lunes, 23 de febrero de 2009

Muéreme o ámame

I

El amor me llega como a la mujer que soy
como al animal humano doliente y guerrero

le pasa a miles de seres poseídos por las esféricas formas
Poblados

Los movimientos redondos de la muerte y de la vida me sostienen en un baile parrillero
como una presa empalada sobre un fogón hecho con espinos

En el conejeo encantado
adentrándome en las madrigueras en temporada de caza
dejo que el cazador me alcance con perdigones que vuelvan mi carne incomible y algunas veces
con la herida encaramada en alguna región cóncava
me deja huir gracias a mi rápida carrera hacia la ternura
Antídoto de cualquier disparo

Como una hormiga orillando la sombra del agua
espero no caer en el ahogo y simplemente sigo la trayectoria líquida con cuidadosa y señera desconfianza
con desatinada certeza de un destino

pero cuidándome

II

Destilando mi sangre en un fermento escatológico lavándome con sal
los dientes
soy una trabajadora incesante en mi búsqueda y luego una perezosa recalcitrante que se pierde en su perdida

el amor me llega siempre antes
y cuando es perfecta la juntura

ya estoy yo conmocionada
urgente
sobrevolando la crisis

entumecida por el viento sur y desolada por el sonido que hacen los
árboles

y es entonces despues del sincerismo
de la fuga de gas
del extremo deporte de convidar a la muerte a morirme
que me cuido

agarrandome firme de su flanco amante para pedirle que me quiera
un ratito
como humana que soy
como mujercita que soy
como un ser poseído por las esféricas formas que soy
Poblada


Empero en la tira cómica los dedos uno a uno se sueltan y caigo
sin reírme ni un sorbo
sin beberme ni un rabo la pena /aunque si
y toda
y me ahogo habiendo intentado sostenerme en la sombra del agua
en el tierno deambular de las hormigas serfistas
bolivianas

III

Compungida esperando que el momento
ese de la muerte sea breve
me asombro de sus años y los venideros
de aventuras silenciosas sancochadas en la pálida mirada de los sin ojos

y mis labios lívidos y jadeantes se vuelven un pedazo de nuez rancia aún en su corteza
podrida inciliada no nacida

¡¡muéreme o ámame¡¡

qué tortura es el páramo del alba

IV


Consiguiendo las posibles cartas del futuro me contento con el colgado

me contento SIN CONTENTARME con ver que la muerte aún se ríe sosteniendo al amor por el pescuezo
abrigándolo con cerveza caliente
obligándolo a vomitar por la nariz
palmoteandole el culito
diciéndole que está rico
que se mueve rico
que es rico

nada más

la eutanasia jamás nunca