda, la prohibición de las bicis en la calles, la suspensión de apoyo a los medicamentos y tratamientos de enfermedades “raras”, la instalación de termoeléctricas, y un sinfín de condiciones medioambientales provocadas por una horrible forma de vivir, que Jimmy Swaggart nos enrostraría incluso haciendo vista gorda de sus propios pecados.

Se trata de un discurso cazabobos, que aplica slogans publicitarios para demostrar cierta entereza moral frente a tanta incongruencia, a tanta fisura que intenta ser tapada con fonolitas del techo para Chile o algún marketing manado de los verdes ojos del ministro Kast, las finas polleras de la Primera Dama, o la varonil manzana de adán de Cruz Coke .

La idea no es aportillar la Really Political, o creerme del bando de los díscolos, nombre que responde a algún tipo de hueso desenmarcado de su posición original, una impostura dolorosa, que de entablillarse volvería a su lugar.

Los que se encuentran en la cálida cobija concertacionista, revolcados entre sus piojos y ladillas, no se alejan demasiado de este delirio sin poética. Se encuentran también inmersos, de una forma más cauta, más austera, llevando bajo el sobaco planes y programas que jamás fueron aplicados durante sus gobiernos: una sarta de estudios de perogrullo, expuestos como novedad, como “carta” para una próxima elección. Así lo hizo Lagos un domingo en horario prime, mientras en todos los canales nacionales los programas de “talentos” imitativos mostraba a chilenos encantados con ser otro: Esa celebridad que por lo menos tiene la ventaja de “elegir” vivir como le plazca, bien o mal.

Que no tiene restricciones, ni prohibiciones de supuestos padres sociales, que también son imitadores, y que a la legua se sabe no tienen más talento que el de la exposición y la palabrería.

Todos unos interdictos validados por sus familias y grupos de poder que se desviven por conseguir la asesoría comunicacional del guatón Correa, o los datitos de Pato Navia, mientras la verdad se presenta espantosa en una niña gorda y enferma, pobre como un animal, que junto a su abuela les es imposible “elegir vivir sano”, porque el mundo y sus ofertas, no tienen en su inmundo escaparate ningún snack de cien pesos con ese nombre.