sábado, 28 de agosto de 2010

El Anarquista Imaginario




Habiendo tantos ex -lauchos, miristas, y frentistas convertidos en funcionarios públicos, empresarios y respetados colaboradores del sistema neoliberal, es casi milagroso encontrar a uno de ellos en la lucha contra el poder mal habido y rastrero sin haber sido seducido por la ANI. Raro, por decir lo menos. Escaso, y por lo mismo sospechoso, como lo fue el operativo realizado por Harboe en la Usach con sables requisados que terminaron siendo parte del vestuario de los bailarines folclóricos, y productos explosivos que habían sido sacados de los laboratorios de química. Porque no digamos que es nuevo el combate a las “organizaciones terroristas”, aunque a Hinzpeter le quede mejor el poncho del fascismo.

La ofensiva contra el anarquismo es tan antigua como el negro hilo del estado patronal, tan vieja como la guirnalda floreada da libertad individual; la pugna permanente, la tensión dialéctica que nos sitúa en una estructura en donde la clasificación, ordena y decide el futuro.

La idea de salvar el mundo sola, abandonada a un arrojo tan egoísta como desprendido, me parece imposible hoy por hoy. Más cuando creo en el robo hormiga, pero la pienso dos veces, ya que mi pobre tía la pillaron echándose a la cartera un bloqueador solar que los médicos declaraban necesario para el combate en contra de los UV y era demasiado caro para comprarlo. Entonces estuvo 6 horas en una comisaría y luego en tribunales declarando por hurto. .. Estuve en una radio comunitaria, pero me echaron por ofender a uno de los próceres por decir que un pasado laucho no inmuniza en el presente cuando se es secretario de Girardi y se intenta acallar a la asamblea con las jinetas apolilladas.

Y HASTA AHÍ NO MÁS LLEGÓ LA CAUSA.

Ahora soy una anarquista imaginaria. Juego Counter strike por el bando de los terroristas, escribo columnas incendiarias, y me contacto por Internet con los conspiradores. Igual me considero libertaria, hago mi modesto aporte escribiendo algunas líneas, intentando criar a mi hijo sin el velo miserable de la dominación, teniendo un proyecto de vida distinto, pero no soy La Pasionaria, como los “anarquistas” chilenos no son Sacco y Vanzetti, o Garibaldi, o Pirandello.

Pareciera que somos anarquistas, pero imaginarios. Nosotros nos imaginamos anarquistas porque la émica de nuestro discurso es contracultural, porque nos rapamos alguna parte de la cabeza y usamos camisas leñadoras, tomamos vino cunetiado y creemos en la educación popular. A veces nos atrevemos con buenas frases en las paredes. Nos encanta la canción “Matar al presidente” y sabemos bien qué es lo que NO nos gusta, que es casi todo. Pero como todo tiene lugar en este mundo, hasta nosotros somos una pieza del puzzle amalgamado con mentiras y miserias.Un trofeo de guerra imaginario para los falsos perseguidores de siempre: Ridículamente, una “Candelaria” del Saint George que pone bombas en iglesias cuicas.

Tan Ridículo:

Como inculpar a 14 anarquistas de asociación ilícita con pruebas tan débiles de parte del fiscal Peña: grabaciones acusatorias en la que una de las inculpadas le pedía a otro de los formalizados que le recargara el celular con $3500 y que luego le devolvía la plata. El pequeño servidor dijo entonces: "Bueno, eso demuestra que había complicidad entre ambos".

Como mostrar un Power Point de rayados manifestando que “Dios no Existe”; más que evidencia en el caso “BOMBA”, son herramientas para aterrorizar a las abuelas devotas.

Como denominar a una casa Okupa como “Punto de Poder”. Otra de las alegorías hiperventiladas y alharacas, para darles importancia a estos jóvenes buenos mozos, con alto nivel intelectual y defendidos por los mejores abogados dedicados al tema de los derechos humanos. Pruebas para la risa, simplonas, poco serias que derivaron en la puesta en libertad de 6 de los supuestos “terroristas”, que quedaron con arraigo nacional.

A título personal, ojala contáramos con una organización poderosa capaz de liberar a los Mapuche en la Araucanía, a los obreros subcontratados, a los deudores habitacionales…Uno le pone color, lo imagina. Pero no.

lunes, 23 de agosto de 2010

DEDICADA A LOS MINEROS





¡Y A TODOS NOSOTROS QUE EN LA SUPERFICIE ESPERAMOS QUE UN REDENTOR VENGA A RESCATARNOS¡

sábado, 21 de agosto de 2010

Hijos del rigor…mortis





En la Mazurquica Modérnica, mi canción contestataria favorita, las cosas quedan bastante claras. El poder en sí mismo es el que contiene las aberraciones de la explotación. Por así decirlo, los funcionarios que sirven en esta estructura, no tienen más culpa que la de ser no sólo mandados, sino que obedientes con cierto automatismo. No hay una victimización del apatronado entonces, sino una necesidad que tiene cara de hereje.

Las cosas en doscientos años no han cambiado y posiblemente sigan siendo así en un millón de años más, sobretodo por la diferenciación, primero sexual, y después racial y de clases, que hace a los seres humanos sentirnos “especiales”. Incluso intentando hacer “refalósicas revolucionicas”, unos siempre terminan siendo “más iguales que otros”, parafraseando la fábula de Orwell. Pero, la lucha intestina que tenemos por pertenecernos a nosotros mismos, no tiene correlato cuando debemos hacer las labores encomendadas por la estructura, pues el soldado nazi también perteneció a una cadena de mando y fue humillado por sus superiores. El tema está entonces, en cuanto somos capaces de ceder de nuestro poder personal, o más bien dignidad, con el afán de pertenecer a la masa productiva, que utiliza las trampas del ego con un afán completamente inverso: la homogenización.

En Chile, como en el resto del mundo, el único freno a los abusos, llega cuando ya es tarde. Por eso debieron morir calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzó la fuerza pública ante la negativa de abandonar la toma con la que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían, para que quedaran en agenda los derechos del trabajador. Lo mismo sucedió con los “Héroes de Antuco”, que provocaron la resolución de hacer el servicio militar voluntario. Qué decir del tsunami o maremoto en las costas del centro sur, recién luego de la catástrofe se dispuso modernizar los sistemas de sondeo sismográfico y las comunicaciones con centrales internacionales.

Ahora con la pequeña minería, luego de tener un derrumbe completamente evitable en la mina San José, que dejó sepultados a 33 mineros copiapinos, se comienza a debatir sobre la escasa y casi nula fiscalización de parte del Estado de Chile, que se surte de esta faena altamente peligrosa sin los estándares de seguridad pernitentes, y peor aún, sin los impuestos correspondientes a tamaño esfuerzo del obrero. Pareciéramos estar frente a la obra del entrañable Baldomero Lillo, pero cien años después. La “cuestión social” se ha quedado en los Paper sociológicos, o las obras de Gabriel Salazar, premio nacional de historia despedido de la Universidad Arcis, a la llegada de Max Marambio como presidente del directorio.

Si bien es cierto que el papel del Estado es cuidar a los ciudadanos, parece que la segunda tarea, la de cuidar la propiedad privada, es el imperativo categórico que domina. Pues haber cedido a las presiones para la reapertura de la mina durante el 2008, en pleno mandato de la socialista Bachelet, es la evidencia de la holgada relación entre los patrones y los “servidores públicos”.

Hijos del rigor…del rigor mortis. Porque se necesita la visita de la “huesuda” para comenzar a hablar sobre los derechos, olvidados ante tantos deberes ciudadanos.

¿Cuantos muertos necesita la historia de un país, me pregunto, más un país golpeado por la tiranía, para reaccionar? ¿Cuánta hambre, rabia y sufrimiento?

Es como si estuviéramos esperando al Mesías, esperando ya sin esperanzas más que la de la leyenda cristiana que desde el cielo, extramuros de esta condenada cárcel a tamaño mundial, venga “alguien” a rescatarnos.

(y eso que no me acordé de Chaitén)

jueves, 12 de agosto de 2010

Un mono que más pareció un mamarracho



Los “monos”, tenía entendido, eran levantados en periodos de campaña por los operadores políticos para que sus jefes, los candidatos, pudieran tener buena cobertura de prensa. Así se logró el Lagos Weber y Joaquín Lavín posaran étnicos –pintando el mono- en La Isla de Pascua, para el deleite de la opinión pública, que no es otra cosa que el parecer del duopolio de la información, o cuarto poder, destinado a mejorar la imagen de los poderosos. Pero resulta que me equivoqué, porque los “monos”, éstas situaciones de fantasía que logran captar al público fácil, encarnado por un electorado cada vez más acotado y vetusto, son la forma oficial de hacer política en nuestro país, todo el tiempo. Así se capta a la audiencia y la triste simpatía de ciudadanos que han confundido a los políticos con “artistas”, que puestos como comediantes, aseguran un lugar en escena dentro de la sociedad del espectáculo. Ahora, podíamos esperarlo de casi todas las instituciones privadas y públicas, más aún teniendo como antecedente el magnifico ritual chileno denominado Teletón, pero digo casi, pues en un país profundamente cristiano, no se esperaba meter en el mismo saco a La Iglesia Católica.

A pesar de ser más tendiente al satanismo que al catolicismo, producto de una espeluznante experiencia en mi más tierna infancia siendo alumna de Los Sagrados Corazones, guardo total respeto por instancias como La Vicaría de la Solidaridad presidida por Raúl Silva, quien nos dejó un legado de justicia y apoyo a las víctimas de la Dictadura. Pero hoy por hoy, la obra del Cardenal, ha quedado como un lejano recuerdo, pues los casos de abuso a menores, pederastia e incluso almacenamiento de pornografía infantil, han mermado la habitual reverencia de los fieles y de la sociedad en su conjunto. Al parecer la iglesia debía, por su subsistencia, levantar uno de estos “monos”, un distractor que nos hiciera olvidar a los Karadima Boys, relatando en horario estelar, las guarradas del sacerdote, o al esquizofrénico Escrivá de Balaguer, con sus discípulos, su esposa y niñitas incluidas. Y quien mejor para hacerlo que Goic, el cura con estampa de actor de películas de terror, ese que con su sotana negra repite agitado el terrible “Vade retro Satanás”. Si bien se agradece su contribución a la discusión sobre el Sueldo Mínimo hace un par de años, para éste reajuste, estaba en otra. Levantando el mono del Indulto Bicentenario, quiso tapar la mansa cagadita que tenía dentro de su corroída institución. Ésta parece ser una de las peticiones más osadas, por decir lo menos, que se ha hecho, tomando en cuenta que para éstos personajes existe otra justicia, la canónica, en donde sí se practica una suerte de “indultos” a la mayoría de los clérigos que han incurrido en delitos, y por medio del pecado de “omisión” se dilatan los juicios, o simplemente se hace vista gorda de los casos. A lo más son “dados de baja” como se hace en otra de las justicias a parte como la castrense, o la de la Fifa, en donde las penas son de suspensiones en la participación en los torneos.

Ya hace varias decenas de años “la cuestión del sacristán” dejó clara la división entre el poder del Estado y el de la Iglesia, y hace aún más tiempo que Napoleón se calzó la corona sin esperar que el Papa le hiciera los honores. Por eso resulta incomprensible que en el siglo XXI se venga con estas propuestas, más aún sabiendo que un indulto general, sin hacer distinción entre civiles y militares, necesariamente iba a provocar una división en la frágil unidad nacional. Lo único “general” que es digno de acceder, es a la Huelga General, pero a un perdonazo a los violadores de derechos humanos, apelando a la indulgencia que ellos jamás tuvieron con quienes persiguieron, torturaron y mataron, es radicalmente descabellado, absurdo e inaplicable.

Si bien es bastante evidente que este es un “mono” parado por la Iglesia, no queda bien claro porqué sacó beneficios de esto Hinzpeter, al rechazarlos de plano, y Sebastián Piñera al negar indulto a los delincuentes, narcotraficantes y procesados por casos de lesa humanidad, distinto a lo que hizo Frei con el narco Vargas Parga y Lagos con el asesino Manuel Contreras, al que incluso agradeció por colaborar con la aclaración del crimen de Tucapel Jiménez. Es innegable que el gobierno de derecha, aprovechó inteligentemente el blufeo clerical para limpiar la mancha sanguinolenta en la conciencia de la patria, y que a los curitas no les sirvió más que para empeorar la ya dañada institución, incapaz de generar una propuesta seria, o al menos un “mono” coherente, pues éste nada más les alcanzó para mamarracho.

sábado, 7 de agosto de 2010

la estetiCista

La prueba del delito yacía como marca en mi cuerpo, y ese "estuvo ahí", no me dejó tranquila por dos semanas.

Lo obvio del ejercicio del poder, era lo que me enmudecía.

Me guarecí una semana completa para no dejarme en evidencia, pero el tiempo, en ese entonces, era dinero. Fue una semana después cuando volví a desnudarme frente a la esteticista. Haría borrar las fraccideses y abundancias, marcas sin la violencia fresca, más amables y hasta bellas. Él mismo, años antes, dijo que yo necesitaba un tónico reafirmante haciendo un show al estilo ¿Quién le teme a Virginia Wolf?, pero en versión libre a lo Morandé con Compañía, en frente de nuestros compañeros de clases que celebraron a viva voz. Es decir que, de alguna manera, yo estaba ahí por su causa. La vulgaridad que compartíamos y que no queríamos asumir. Quería ser "otra" para él, para gustarle. Necesitaba de la sofisticación, lo "distinto" al habitual transito de deseo.

Decía que las "gordas eran más agradecidas", y había una que no olvidaba porque le pedía que le apretara la cara mientras copulaban. Se reia de las gordas.

La masajista (ESTETIcISTA) se horrorizó al ver un África completa tatuada con un verde agusanado en mi brazo posterior, abajo de la axila y hasta el codo. Le dije que había sido hace una semana, que ya no importaba, que me dijo borrón y cuenta nueva. Le conté lo del vestido azul, lo de la foto, y de "los ojitos" que se supone, yo puse para otros. Lo demás: el mantra misógico de "maraca" y el cigarro que saqué de su boca y apagué en su horrible camisa café. Que me había sacado de un ala, y que me había caido en el umbral de la puerta, que me había dolido y que en ese momento me pegó en la cara un manotazo de ida y de vuelta. Luego le conté que al otro día, en un cine, me había hecho callar de una manera malvada. Que se molestó no sé porque cosa, cosas mias, en las que él no se metía. Le molesto que otro que podía ayudarme, lo hiciera.

Siempre pensaba en carne. En trasvacije, le dije a la esteticista. Me dijo que así era a veces. Recordé a mi tía y sus consejos, esa misma semana, cuando vino. Al parecer todas las mujeres mayores cercanas en ese momento, me vieron y me dieron un consejo.

Mi tía me dijo que estaba loca si seguía en eso, que los hombres celosos están malditos, que donde miran hay trampas y veleidosidades. Mi mamá también fue justo esa semana, cuando el moretón estaba más morado y hacia calor. Me dijo "te sacaron la cresta pues hija", y entendí que no había sido un accidente. Que, aunque en esa tocata me pegó también, yo había reaccionado, y por último, me había servido para llegar a él. Era estúpido, lo sé. Estaba loca. Pero lo que teníamos estaba más allá de los límites, por lo menos los de él, y yo siempre quería seguirlo. Era su fans. Pero ahora era distinto. Lo encontré malo. Sobretodo por dejarme a pata pelada y sin abrigo con todo el frio que hacía. Qué me mintiera. que me dijera que me había tirado las cosas por la ventana y que se las habian robado. Que solo me dejara pasar por verguenza de que lo vieran sus amigos que estaban en la botillería, y que creyeron que yo le estaba gritando "te amo", cuando le estaba diciendo "devuelveme mis cosas". Que se rieran porque estaba medio desnuda, con el vestido azul, sin pantys ni zapatos. Y cuando subí, ahí estaban mis cosas. Encima de su inmunda cama.

La esteticista dijo que no, que llamaría a su yerno, amigo de él, para decirle que cómo se le ocurre tener amigos así. Yo me opuse, y no creí que lo fuera a hacer. Hasta que supe que sí, que así fue. Que él estaba furioso. Que no quería verme más. Entonces hice un último esfuerzo, cuando equivocó el mensaje para su hermana y me llegó a mí, pero no hubo caso. Me dijo que "ésto" era privado, que "éstas cosas" no se contaban. Recordó fantasias de ayer, cuentos de su mejor amigo, canciones de franz ferdinan, y luego el mismo mantra misógino; yo le recordé que él era igual a su padre y que terminaría peor.

Y me fui. Sí, me fui, tan lejos como pude. La esteticista me había dejado tan rica, tan frivola, y con tantas ganas de cariños amorosos y festivos, que llegué hasta el atlantico, y florecí en una isla.
Su violencia se diluyó en el pasado, como la carne machucada se recompuso en dos semanas en mi brazo, mi costado y mis patitas apretadas reiteradamente contra la puerta. Yo las puse ahí para sacar mis cosas. Pero cerró la puerta varias veces, hasta que tuve que quedarme afuera. Y ahí pasó lo de "devuelveme las cosas"...

...Quizas deba poner la otra mejilla como me influencia su madre y su mejor amiga, pero no me olvido. Tengo memoria de elefante
... Quizas algo se machucó en mi cerebro en ese tiempo.

El dolor de ser tonta. De haberme comportado como una miserable rata, palpita en alguna parte. Recién ahí recordé que decía que "a las flacas el pico le llega más adentro". También se reía de las flacas.

Si no hubiese sido por mi esteticista, seguiría lamentandome aún más, por lo inevitable.

martes, 3 de agosto de 2010

El Desasociego



"El cansancio de todas las ilusiones y de todo lo que hay en las ilusiones: su pérdida, la inutilidad de tenerlas, el antecansancio de tener que tenerlas para perderlas, la amargura de haberlas tenido, la verguenza intelectual de haberlas tenido sabiendo que tendrían tal fin"

Fdo. Pessoa