martes, 29 de julio de 2008

miércoles, 23 de julio de 2008

El día de la marmota y Yira Yira


Luego de comprender un tanto, es dificil poder comprenderlo todo. El cerebro achurrascado por los rieles fogueantes de la realidad, me aceleran al punto de continuar la hebra por siglos, con un sigilo absurdo y decrépito. Es ahí donde estaba, en la plaza Anibal Pinto,entre ciber y ciber, cuando me crucé con esa vieja tristemente viva. Me miró con su máscara rota,que filtraba por ambos flancos la más grotesca ola de agua estancada y pútrida. Su hedor a insignificancia me hizo sentir empatía. Su coyuntura de pobre chilena me inclinaba hacia mi sola miseria futura.

"Cuentame una historia original"

¿Saben cuantos viejos me han pedido una moneda esta semana? La verdad es que no los he contado.

Mi moneda sucia, tan misera e insignificante como la mendiga; menos cruel y más limpia, fue a caer en sus manos llenas de verdaderas tragedias. El dinerillo la tiene corrompida. El auxilio, el asistencialismo, la solidaridad, la tiene corrompida, y a todos de algún asqueroso modo.

La vieja como la historia.

Entonces... ¿Cómo frenar cuando se va a millones de de años luz?

Pensando en cómo disfrutar el Día de la Marmota me distraje luego de ver representado el espectáculo de la decadencia.

¿Que tal el niño del tambor? Obsolescente en su porte, mas de astucia sabia y reformada. El acto de reiteración creativa distinto al inexorable paso del tiempo que genera prolapsos históricos, almorranas históricas, hemorroides y espercolados históricos, en donde todo lo que ha estado contenido por milenios sede por fatiga de material.

Ya lo decia en Rey de los judíos (ni lo uno ni lo otro me simpatiza, pero muchas de sus frases para el bronce resultan concatenar bastante bien ciertas ideas)
"Sean como niños". Interpreto esto no como la libertad de basarse en pendejadas para gobernar-nos, sino en el poder para cristalizar el "momento" en busqueda de la construcción de imágenes, como se puede hacer en la virtualidad. Perfeccionar los tramos hasta llegar "a gusto", como la sal, al eterno día feliz.

El avance vertiginoso nos obliga a mutilar la experiencia que se monta luego de haber sido desmontada. La realidad es diferida: ya es parte del pasado.

El "momento" se ha ido para siempre y lo único que queda es el recuerdo (clásica frase de bolero), el revisionismo compulsivo disgrega cerebros, embroma y atemoriza a generaciones.

Nada nos pertece.
Todo pasa y todo queda.

¿Cuál entonce es el verdadero avance?

Al parecer somos seres agarrados del tiempo y su progreso para poder avanzar.
Una ilusión.
"Sumar tiempo no es sumar amor"

Un buen amigo me ha dicho que la fe y el amor son lo mismo.

El humano vive de memorias y se posa en el futuro con la artimaña tecnológica. Su presente se conforma con el aliento etéreo y se sucede en tal cadena de acontecimientos que nunca es dueño de su destino.

En resumidas cuentas, el acaparar un lapso de tiempo y eternizarlo, aprender a disfrutar el Día de la Marmota, es el acto más subversivo posible en una era en donde la inmediatez devoradora a consumido al ser humano. Y no me refiero a la "era" como al simple acontecer coyuntural, sino a la era del hombre. A "desde que el hombre es hombre".

Si sólo pudiese frenarse el influjo meteórico de informaciones que plaga de cráteres nuestra memoria, bombardeando con falsos recuerdos nuestros mundos interiores, haciendo uso de la iconofagia concertada por los dispositivos de control, podríamos comenzar a vivir realmente.

A pesar del apuro llega el invierno.
No por mucho madrugar se amanece más temprano.

El triunfo historico es ser viejo y decadente. Me revelo ante esa posibilidad.

De ser auténtico el suceso cósmico del tiempo y el espacio, y de ser real la capacidad del humano para trasformar a su medida el mundo, de tenerlo como conejillo de indias, hagamos efectiva su manipulación, pero no en vías tan ridículas como el enriquecimiento avaro y despota, sino para vivir en rutinas temporalmente dinámicas que ayuden a la reflexión y al cultivo del vacio fértil. Conocer que es lo que nos divierte, potenciar las aptitudes primigenias, hacer valer el instinto y la pasión.

No es posible que debamos resignarnos a pasar más de 40 años siendo viejos, que se alarguen nuestras espectativas de vida, pero no nuestra calidad de vida.
No es posible que en la edad de oro del ser humano, se le someta a actividades "productivas" evidentemente idiotas que se desprenden de una autoridad física supuestamente suprema. El "Yira, yira" nos manda un soplo: "al mundo nada le importa".

¡Que no nos importe el mundo¡ Reconstruyamoslo a buen antojo.


Yira, yira

Cuando la suerte, que es grela,
fallando y fallando
te largue parao...
Cuando estés bien en la vía,
sin rumbo, desesperao...
Cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol...
Cuando rajés los tamangos
buscando ese mango
que te haga morfar...
La indiferencia del mundo
que es sordo y es mudo
recién sentirás.

Verás que todo es mentira,
verás que nada es amor...
Que al mundo nada le importa...
Yira... Yira...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor...

Cuando estén secas las pilas
de todos lo timbres
que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao...
Cuando te dejen tirao
después de chinchar,
lo mismo que a mí...
Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa
que vas a dejar...
¡Te acordarás de este otario
que un día, cansado,
se puso a ladrar!


sábado, 19 de julio de 2008

martes, 15 de julio de 2008

¡Agua Va¡



Es de conocimiento popular que si uno se acuesta con niños despierta mojado. El abuso de poder ejercido por la institución chilena sobre la infancia ha sido flagrante en cada protesta realizada por los estudiantes organizados en contra de la Ley General de Educación que consagra el lucro y no desmunicipaliza la administración de los establecimientos educacionales, entre otras aberraciones. El Estado en Chile ha privatizado los derechos básicos de los ciudadanos, para hacer negocio con la "calidad de vida" de cada compatriota.


No se trata de "ahogarse en un vaso de agua" o comenzar a hacer relaciones entre el parecido entre los "cara de jarro" y la Ministra Jiménez."El balde de agua fría" vertido por Música en pleno rostro a una funcionaria de alto escalafón, tiene una importancia coherente a la lucha realizada por los estudiantes desde 2006 con la tan célebre como contingente Revolución Pingüina.

Más allá del frívolo debate de si es una falta de respeto haber vuelto anfibia a la titular de educación, llevado a cabo por el rascaguatas periodista del canal oficialista, esta acción directa hace evidencia de un proceso que ya está en curso y que hace hincapié en la disolución de las carcomidas bases sociales que imperan en un Estado moderno. En primer lugar, los púberes, que no son el grupo de jóvenes que ya han caído en las garras de la institucionalidad producto de un bullente mercado tanto de universidades como de bares aledaños, interactúan con nuevos códigos, en donde la jerarquía ha sido trocada por la capacidad, el conocimiento y las redes horizontales e intersubjetivas que se generan al poseer intereses a fines.

Lamentablemente la construcción de la historia no es un proceso científico como creyeron los comunistas, pero tampoco es una demostración de poder como quisieron hacer creer los nazi. Está enraizada con las más básicas emociones del género humano, y una de ellas es la curiosidad. La búsqueda de los imberbes va cada vez más lejos y las alternativas, que alguna vez se creyó podían ser ofrecidas sólo por una entidad, hoy son confeccionadas por cualquier persona, sobretodo si se trata de adolescentes. Valores autárquicos en la dimensión cognitiva que han remecido los apolillados cimientos de la sociedad, devastando sus postulados y poniendo entredicho los mitos fundacionales.

Las plataformas institucionales no dan el ancho para acoger a las nuevas generaciones. Bien cierto es que "el agua que no has de beber, es mejor dejarla correr". Pero en vez de reconocer razón en este dicho, se ha instrumentalizado a los ciudadanitos para hacer de ellos un nicho comercial para los grandes carteles transanaciones.

Los teenagers poseen una impronta que no es dada por las identidades triviales importadas. Han aprendido a consumir más temprano que los mortales de antaño y saben sistematizar la información a libre albedrío producto de la tecnología. En efecto, han podido conocer los procesos históricos, entender la vertiginosa metamorfosis en la línea temporal, y hoy, actuar en consecuencia a un nuevo pensamiento, mucho más libre y dotado.

La alegoría de Música es bastante más que el efectismo mediático que ha alcanzado. He pensado mucho antes del suceso, que la anarquía se encuentra en estado líquido, pues es un vapor transparente que siempre existe en el ambiente hasta que la tensión del clima (social) lo hace condensarse y precipitarse en forma de gotas. Una a una. Cada individuo con su potestad sobre si, con el uso de su mente sin límites, va formando un mar intersubjetivo que inunda los áridos páramos de la inmovilidad perpetuada por estructuras absolutamente congeladas.Nadie puede decir que "de esa agua no beberé". Todos somos potencialmente anarquistas, no por nada el cuerpo humano se compone de un 75% de agua.

La acción directa de lanzar un jarro de agua a la Ministra de Educación, Mónica Jiménez, hace prever el momento en que se rompa el secreto que protege al poder, que no es otro que el poder no existe y que la sociedad es una ficción construida para desempeñar el desequilibrado juego del poder.

La abolición del tótem autoritario hará estragos en la concepción de "sociedad". Un amplio margen de maniobra para las diversas actividades y el verdadero desarrollo de los seres humanos hará olvidar la triste imagen de un rebaño o ganado ciudadano ofrendado a la Res-pública. Se romperán filas en la línea de producción del hormiguero, y el siempre mal entendido y nunca bien ponderado caos, posibilitará el azar cósmico y las circunstancias humanas que han definido las historias de vida y los planteamientos culturales desde siempre, a pesar de ser frenados y direccionados por la macroestructura.

Sin embargo, este pitoniso deseo no se transformará en realidad si aún se concibe al Estado como una plataforma surtidora de beneficios, y no como lo que es, una factoría policíaca empresarial asociada con privados, que utiliza a los ciudadanos como mano de obra asegurando un electorado fiel, y como acciones para especular a costa de sus necesidades básicas.

¿Entiende ahora el "capital humano" que tanto se pelean los partidos, sus mecenas y sus consiguientes candidatos?. No podemos seguir creyendo en pamplinas que nos oprimen mediante leyes hechas por la oligarquía. Desde que el concepto República ha sido enarbolado, se ha incrementado el robo, la usura y la represión con total impunidad, pues está siendo ejercida en nombre de la Nación.

Un buen ejercicio es el que ha realizado la niña Música, pero usted en la casa, sin alejarse de su telenovela favorita y sin renunciar a su empleo a honorarios en la plaza de trabajo estatal, piense cuales son los beneficios de ser "chileno" o "chilena". Seguramente le darán ganas no solo de mangueriar a Bachelet, si no que tirar al río los tres poderes del estado, y la constitución pinochetista que "hace aguas" por ambos flancos. Estamos claros: "tanto va el cántaro al agua, que al fin se rompe".

martes, 1 de julio de 2008

Allende, la epifanía de un siglo



Karen Hermosilla
Punto Final, junio 2008

Luego de evocar el haiku: "Es una lástima cortarla, es una lástima dejarla. Ah, esta violeta", pienso en Salvador Allende. La historia no soportó el influjo renovador de un hombre como Allende. De alguna forma le quedaba grande a un país caracterizado por líderes tradicionales y, a lo más, reformistas. Como esta violeta, superó los racionamientos sistémicos con su elocuente belleza, desesperando a los que, cuajados en la figura de un patrón de fundo, despojaron a la patria al rechazar la invitación que él hiciera a construir un Chile soberano y libre. Se trocó la vida por la negación y el luto: la ausencia de espacio; un negro habitar sin paisajes ni gestos comunes.

Sin embargo, Allende y la juventud, entendida como lo nuevo, están irremediablemente unidas. Su pensamiento ágil y dinámico confió en la pulsión vital que regenerará siempre las fermentadas estructuras.

Las protestas que hoy por hoy realizan los estudiantes chilenos en oposición a las sistematizaciones legalistas que consagran al lucro y la acumulación como derechos inalienables, la dicotomía social que implican y el miedo y sometimiento al poder económico-policial que detentan los beneficiados con estas leyes de juego perverso, concuerdan con la esencia del ideario patriótico del Compañero Presidente, desplegado cada uno de sus discursos, en especial el que hace con respecto a la legalidad del gobierno de la Unidad Popular: "Protestamos contra una ordenación legal cuyos postulados reflejan un régimen social opresor. Nuestra normativa jurídica, las técnicas ordenadoras de las relaciones sociales entre chilenos responden hoy a las exigencias del sistema capitalista".

Privatización sistemática y continua de la educación, amparo absoluto a la flexibilidad laboral, rebaja en la responsabilidad penal, prohibición de fármacos para la seguridad sexual en los servicios de salud pública, corrupción en los programas de generación de empleo, condiciones infrahumanas en las cárceles del Sename, persecución a activistas y minorías étnicas, conscripción femenina, control de identidad y detención por sospecha, son solo algunas de las fórmulas que tiene el estado para aplacar el influjo y empoderamiento de la juventud, propiciando el desencuentro entre generaciones y la dominación de las ideas rancias que sostienen el status quo. La misma decrepitud y agusanamiento que triunfó frente al pueblo en 1973 es la que gracias a la Constitución pinochetista nos sojuzga ahora, utilizando lo que en resumidas cuentas es su única potestad: la muerte.

Paradojalmente, la muerte es un estado perpetuo y trascendente, tal como lo es en el imaginario nacional la figura del Presidente Allende.

A 100 años de su nacimiento, justamente la mitad de la historia de una República que apenas traza un par de siglos, Allende sigue haciendo su promesa. Se encuentra pendiente, a pesar de estar capturado en un sarcástico futuro de Alamedas polutas e intoxicadas de jóvenes rabiosos, usurpados en sus derechos y violentados por las plataformas de poder. Y es por esta misma realidad aciaga, que Allende vive en cada voz que se alza para cambiar un estado capitalista, gobernado por los mismos personajes que desde siempre han engañado al pueblo con el rictus de quien no quiebra un huevo y con las manos, supuestamente, higienizadas por la democracia.

Pago mis necesidades básicas a precio de mercado con billetes iconografiados con rostros próceres, transito por calles y avenidas de nombres rimbombantes aprendidos en aulas de pupitres mohosos, fustigados y chatos con el peso de una historia mediocre a no ser por Salvador Allende, un hombre con miles de soles encandilantes en su interior que iluminaron confiados a las nuevas generaciones. Allende les dijo "A aquellos que han vivido siempre pegados a una moral caduca y vieja, sin juventud moral: en esta juventud, en esta juventud que repleta el Estadio, que es la juventud revolucionaria de Chile, hay una nueva moral".

Cuando el marketing institucional posiciona al bicentenario como un hito en la construcción de la República, pienso si los ciudadanos históricos de la patria de Allende, si esos jóvenes de ayer, portadores de una nueva moral, recuerdan lo que yo sin recordar recuerdo. ¿Por qué los falsos líderes, muchos usufructuadotes de los valores más importantes del pueblo chileno han recubierto al estado de derecho con una espesa telaraña? ¿Por qué todos hemos consentido como huésped a la amnesia? ¿Por qué sólo es viable recordar el dolor y la trágica visión de la derrota?

Allende no es puramente una muerte trágica o un icono pop de un partido travestido, encarna el sentimiento más próximo a la verdadera patria joven, a la patria anhelante que aguarda en cada uno de nosotros.

¡Celebremos el centenario del natalicio de Salvador Allende como una oportunidad al retorno¡ Hagamos de Allende la epifanía de un siglo.