Hace 48 años atrás el Diario El Siglo publicaba el vivencial de uno de sus profesionales y militantes. Raúl Urrea, reportero gráfico, se apropió de las "mil palabras" destinadas al periodista. El ladrón del tiempo y espacio que mágicamente era capaz de trasformar la realidad en una toma, evoca, además, los momentos en que fue captada y explica el contexto que da vida a la fotografía.
Una pésima noticia. No tengo la fotografía y aunque en las escuelas de periodismo enfaticen que vale más que mil palabras, el ojo de Ulin -Raúl Urrea, mi tío favorito, es capaz de volverse todas ellas.
¡ERA EL PUEBLO¡
¿DE Qué manera me impacto la toma de sitio en la comuna de Las Barrancas?. Cosa difícil para uno que acostumbra a “ver”gráficamente las cosas y la preocupación del mejor ángulo de toma de cualquier acontecimiento . Pero este hecho no era un acontecimiento común y corriente, por lo menos para mí, no era una concentración de pobladores, no era un desfile de pobladores ni mucho menos una concentración de juntas de vecinos: no, era algo que no podía encasillar y comparar gráficamente con hechos similares visto a través de mi cámara fotográfica. He aquí lo difícil de describir menos cuando un altoparlante anuncia con insistencia una concentración, la que nadie va a asistir; “en breves minutos más se realizará una gran concentración e invitamos a los vecinos a participar, en la que ...(y seguí a el altoparlante anunciando y dando la lista de los oradores). Justo a la hora que estaba anunciada la concentración comenzó un movimiento y un ruido que no indicaba nada de lo que iba ocurrir. Eran voces, pero no se veían rostros, eran pisadas, pero no se veían zapatos ni piernas, era algo que lentamente, en principio, se movía y avanzaba y en cosa de cinco minutos, justo donde el sol arrastraba, como queriendo arrastra polvo , irrumpe ese “algo” y se rompe todo y comienzo a ver rostros, cientos de rostros, miles de rostros , mujeres niños, abuelos, jóvenes, despliegue de banderas, bulto, tarros, martillos, ollas. Tembló la tierra, eran miles de pisadas a la carrera, eran vivas, eran voces de combate. ¡ERA EL PUEBLO!
ULIN.
Reflexiones que sobrelleva este texto escrito hace 48 años:
1.-El neoliberalismo triunfante a construido un nuevo sujeto.
2.-Uno empoderado por medio del mercado.
3.-Ya no puede denominarse pueblo a ninguna comunidad, puesto que hay una grave disputa entre lo que quieren individualmente los sujetos y lo que podría, en el caso de unirse, querer para la comunidad.
4.- La única forma existente de reivindicación es la que manifiesta el usuario- consumidor, al ver vulnerado sus derechos de compra.
5.-Finalmente, se ha desarticulado la masa, sin que haya conseguido una justa reivindicación. Por lo tanto no es tan grave. El pueblo está en coma, pero no muerto.
martes, 6 de noviembre de 2007
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