viernes, 10 de julio de 2009
Poeta chilena dispara
I
Pálida en la huida por los océanos más grandes del sistema
la organizadora de orgias y huelgas de hambre
Fiera iba fiera venía durante quince siglos desafiando los satet- elites galileos.
Brillante homicida rítmica, nunca miro al cielo porque allí todo es pasado,
Y tan terráquea como se lo permitieron las fuerzas combinadas del sol y la luna compuso el mapa de la muerte y su formidable melodía luctuosa.
Su apertura fue un disparo hacia la absoluta altura, dejando a la noche coqueta, abisal y primigeniamente pornógrafa, con sus fractales caóticos confundidos,
Rindiéndose a paso torvo por el silencioso camino de las galaxias.
La poeta homicida, en su primer acto, desarticuló el orden intergaláctico y sólo
su cuerpo contuvo la dimensión intrínseca del objeto vivo, deseante en la azucena
y el cactus, en los gladiolos y los perros, en la abeja y su zumbido.
Cambiando el ritmo de los orfeones, da en el blanco, atraviesa a los ídolos religiosos, desfigurándolos, dejándolos a imagen y semejanza de la NADA.
El impacto, arrebozado en el esternón y el ombligo entelequia-cos, se inclina como brújula hacia un punto cardinal, navega por la ruta de los de pelos en pecho, imperiosos y despóticos en la conjetura del cero.
La poeta homicida se va secando el dorso húmedo de su mano helada;
expía la raza de su fantasiosa inopia: “el hombre creó el mito” y suspira,
sin dejar de recordar, ni por un segundo, que Cristo fue honesto y malinterpretado.
Como un racimo que cuelga de un parrón atávico,
con la esclerosis de una consonante concluyente en el destino de la palabra,
el tirano inmutable se sujeta de una ramita; darwinista de vocación parásita
y la poeta chilena dispara, sobre él, sobre él, el HOMBRE, una bala
diseñada con los arrojos claviformes de una cultura olvidada
en la pequeña y elegante carterita de Medea.
Percuta el arma todo lo que sea necesario y hasta que quede convertida en
un puñado de florecitas moradas, jóvenes, regeneradas como las lunas menores de Saturno, asteroides capturados
Balas, que como semillas se anidan
en el útero prebiótico y gélido de la Colt
((Perdonen lo poco))
(La Magnum checoslovaca estaba para colisiones alentadoras, con daños más alentadores, en orbitas ambiguas, lejanas, más allá del bien y el mal,
cercanas al placer “de despernarnos juntos”, como diría Pound, matando a un fiscal económico que busca pitutos en algún buffete de trasnacional cafiche, o a expertos que sugieren una teoría exacta y amoral para el drama de la maximización de este ser humano, que se aleja, velozmente, eyectado por la civilización, hacia la cumbre de la torre de Babel, a donde ni el dopler electromagnético capta el mensaje y su destino. ¿Donde está el Mesías?)
Un fluir gimoteando ¡bang-bang! agujerea los enfados y certezas del mancebo plagiador de la historia: tiránica, oxidada, cogida desde las suelas de un botín manchado con sangre y boñiga.
Fingidor de heroísmos, evitador flagrante del desvanecimiento natural de las cosas sin importancia, facineroso remedo, fantasía enajenada en caprichos rugosos como la piel de un paquidermo. Fome, fofo, fistulado que
Forongo y devergonzado fue yendo por la vida
Por fin cae en los brazos sinceros y radicales de la muerte
Apasionadamente geocéntricos, le exhortan a dejar la buena costumbre de almacenar hipocresía, peculio, verdades desleales con su origen e infelices vástagos: herederos del estercolero dislexo.
La poeta chilena, aún caliente por la volcánica estampida,
por el inmenso favor concedido
ya ha bajado el Revolver.
Constituyente y nueva se aparece arañando la ruinosa circunstancia
Encendiendo el pensamiento con la evidencia de la pelea ganada
Rozando el descontrol y la ferocidad
Prodigiosa
Pisando el rostro del cadáver enfriándose, y desde la cretácica esfera
Canta, en clave titilando, en avieso corpiño, en excelsa cordura. Intrépida:
¡La paridora del mundo merece más que una pintura ecuestre, un mausoleo vitalicio, una animita en la intermodal!
¡La cancerbera del núcleo enigmático no está para la liquidadora, ganando como obrero ruso, disfrazada de terno-ternero y vaca-corbata!
¡La llamada a ser la María de las Marías, la Sarah Connor de las Sarahs Connors, no le interesa poner zapatos de mecanógrafa triste sobre obituarios de mujeres tristes, de funcionarias tristes, de mano de obra barata tristes, de empleadas sin salario, tristes, todas tristes, ni le incumbe inventar neologismos canallescos para penalizar la barbarie y el desamor¡
El arma de fuego humea laxo al costado de su flanco trémulo
Ha disparado y se siente conforme
Ha logrado que el trayecto infinito libere su estirpe
II
Póstumo el macho fustigador sostiene con la mano curtida la inconmovible bandera del planeta moribundo, aterciopelada como los ataúdes que se hunden en los potreros y bajan len-ta-men-te los vestigios de una raza antropomorfa e insaciable que, inconclusa, en la tacha, en el silencio, en el error
se cuaja como el sebo de un cerdo
y se diluye con el calor matriarca que mana del disparo sólido y luminoso de la poeta homicida
“¡Obra de la magia, la tierra me está cubriendo de su fecunda bravura¡
¡La estrella me alumbra y sobre mi vientre un Belén encadenado a la divinidad caníbal, se libera de idiotismos estructurales¡ ¡Tengo fe¡” musita ya muerto
con un disparo en el pecho, con todo el peso del mundo y la banderita flameando como un ser feliz un domingo de fiesta
Comprendiéndolo todo, queriéndolo todo, habiéndoselas con todo
Mas la poeta homicida caza en la vorágine, un dueto de mandíbulas…
(las del macho otrora fustigador y las del ángel que le ha dominado en la necrópolis con cordura auténticamente jesusiana)
…con los caninos destemplados, varoniles en amarillento y hediondo tabaquismo, para desgajarlos uno por uno, apelando a la tamaña farsa que sería
RESUCITAR en un nido destruido
“Las franjas de gaza se reproducen como cigoto del séptimo día” piensa la poeta homicida,
mientras carga la pistola de dientes y mendrugos, de ruinas del sucio muro, grosero y hostil, de pascuas incrédulas, mediocrizadas por la usura que nos convierte en zombies, sólo para condenarnos a asistir a nuestros propios funerales.
La revancha se ha propuesto mutilar los necesarios aconteceres reales
en donde
La Verdad, esa viejita con el complejo de Diógenes que come pañales y vive bajo los escombros de un horrido edificio,
se encoje de hombros…
Y POR FIN… aparecen los vacios caminos desintegrando desgarros.
Blanquean,
dejando huellas de luz en las rojas arterias de la poeta asesina.
III
La ilusión me arde como poesía en el lomo bruto y no quiero verme fea babosa vagabunda, locuaz gallina cloqueando, castigada con la locura longeva, encinta de la noche amedrentada porque hay andrajos, órganos virulentos y desmontados animales sometidos con máquinas succionadoras
Mastitis en las ubres de la vaca sagrada
Ponzoña en la sangre de los pollos que saben a pescado afiebrado por el virus Isa, piojoso, en un leprosorio en el fiordo de Aysén.
La reducción binaria, la emancipación doliente de los sentimientos sublimando lo femenino, el descompromiso ribonucleico de dos gametos divorciados por culpa de la simiente vertida en la espectacularidad extrema de un bukake japonés
La deuda externa, ataúd de las diásporas pendientes, guillotina de los viajeros, alcaide de las cárceles llamadas países, el macho adolescente y su fuerza pendular hacia el macho anciano, bipolar entre la juventud y la vetustez como los zapatos escolares de los niños del norte
desconsoladosdesoladosdegollados
por la nigromancias simbólicas de Moisés
y sus Tablas de la Ley: Los padres con épica sordera, nada más llegan
cuando el grito en cuello se ahoga en estrafalaria y emética pirueta
“!!!¿Porqué me has abandonado?¡¡”
Me sacuden la sombran,
tiznada y clandestina como un tren que carga pichones que huelen a lluvia; rugiendo en la pretérita pretensión de ser sacerdotisa matriarca, mi vientre es un cuero duro manando sangre, emprendiendo
la jornada dura de la genital mortaja
Y yo, poeta chilena dispara, tenía la idea de que los fuegos del volcán más alto de Chile me crisparía las vísceras
Pero no hirvió en mí la época de ser Generala de la Internacional Situacionista, o como tú, buena poeta, poetiza! Generala Sandinista
Y la idea de estrella y de fuego se desmigaja, sin que una paloma se tiente, haciéndome falaz tránsito hacia los calados del equinoccio
Es la noche del mundo la que me llevo a cuestas
Es el páramo de la luna desnuda en el alba inmóvil, el que me ataja
en un duelo Perpetuo. Terrorista. Es la lengua la que se me cae a pedazos
por una enfermedad endocrina sentenciada y untando con pepas de sandias
las zarigüeyas que roen las lentejas en mi garganta,
la fuerza de los fuertes me recuerda que
rencoroso solo cuida a rencoroso
Y me resigno en la vereda del olvido, o del CRIMEN
y la memoria de ginebra me vomita el trasero en un paraje desconocido,
voraz como la boca
de un lobo atrapado en la trampa del cuchillo sangriento.
Sin replicas ni macabros dioses, los clásicos impecables los pongo entre renglones
Mi gélida y mortecina perdida cromozomática habita en el pánico del ánimo romántico. Se me frunce el entrecejo misionero, cursi enamorado, con gusto a limonada caliente, deshidratada dentro de un sachet postmoderno,
marketeado con una pegajosa sigla con diéresis.
Mis ideas penetradas por los cuernos, por los cuervos, por las crestas horridas
Evadidas por la espera, me recuerdan que recuerdo
¡Es la nostalgia un denso trauma llenando el vacío!
IV
Olvida, POR FAVOR BUENA POETA, POETIZA! mis ideas que son sollozos proferidos por un espíritu atormentado y políticamente incorrecto
Esperanzado
Insatisfecho con su existencia en el abismo de la alienación totémica
Nunca más
Ya las tengo tentadas a caerse por el estrecho camino de la poesía polvorienta
de los cementerios
A caerse con estrépito como dentadura anciana
A CAER…se, para despertar- me –muda-me-nuda_ desnuda entre los sueños y
el aroma a cobre de las cordilleras
y a través vigilando los colores perpetuos que profesan futuros desde hace mucho
...desaparecidos
La mujer no existe.
A comerme a dientes puestos los cocodrilos pandilleros y satánicos están próximos.
Me ofrecen la barba de Nefertitis. Me dan el sillón de la presidencia del universo antes de servirme como plato de fondo…
No sé si aceptar Porque: sinadiexistesinadierrecuerda Si nadie
ES
el niño indómito indolente saltarín como la pulga de un burro
se disemina mi inoperancia, mi inacción, y caduca mi idea de ser yo,
La estrella. El fuego del volcán más alto de Chile. La enana marrón brillante
desde muy lejana distancia, como un cuesco dura, y ENÓRMICA a milímetros
del lector inmolado en medio de mis versos
No otra, Tabulada, con honoríficos cargos decorativos
Espejo bizarro, multiforme, destiñendo y deformando el sol que habita en las lámparas de agua
Como cuerpo polímero y lascivo, o acartonado
y espantoso como catedral de níquel, con agujeros impávidos para los mandados.
Me parapeto apenas sujeta de la más austral hebra de mi género:
Diosa pagana encendiendo todos los soles en un veranito de San Juan
Liberando la luz de los altos crepúsculos heridos por molares humanoides fetichizados por blogs y facebook, msn, Hi5, códigos binarios en la pantalla cocida con monedas en una tinaja de instintos
cristalizados en caramelo de feromonas interactuando en el inframundo
de la red abstracta, que sujeta
los dorsos de un mundo irreal: paráfrasis bíblica en un epitafio rimbombante,
falseado para glorificar lides jamás concretadas…
Y TODA LA PRENSA, TODA, CON SUS EDITORIALES Y SUS CARTAS AL DIRECTOR, haciendo barra a las estulticias generacionalmente transversales, aunque nepóticas.
Las cajeras de supermercado con su moño feudal y las funcionarias indestructibles y amenorreicas, comprimidas en la manufactura barata y el 8 de marzo
Tienen hijos criados industrialmente
Que ya nadie, Y escucha bien, buena poeta, poetiza!
Que ya nadie dedica poemas blancos
Que ya nadie, Y entiende bien buena poeta, poetiza¡
les hace creer en unicornios, ni les lee cuentos de los hermanos Grimm y menos llora por los “piececitos azulosos de frio”, invisibilizados en las estadísticas
que los marca, rebaño de la Re (s) pública, con un minúsculo 13 porciento
en la encuesta CASEN ¡CASEN, CAZEN, CACEN¡ a otra incauta
/La pedofilia es nada más que una preferencia en los Tags de los portales más visitados y la Unicef una buena vitrina para futbolistas de renombre/
Apenas se escuchan los pájaros
El pesticida vitivinícola los ha matado casi a todos.
Quizás solo fue un agujero especulador mecanizando el particular gesto del mundo:
La reproducción humana y su tragedia en la repetición de un escalofrío aterido en el fondo
de la piscina de un narcotraficante que obliga a la mamá de Luis Miguel
a conjugar con maestría griega el verbo lesbiázein
Tiene el paladar marcado con una huella india y su rostro
finalmente líbido y trocado por la arcada.
El opus dai y el legionario de Cristo pecan como Onán durante la ducha matinal
y las únicas incautas son las adolescentes risueñas que en el liceo público sintonizan un reggetón misógino que les ordena empotrarse
Embaucadas por la tormenta desaforada de los espasmos
pero sin arte ni parte ¡El Amor!: rastrojo de funcionales glándulas cerebrales secretando la química fulera para lograr que muchachos
pobres y sentimentalmente inválidos las fecunden
(o inválidos y sentimentalmente pobres las fecunden)
para seguir contando la misma historia, de madres y huachos, de huachos y madres vengando con amor psicótico, el curioso enigma de la santísima trinidad
ANTUCO!!!!!!!!
me repiten los oídos
Y toda la cháchara compulsiva es entusiasmo feminoide radicado en
el hipotálamo y el periné dulzón, que obliga inmundamente a seguir
el positivismo escrito en la página de sociales, donde sonrientes caras
patentizan los romances.
La oportuna mercadotecnia de las emociones me regala el optimismo junto a la venta de bálsamo para cabellos teñidos.
Soy usuaria sin línea de crédito, persona hipotética y fantasmagórica, cautiva
A la cual las ideas se le esparcen como esporas
hasta perderse en un pañuelo desechable o a la sombra de los muros cóncavos que cercan la fábula, que de moraleja ya no tiene nada...quizás un efecto dopamínico que tuerce la voluntad de los faunos extraditados a las grandes ciudades
en donde la línea de producción es protegida con apósitos
hechos con bosques vírgenes del indómito sure chileno,
igual que los tampones y las toallitas higiénicas, con y sin alas,
diurnas y nocturnas
¡Somos un ejército de tabúes talando con nuestras vaginas las selvas ígneas y verdes! ¡Que nos dirían las amazonas de haber existido!
¿Qué nos dirían
o cómo nos torturarían de saber que nuestra sangre es un nicho de consumo?
Misses diecisietes posan con sus pantaloncitos blancos para las cámaras
y el folleto instructivo es una ilustración artefacta de una fábrica que debe
ser liquidada por sobrepoblación de bastardaje.
Me lamento de haber disparado, me lamento de ser la poeta homicida matando
por determinismo biológico a los de apéndice miserable.
Me lamento de ser de una especie víctima como los pusilánimes que usufructúan de la debilidad,
cual comensal digestivo, bebedor de costumbres en trofeos de guerras dilapidadas, enaltecedor del dolor. Numerario activo de una milenaria secta reaccionaria…
Me lamento y pienso en que no me he pensado más que como sombra atravesada, con la vida prestada por un don nadie que verdaderamente no existe.
Ayayaisito!!! Con la flojera y el miedo, esa parejita exitosa
que tiene su nidito de amor dentro de todos (aún más de ésta, que se ha dejado, cómodamente, permear por las alucinaciones patriarcales)
porque quizás, es cierto,
Somos todos hermanos, Jesús.
V
La idea de la estrella me sigue arremolinando el caos cojo en mi sien macabra
Y el fuego del volcán más alto de Chile me encumbra hacia un cielo curado
en donde me siento a pastar con parsimonia, en rumiante mordida.
Con los labios laxos masco un poema para los niños que sobran
con su hambre de todas las épocas.
Vanguardias famélicas y desadaptadas, Chiitas y sunitas
como si fuera ayer y hoy día el mismo tiempo,
cuentan los pasos descendentes en una cadena involutiva, infausta, inevitable.
Desagraviando a los demonios hundidos en el magma ético de los cavernarios,
mi trazo rupestre,
de trashumante culturalmente saturada como mandala,
tensa mi caligrafía analfabeta entre el ruido de mis tripas y la come-zón
de un saber implícito bramando en la ignorancia,
y
Con mi último delirio cortejo la misericordia de los chivatos
que comen rodajas de carne naranja en la intimidad de mi sobaco lampiño
Para no perderme en el camino vacio, y avizorar
algún océano matemático que sofoque la falsísima bondad de los abandonados
poseída y con la franqueza depredada
por la incorregible represión de ser víctima autocensurada,
olvido la diatriba aventurera,
valiente,
que anunciaba el resplandor avasallador de una blanca y enorme bola de nieve...
me pongo a clamar, timorata, precavida del ridículo que es querer sentirme libre:
“Estrella venusina, puntual, a la ultima hora del día, la primera,
guárdame con sigilo los fuegos del volcán más alto de Chile
y te entregaré la premura de las mujeres
que no existen más que en su endémica impostura”
...Pero yo soy la estrella y no puedo escucharme. Yo soy la estrella.
La poeta chilena que dispara...
Es la tragedia de Dios, supuse (Y me acordé de que mi Judas ya estaba muerto.
Yo misma le había disparado)
VI
La poeta psicópata, la mujer de la locura amarga y reconciliada con el odio,
se dispara en defensa propia, suicidando el gen malvado
para que el universo vuelva a ser lo que era hace 15 millones de siglos.
¿Porque los gatos ya no respetan agosto y gimotean frenéticos y terribles como un crio molesto con la vida, se muerden y rasguñan con la osadía de un huérfano,
se matan en duelos genocidas con la condescendencia de un monarca, sin dejar de hacer el amor, y teniendo orgasmos exultantes sobre los tejados todo el tiempo?
((88 Me pregunta una voz de niña mientras me abraza el dulce calor del infierno. Por fin ardo. Volcánica 88))
Los animales se acoplan sin celo, y no existe agosto, porque se vive sin tiempo
porque AHORA existe el amor existe, justo en el final, justo en el comienzo.
El amor es un agujero
La poeta chilena ha disparado.