viernes, 24 de febrero de 2012

Los dueños de casa

No es por ofender, pero la figura de la “dueña de casa” siempre me ha parecido vomitiva. En primer lugar porque es un decir, y no una realidad. La mayoría de ellas no son dueñas de nada, sólo de su obsesión por lo doméstico y por las reglas que han impuesto en ese mediocre reino, como moneda de cambio por su, muchas veces autoimpuesto, cautiverio.

Una vez escuché que la política comenzaba ahí, en la dueña de casa y sus reglas de mierda que parten por limpiarse bien los pies y no fumar en el living. Y que luego de eso, viene el asalto al poder en los municipios, desde el Aseo y Ornato, Seguridad Ciudadana, Control de Plagas y una sarta de menudencias que fácil se lograrían coordinar con una buena organización vecinal.

Pero no, está el dueño de casa, o la dueña de casa, que le gusta dirigir el tránsito como paco raso, para tener una cuotita de poder acorde con una ambicioncita de poder, que no se fija en ningún futuro sino en un presente represivo y conservador de las buenas maneras, que seguro aprendió en la casa-fundo donde pasó cada uno de los veranos de la infancia.

Este es el Alcalde u Alcaldesa, un señor o señora, preocupados del tejemaneje de una comuna que tratan como fundo, feudo o casona colonial, en donde imponen sus ideologías, pero no de forma ideológica propiamente tal, sino que práctica; y justamente he ahí el problema.

Esta base política que les da atribuciones, y en donde se sientan los culos de estos verdaderos patrones, es la que hace que el avance sea impensado hacia una política autogestionada o con mayor autonomía, obviamente que no para ellos, sino que para el pueblo.

Acostumbrados los “ciudadanos” a ir a las oficinas de los municipios, a reunioncitas con el alcalde, a “exigirle” de esto y de aquello, se han alejado de las soluciones que ellos mismos podrían crear con un poco de ingenio y creatividad. Así el mal de la política se ha instalado desde este primer escalón hacia el poder: el clientelismo.

Los mejores amigos de los alcaldes terminan siendo los paquetes de fideos, los trabajos al mejor estilo pen y poj, y esos títulos de dominio de tierras que con suerte se podrá sostener una media agua.

En Valparaíso cómo olvidar a Pupy, el alcalde regalón de los cerros, que dio a manos llenas tierras de quebradas en donde se construían casas que al primer chaparrón terminaban cerro abajo.

El alcalde Diamantes, gorda Pupy, o Hernán Pinto y su hoyo de 20 mil millones de pesos no afectó a que se tirara a Senador, y ahora, a las primarias de la Concertación por un nuevo periodo parapetado en el “Castillo de Greiscol”, como cariñosamente se le dice a la Municipalidad porteña, pero sí afectó a la madurez política de los electores.

Es ahí, insisto, en donde reside el drama. En el hijo que a sus 35 años sigue viviendo en la pieza con el poster de Iron Maiden pegado en la muralla, corriéndose la paja escondido, comiéndose toda la comida que le regalan mientras se jibariza su independencia proporcionalmente hace caso a las reglas de la casa.

Tenemos un sinfín de ejemplos de alcaldes. El de Penco, de Ñuñoa, Providencia, Peñalolén, Iquique, Viña del Mar, Valpo, Pelotillehue, Springfield, y en realidad, el de cada localidad de punta a cabo, con ese prototipo de dueño o dueña de casa, en una dictadura del cotidiano que se embadurna de mediocridad en la chimuchina de la necesidad primera, lo único que pueden responder con algo y solo algo de efectividad, porque para las grandes cosas, como la educación, está requete demostrado que no les da el ancho, aunque su cinturita de huevo, diga lo contrario.

Es importante ya que no podemos extirparlos, darles nuevas necesidades. Exigirle al dueño de casa que no solo saque la basura y riegue el jardín, sino que implemente reciclaje, no basureros clandestinos de donde saque la plata para los pendones y gigantografías de campaña.

Exigirle forestación, plazas, parques, ciclovías, infraestructura deportiva y recreativa de calidad, política de tenencia responsable de mascotas y por supuesto, un sinceramiento. La educación no es lo suyo, recordemos el 2x1 de Reginato “Bozzio” que no tenía la media completa, y deleguen al Estado la responsabilidad.

No por la plata que se les da por la subvención vamos a tener a estos cortoplacistas y domésticos dueños de casa, decidiendo un futuro que tan poco les importa.

sábado, 4 de febrero de 2012

El ANTICRISTO



A punto de dejar partir la vida, como formalmente se le conoce, la infradescendencia empuñaba un mástil en señal de ofrenda. Flameaban las velas y las banderas al compás de un viento campesino que arrojaba escupos fieros sobre la siempre burda superficie.

Esperaba sin desvelo al ANTICRISTO. Ya había ido y vuelto, y de nuevo a la peor de las cruzadas. Obedecer a un padre ausente, que aparecía como una voz convirtiéndole en psicótico, y subordinarse a la patología, a su propio drama, negarse vicios, por lo menos públicamente, y entregarse a la chusma inconsciente. Ahora por lo menos sería más arriesgado, porque de Mesías a Redentor hay mucho camino recorrido, y esta vez, de seguro, el viático tendría para darse ciertos lujos.

La gente entendía que la victimización ayuda, pero también envilece. Que el dolor otorga misericordia, pero también lástima. Que la bondad enternece, pero también invalida. Todas esas modas nihilistas, y luego todo ese acento rubicundo en el hedonismo, habían causado terremotos psíquicos. No era necesario ser romano para tener uvas en la mesa, o vírgenes del Peloponeso. No había que ser judío para practicar la usura y condecorarse como elegidos. No había que ser Jesús para prometer calidad de vida y reglas de convivencia, bastaba con una primaria.

La potestad estaba dada a granel, y las ganas, el ímpetu, el Prozac y el Valium que harían milagros sobre los siervos. Porque aquí todos hemos nacido con boca, y si somos mudos existe el lenguaje de señas.

Entonces su segunda venida no era con el carácter de vocero, o de predicador, o de pastor, o de político tradicional, ni siquiera el de líder natural. Venía porque el tiempo así lo determinaba, y no hay nada que hacer cuando se cumplen los plazos prescritos por la naturaleza. Los tiempos de siembra y de cosecha son siempre los mismos y aun de la variación del clima y el calentamiento global, sobreviven las cuatro estaciones. Los niños nacen a los nueve meses y los potrillos a los 12. Y así el momento del cese y el apogeo, de la vida y de la muerte tienen un carácter histórico dado por el habitual y sencillo reloj biológico.

No le interesaba más que aguardar por el anillo, por la espada, por la mancha de aceite en medio de las cejas. Esperaba por qué, el poder le era dado de forma mágica y contravenía incluso las voluntades y los deseos populares. Nadie sabía bien porqué debían creer en él, pero los beneficios siempre son tomados en cuenta, y eso de que finalmente se hará justicia y los pecadores pagarán, hacia ponerse a la mayoría del lado de los buenos.

Pero como en todo hay azar y más de algún error hemos arrastrado, como sabemos que las instituciones funcionan (y no hay posibilidades de lucha cuerpo a cuerpo, y solamente maquinas y oficinas de inteligencia y guerras frías donde quiera que se vaya), y que las traiciones han tomado protagonismo para desencadenar el futuro, podemos esperar que los cálculos salgan mal, y toda esta historia, con sus sacrificios dolientes y heroicos, cristianos, filántropos, mesiánicos, así como las voluptuosas orgías embebidas de abundante soberbia y putrefacción paganas, no ha valido la pena ni la alegría.

Podrá por fin desacreditar a los Beatles, porque simplemente él será más grande, no solo por resucitar, sino por volver a exponerse como cantante pop, como político durante campaña, como pornostar en Gang-bang, como narcisista bloguera, y haciendo uso de sus estigmas, romperá el vaticano, escupirá a los financistas en Wall Street, castrará a los musulmanes en la Meca...

Y sodomizando a los pederastas en algún cibercafé de nombre libidinoso, se dará cuenta que ante tantos anticristos, sólo puede hacer una cosa. Dejar de hacer el ridículo, el mismo ridículo que hacen los niños anarquistas que terminan muriendo como el tío lucas por una explosión rastrera, o las mujeres que intentan liberarse y terminan solas siendo acusadas de lesbianas, y unírseles para liderarlos.

La dialéctica, el materialismo histórico, el binarismo metafísico, la reducción dicotómica, se están derramando y esparciendo, al igual que los polos se derriten para ocupar la totalidad de la superficie. Esa es la gracia mortal que permite que él venga renovado, que deje su nombre de pila y castigue a todos sus manoseadores colocándole un prefijo antitético, crítico, porfiado y actual.

Jesús el ANTICRISTO volverá está vez como el hijo bastardo que es, por la democratización de los pecados.

Amén