sábado, 31 de enero de 2009

Ahora que Tre Cinìc ha caido en decadencia...recordemos a los de a de veras

Hara-Kiri fue una publicación francesa de sátira y crítica política famosa por su constante enfrentamiento con el establishment (gobierno, iglesia y militares) de los 60. Ya en sus inicios se benefició de un trato favorable por parte de algunos programas televisivos, lo que llevó a la revista a tener un éxito relativamente importante en Francia aunque sólo fuera pasada de “mano en mano” por vendedores ambulantes. Posteriormente llegó a los kioscos de todo el pais hasta que fue prohibida en los años 1961 y 1968. Lo que sigue es una selección de sus portadas más ácidas y libertinas sin que por eso se pusieran misóginos o a jugar a darse vuelta la chaqueta como el tristemente célebre The Clinic, o mejor Tre Cinìc, el bufón de los poderosos.
Y Acá tienen un regalito para que refresquen su creatividad. No puede ser que para portada de Obama hayan ocupado el Sabía Usted que yo les envié hace más de dos meses. Por lo menos tírense un billetito. Patuos¡¡












viernes, 30 de enero de 2009

EUREKA¡¡



ella me corrigió varias veces, porque no supe pronunciar su nombre. Ezra. no Ensrra. porque soy como soy y no me pidan más. Frívola, provinciana, prejuiciosa, ignorante, pretenciosa, sin caridad posible, amarga y conflictiva, conflictuada, egoísta, vulnerable, mal hablada, llena de dioses, llena de supersticiones, llena de baches como un camino olvidado, tan distinto a la fila india de buenas hormigas que transitan por un tráfico alienante, pero comulgando con las hostias de la unión, con un proposito claro e infalible, tuberculoso, pero amable. Llena de juicios y de imagenes tan comunes, que entonces molestan; mariposas granujas que invaden cada recoveco de un paraíso abyecto y expensivo, y llena, llena de ganas de un no sé qué crestas. Supongo que de vacío, de libertad, de verdadero amor en el deslinde, ni siquiera en los bordes o la huida, simplemente donde aquello es tan obscenamente visible, asfixiante, vergonzoso; un clavo hundido hasta el fondo en una madera cárnica más rosada que los pómulos de un femenino travesti.
Mientras mal digo su nombre, pero con ganas de que ese nombre sea mi héroe negado; el loco mio que quisieron todas, desde la más farandulera de las escaladoras, hasta la intelectual yunki presa de la nada, solo pensé en un poema que un día leí. Pound, quiero que seas mi maestro.

EL DESVÁN

Ven, apiadémonos de los que tienen más fortuna que nosotros.
Ven, amiga, y recuerda
que los ricos tienen mayordomos en vez de amigos,
y nosotros tenemos amigos en vez de mayordomos.
Ven, apiadémonos de los casados y de los solteros.

La aurora entra con sus pies diminutos
como una dorada Pavlova,
y yo estoy cerca de mi deseo.
Nada hay en la vida que sea mejor
que esta hora de limpia frescura,
la hora de despertarnos juntos.

la sustituta

me encontraba una guagua en el mesón de una farmacia. un bebé moreno con la nariz un un poco grande para su cara y un poco chueca para su juventud. quizas al nacer se la había roto. estaba ahí olvidado, lloroso, vestido de azul marino. lúgubre para ser tan nuevo. Yo lo tomaba y lo desnudaba para ver si lo que le incomodaba era su pañal sucio y la ropa amarga que lo cubría. Le cambié en pañal, estaba en una farmacia así que solamente tuve que solicitarle uno a la vendedora y comenarle si sabía a quien se le había quedado. No sabía nada de él. tomé una crema, que creí era para emulsionar, pero fue mi primer error, pues era dentrífica. Su piel no sufrió, espero, pero le invadió un frío intenso. Entonces comencé a vestirlo denuevo, pensando que pronto debía comprarle otro trajesito. Lo arruye en mis brazos, contemplé su carita triste y morena, y a pesar de mi natural amor por él, no pude amamantarlo, pues no era su verdadera madre. Ella estaría cautiva en algún sitio, superada por el miedo, confusa, retraida, haciendo planes para huir a cualquier sitio.
andaba con él en brazos y lo paseaba por la calles sin saber a donde guarecerlo, pensando en los resguardos legales para no ser acusada de plagio, tarde o temprano. Pero de un momento a otro mi bebesito feo y triste, mi marañita de deseos mudos, agazapados en la cueva del lenguaje, desapareció de súbito, y yo me vi enfrascada en una inutil conversación en un barucho de mala muerte para gente de mala muerte, tirando al suelo una copa y mirando feo a una antigua compañera de colegio, que consiguió destinarse al lejano mundo de las adolescentes Juno. Yo no pude. por suerte o pereza, seguirle en ese camino. En este caótico plan de exorcisar demonios me encontraba, cuando caí en cuenta de mi fatídica ausencia.
Crucé veloz la calle para ver al guaguito angustiado en brazos drogones de su padre. Un tipo risueño y delgado como un macaco, con una camiseta verde chillón, lo sostenía sin ningún cuidado. Al verme sonrió con sus ojos extraviados y lo dejó caer al suelo, pero no cumplió su objetivo, porque sin ser la madre real, fui a pelotiar su pequeña humanidad para quedarmelo, así , triste feo, con su naricita chueca y vestido de azul marino.

miércoles, 28 de enero de 2009

AURORA SNOW

POEMA CENSURADO POR VALENTINA SOTO, REGENTA DEL CLAP (una pena que el oscurantismo de las machas cabrias asole regiones tan luminicas como el blog del Club de Literatos Asesinos y Pornógrafos)



No es una milf tampoco una teen
o yea mmm
oo guau
es tan hermosa
es tan largo su pelo y su ano tan redondo
multifuncional esponjoso versátil
generoso en su amplitud cosmológica

Ahí se anida el futuro
¡ahí cocinan las ollas comunes los pobres del mundo!

y es tan tiernamente guarra
tan dulce su creampie
su gorgonia bermellón en una guinda cautiva
burbujea en una ola caliente pegada a mi mano
conteniéndola acuñándola empollándola
faisán lustroso

Su crinoidea (la comá-tula)
está dispuesta "al revés"
es prima de las estrellas de mar
pero con los siete brazos entrándole

Me gusta que se llame Aurora Snow
Y que su humanidad sea un sonajero rumiante
un ventrílocuo de miles de orgasmos microscópicos fantasmagóricos suprabentónicos

infaunales

Ella es mi corazoncito risueño generoso impúdico sincero

Y quiero ser yo quien reciba de su boca
esperma
luego de una expedición anal iluminadora

anélido culo
acceso al lenguaje final

Aurora Snow
no sé si me puedes hablar de Rimbaud o Tarkovsky
De Marulanda la independencia o el rizoma de Deluze

tu discurso me convence
TU ESTERTOR me compromete
Tu grito primal me catequiza

Parto en periplo
cuando ya no hay nada más
que señalar
y me arrojo al elegante coctel

Aur¡orita dame un beso luego del chupetón atómico
ahógame el hocico puto
que siento que te amo

Con un cumswap solidario y ama-zóonico.
Emponzóñame la garganta
COMPARTEME tu basura

ADELANTE "COMPAÑERAS"




(esto es broma. para los graves que ABUNDAN¡¡)

sábado, 24 de enero de 2009

explicitaciones pertinentes a propósito de la anterior columna

No son malas mujeres, sino que nada más, no aptas para desempeñar el rol de madres, autoimpuesto para cumplir con instituciones morales, afanadas en eludir la resaca de la culpa. Espero hacer justicia por los seres humanos que han tenido que cargarse con el prefijo mujeril llamado maternidad. Mi anhelo es encontrar más mujeres con el utero vacío y no por ello acomplejadas por la ausencia, pues la presencia muchas veces entorpece sus verdaderas luchas, que estar cursadas en pos de la No-redención.

Los cables a tierra no pueden ser humanos instrumentalizados como corderos. Las mujeres no tienen porqué pastorear al mal rebaño. No tienen porqué, si no se sienten llamadas a ser numerarias, cumplir con el santo oficio. No se trata de buenos ni malos, ni de corrientes o vanguardias, nada más es afición, como las de un hombre por el villar o el poker, o ambos, o pescar, o fornicar con multitudes como el usufructuador Henry Miller.

Hubiese quizas preferido, por la felicidad y la ternura de la buena vida, no nacer, para haber contruibuido con alguna matriarca descreida y más aún arrepentida, haciendo un parele al influjo de la vida porque sí, cortando su reproducción abrupta y tantas veces sin sentido.

Una mujer que haya talado las ramas del árbol genealógico, haciendose cargo de su existencia sin encontrar la solución, facilona, en otro pedazo de carne, en el cual confíar con ciega convicción hasta que nace, le ahorra de hacer juicios anticipados a los que se harán, inexorablemente, en las exequias por aquellos que sí tazaron su valor en vida, pues las madres nunca saben quienes son sus hijos realmente. Primero los juzgan, los decoran con ambiciones, proyecciones, envidias y transfieren como nadie.

Las madres nunca conocerán realmente a sus hijos, sino que los determinarán.

Y no siempre se puede creer en las proyecciones de la simiente. Las madres son poco objetivas y muchas veces implacables y perentorias. Se apresuran en la preadolescencia de sus vastagos en catalogarlos y almacenarlos en algún cajón.
Lo lamentable es que los hijos hostigados terminan por acercarse lo más posible a la imagen construida por las madres.

Cuando el juicio que hacen proviene del recuerdo del semen fermentado por rencores, que más que una entrega de "amor" fue un marcamiento de territorio, es una situación del todo desleal. Una meada de gato. Por eso tanto dolor, radicado en la confusión de ideas de "algo" que no es otra cosa que ficción.

La vida siempre será una permanente duda y el amor, algo más que una certeza.

Si como mujeres no somos capaces de aceptar a un otro, tal cual, sin más cláusulas o resguardos, expetativas o proyecciones con repecto a una pareja infestada por fantasmas y sombras, es dificil que podamos comenzar a criar con cierta salud.

El asunto es el siguiente:
Al ser más propias, más nuestras, más mismas, las cosas cambiarán. No tendremos que preocuparnos y parapetarnos en los otros. Así el costo fuera que los niños tuvieran que llegar al mundo gracias al levantamiento de la restricción de investigar con celulas madres, realizado por Obama.

ÚTEROS LIBRES PARA EL DESEMPEÑO LIBRE DEL SER HUMANO
el alma no tiene sexo ni género
no nos autocondenemos a nada
no victimicemos más a las mujeres
NO A LAS FIGURAS MARIANAS
NO A LOS RICTUS INDULGENTES Y CULPÓGENOS
y acuerdense

nada es natural

Mama don't preach





La trasferencia es inevitable, dije bien fuerte en una clase. Ya lo decía Freud: "todo es trasferencia". Si el marido le pega a la esposa, la esposa le darán ganas de sacarle la cresta al hijo engendrado por su esperma. Por eso hay madres que han tenido hijos de sus amantes y así son más exitosas en su rol histórico. Paulina se escandalizó, habló fuerte con su mal aliento, quizás demasiado, rayando en la histeria, para contradecir mi capcioso comentario. Se decidió a interrumpirme con una intempestiva frase: "a mi siempre me han sacado las recrestas, y con mayor razón me he sacado las recresta por mis críos". Lo dijo con orgullo y logró conmover a todas las mujeres presentes que apoyaron su testimonio. No quise continuar argumentando a cerca de la trasferencia positiva o el deslindamiento emancipador de las experiencias traumáticas, donde uno puede alcanzar el libre albedrío y comenzar a practicar el "amor", que es la verdadera libertad.

La mujeres han tenido que cargar con "la fábrica" humana, eso que hace que inevitablemente sientan un imperativo reproductivo, porque "¿o si no para qué son mujeres?" mencionó equilibrándose en su borrachera el niño macho, soltando una carcajada de aquellas.

Mujeres que no aman a sus hijos abundan, mujeres que tienen que solapar su instinto asesino, para diferenciarse de las gatas parricidas, no obstante, algunas sucumben.

La vecina de enfrente acuchilló a su hijo con frialdad y certera puntería. Mi madre dijo que quizás el cabro se lo merecía, cosa que me hizo precaverme con mayor sigilo, cada vez que se diera una de esas peleas donde yo como hija debía contrarrestar los ataques, nada más que esquivándolos. Corrí mejor suerte que mi tía con mi abuela, que logró clavarle a distancia un tenedor en pleno estómago.

Para qué ponerme a relatar las histerias que se desencadenan cuando la frustración a causa de un marido indolente carcome el corazón, y hoy por hoy, para la mujer "emancipada", las doble jornadas, la explotación laboral, el acoso sexual o las desavenencias con alguno de sus amantes, que logran desajustar los tornillos y manijas. Los niños, esas esponjitas que suelen convertirse en el resumidero de la realidad alienante, abusadora y profundamente indolente, reciben el absurdo merecimiento por idioteces como no hacer una tarea, de todas formas inútil, y de seguro antipedagógica, no colgar su uniforme, gastarse la plata del vuelto, esconder la tapa de la tetera, o rellenar el envase vació de gotas para el glaucoma, con agua.

Los hermanitos rojo fueron mártires en esta asquerosa historia de madres que jamás les convenció la idea de darle correcto uso al útero. La falta de honestidad consigo mismas, el cumplimiento de los cannones sociales, y la idea que para ser mujer respetable se debe construir una familia, a muchas las lleva a desempeñar el rol con saña y despótica impronta, o son completamente indiferentes a los miedos y fantasías de sus retoños.

Esos niños fueron asesinados a martillazos por una madre enloquecida por problemas que ella consideró argumentos suficientes para perseguir a los niños por la casa, matando a uno primero en el living a vista de los ojitos del menor, que corrío aturdido por el terror al segundo piso, donde, su esfínter mutilado por el asombro, expulsó los últimos resabios de humanidad y vida, justo antes de que "mamá" pusiera todo el empeño del mundo en partirle la cabeza y destrozar lo que ella supuso, su creación.
Una Medea chilensis, con la brutalidad de una villana y sin la delicada mística y cuidado en las artes homicidas de la mencionada sacerdotisa.

Madre hay una sola. Bien lo sabía Truffaut que dedicó gran parte de su filmografía a relatar la relación con esa mujer empoderada, ama y señora del espacio íntimo, que una vez conquistado el espacio público, se dedicó a pregonar por calles y avenidas su indiferencia con el rol impuesto por las culturas dominantes.

La maternidad no puede seguir siendo una estrategia para validarse como mujer. Es una posibilidad que se da en todas las especies, sin que esto resulte ser un elemento categorizador que de status a uno de los sexos.

Con respecto a la relación de madres e hijas, situación complejizada por la envidia y la competencia de la cual nos habla Khalil Gibran en su cuento Las Sonámbulas, que agregaré al final, es importante entender que el respeto de la individualidad es clave para dejar crecer sanamente a las jóvenes, sin presionarlas a replicar vidas carentes de sentido y destinadas al fracaso.


LAS SONÁMBULAS

En mi ciudad natal vivían una mujer y sus hija, que caminaban dormidas.

Una noche, mientras el silencio envolvía al mundo, la mujer y su hija caminaron dormidas hasta que se reunieron en el jardín envuelto en un velo de niebla.

Y la madre habló primero, y dijo: “¡Al fin! ¡Al fin puedo decírtelo, mi enemiga! ¡A ti, que destrozaste mi juventud, y que has vivido edificando tu vida en las ruinas de la mía! ¡Tengo deseos de matarte!"

Luego, la hija habló, en estos términos: “¡Oh mujer odiosa, egoísta y vieja! ¡Te interpones entre mi libertada y yo! ¡Quisieras que mi vida fuera un resultado de tu propia vida marchita! ¡Desearías que estuvieras muerta!"

En aquel instante cantó el gallo, y ambas mujeres despertaron. La madre dijo amablemente “¿Eres tú, tesoro?” Y la hija respondió con la misma amabilidad: “Sí; soy yo, querida madre”.

miércoles, 21 de enero de 2009

Matrimoniarme


Sin duda no soy una vaca blanca. Es por eso que ningún torito de sociedad será el que me lleve al altar. Y mejor así. Ayer soñé con Velasco, ese que da asco, Pato Navia, y un antiguo pololo llamado Guillermo. Ninguno de ellos tiene la suficiente sangre. Soñé que nadaba hasta una voyas, cruzando un mar antiguo y helado. y me devolvía. Ningún sentido.
Ayer decidí casarme. Cerrar los ojos y tirarme a un vacío tierno, a una cama elástica que en el rebote te puede hacer caer de sopetón al suelo. Me gustaría que la ceremonia fuera en Talca, para que fuera mi abuelita que no viaja hasta Valparaíso. Podría ser un casamiento a la chilena. En algún predio. Y después una fiesta en alguna casona con comida típica: chancho en piedra, churrascas, clery, borgoña, pan amasado, pernil, plateada con papas fritas, tomate con cebolla, habas con cebolla y porotos verdes con cebolla. Con hartos pitos de la zona. Con una banda de rancheras para bailar con mi padre unos corridos mexicanos. Y así estaríamos los precisos. De todas maneras reembolsaríamos los pasajes de ida y vuelta y por supuesto tendríamos alojamiento para todos, quizas en un motel parejero para que tengan sus segunda luna de miel. No sería tan caro. Al otro día podríamos irnos con todos los comenzales a Vilches¡¡ Pero quizas no sea buena idea, ya estamos entrados el verano y si es que finalmente esta genial idea fructifera, sería para Abril o para Mayo. Yo lo haría hoy mismo. Yo desde hoy quiero ser "la mujer", yo estoy cansada, sumergida en un plato de lentejas frias.
Estoy rendida.
No quiero hacer la revolución. Quiero ser como todos y hechar mano a las convenciones sociales que me saquen de la herejía, de la falta de fe, del desvarío y la humillación. Quiero usar el plan A como plan B. Y quizas ahí este el problema. Pero no se han dado las cosas, y Quintay y "mis" sueños (que son los sueños adolescentes de todos, según me consolaron como aliciente) se han desperdigado por culpas ajenas a mi deseo. Han sido robados, plagiados mejor dicho, cuando hubiesen podido ser compartidos. Ya digo yo que el egoísmo es el patrón de este fundo carcelario.
Soy simple como una alpargata, y necesito de otra alpargata, para hacer fuerzas, para ser útil, para formar una familia, así tenga que hacer pacto con el demonio y dejar que los cobardes y traidores, me digan cobarde y traidora.

domingo, 11 de enero de 2009

LAS LENTEJAS FRIAS



No es que me crea la última chupá del mate. Ese es el engaño que provoco con fotitos pretenciosas que hacen al espectador decepcionarse una vez que me ve avanzar con mi espalda gibada y mi caminar de gallina clueca (como me lo han enrostrado últimamente) Jamás me he creído el hoyo del queque, pero sé que no soy un plato de lentejas frías.

No quiero defenderme, pero es necesario cuando el ataque de un gandul ejecutado por la desidia, confundido por sus reprobaciones autoimpuestas, por esa moral antojada y absurda, se abalanza como un dardo hacia mi pupila para dejarme ciega, con la segunda intensión de hacerme sentir culpable de no ver no se qué, de fabular una imagen mental romántica -porque mis ojos están en la penumbra, y gracias a él- Haciéndome creer que soy solo yo la que lo vivo, o que lo muero, y el mira desde la corniza el vacio al que yo ya me he entregado, para confundirme con el dardazo que me lanza desde un punto más ciego que la ceguera que de mis ojos busca, francotirador sin franqueza... y la ceguera transforma esto en una historia mediocre, y a mi en premio de consuelo.
Es necesario hacer a lo menos un aspaviento, girar la cabeza, lanzar un chillido, patear la muralla, o simplemente quedar de espaldas mirando el cielo raso.Sabiendo que es inseguridad disfrazada de dignidad. Un saludo a la bandera, para terminar brindando una vez más ,sola, por lo inevitable.

No quiero transitar por los vastos paramos de la paranoia, ni tampoco atacar para resguardar mis ambiciones de niñita urgente y solitaria, pero cuando uno ofrece su corazón y se equivoca, pues no aceptó al mejor postor, sino al que por tanto tiempo se acomodó como un polizonte fumón, perdido en malísimas historias- y ésta no es de las mismas, pues ésta es acaso menos mala o infinitamente peor, y de eso estoy segura a pesar de todo- penetrando como un fantasma, por debajo, expectante ante a las caídas de mi suerte, a mi baja moral, a mi exceso de ánimo, hasta llegar a ser el bueno y hasta ser convincente en esa estampa, todo puede resultar ser una buena puesta en escena. Puede ser atractivamente tecnicolor o más crudamente, en blanco y negro. El precio de la matiné es más caro en esta realidad, y más vale haber sido fisgones que protagonistas.

El paso residual de los años, el sedimento machistoide que da la impronta de momia hasta a un grácil muchachito, amarga mi paladar inflamado de felatios.
es gracioso que esta insalvable dificultad sea la lucha contra viento y marea de nuesto héroe, y es gracioso porque la estructura se tornó natural y lo mecánico del gesto se ha vuelto organicamente espontáneo, no necesita de fuerza para arder en su personal infierno.

Basta que me ponga mi cartera y salga a probar suerte, para darme cuenta que es la misma, nisiquiera pendular; se suspende en un salto felino por unos segundos haciéndome creer que la sinceridad es un estado permanente. Pero no depende de mi entonces darme cuenta que no es cierto; la turba endemoniada de su ánimo, la veleidosidad de sus 15, único patrimonio tangible, hasta su genio que convoca a las más agiles conversaciones, se irá yendo por el resumidero, enfriando el caliente plato que soy. Para conservar su fuego, él se encargará de ganar una estúpida apuesta consigo mismo, con sus 5 o 6 yoes, y me convertirá en un frio plato de lentejas, para quejarse de mi sabor, de mi temperatura, de mi complexión mediocre, carcomida por la maña, que parte allá y termina acá, subsumiéndome, legumbrizándome, solo para que gane el dolor, y su llama de sagrario, y el hastío expíe su pena de no amarme.
Así se acaba mi ceguera y es así donde el dardo termina su trayectoria: clavándose en las nalgas de su corazón intoxicado de temores y fantasías rastreras, donde el macho, no importando que lo sea realmente, cree serlo en el delirio de libertad que no es otra cosa que la evasión total, la torpesa de resistirse a sentarse a esta mesa bien servida.

viernes, 9 de enero de 2009

martes, 6 de enero de 2009

¿qué significa pequeña puta? Yo no entiendo



jean luc godard
Sin Aliento

Hendiendo sus dedos en los cimientes fermentados





Asegurando las dudas entre la basura
y los escombros
zumbaba un zombi de ojos anhelantes

Restregaba sus nudillos con todo el arrebato de la ira
honda
calcinante
confundida
Hermético masculleo
farfullo cacareante
terrorizado
Bogaba por un río sin las pisadas del mesías


Roía calaba apolillaba hendía sus dedos en los cimientes fermentados

Quería coger el hatillo
Desasirse del púgil bloque horadado por el
sismo que cayera sobre su cuerpo siquiera humano para disectarlo

Los cimientes fistulados
embetunados por la masa abyecta
sobrevivían a penas y aún así jodían al zombi mancebo
que a toda costa
con la urgencia del hambre por un cerebro fresco
intentaba perforar con sus pobres manos muertas

La columna escindía fatalmente a los hombres convirtiéndolos en muertos vivos
En residuos del deseo empoderante de una ciudad fisgona
y reducida a dialécticas polares

Necrópolis democrática independiente atomizada dividida
hundida como un vientre famélico
Tísica y provinciana en su global meseta
en su olvido por lo vivo
por la altura en que todo se une morfológicamente

El zombi roía calaba apolillaba hendía sus dedos en los cimientes fermentados

No quería el santo entierro
Quería sus restos y sus todos sobre la madeja de carne y tierra de la superficie
Quería aún en el linde de su alma proteger su identidad
postiza exterior
cósmico delirio sin disfraz ni máscara de popa
en los huesos
radiógrafo
perforado
hondamente superficial

El mundo confeccionado como anécdota viajera
Se sostiene sin el tallo de la violeta persa

Son las torres de petróleo y las alcantarillas pútridas las que conectan el puzzle
Y el zombi lo sabe y ya no desecha de su cuerpo el brillo de los seres vivientes
el meconio del intestino recién nacido
Ya no necesita de la energía vacía del devenir motorizado
Ni de las aspas movidas por el agua o el viento
y eso absurdamente le entrega el más honesto vivismo

Ahora es pura ira intentando desasirse de las muletas que lo postran
Ahora la energía le viene de adentro
de un alma fenecida
atesorada por reptiles sórdidos agazapados en una lata de conserva
guardada en un bunker de Forbiden Zone

El zombi roía calaba apolillaba hendía sus dedos en los cimientes fermentados

Desasía sus uñas entre sangre músculos y huesos para dejarlas pictóricamente como un rupestre plasmadas en concreto

Defendía como Charlton Heston los últimos resabios humanos
que no radicaban en la estructura

Y fue tan tarde para saberlo
tan tarde para darse cuenta que no era un borracho sino un zombi
que no era un funcionario de aduanas sino un zombi
que no era tal -cualquier cosa menos digna y hasta un poeta- sino un zombi
aplastado por las borrascas de hormigón y arribismo

Tan tarde para roer calar apolillar hender sus dedos en los cimientes fermentados

Tan tarde para leer con sus ojos de pescado los letreros de neón que iluminaban
las calles rojas
de mecánicos automotrices y fuentes de soda
con calendarios vencidos de mujeres mostrando sus generosos senos
con amplias aureolas de todas las épocas.

viernes, 2 de enero de 2009

superando las adicciones



Hace tres días que no visito pornografía. tampoco he tenido desmedida ambición por los sufrires colectivos. la portada de los diarios me resultan una patética forma de mirar por un agujero pútrido, donde las alimañas hacen su delicia. la felicidad me ha inundado la boca y cada una de las aberturas, esa, delicia de los faunos.¡que grandes diferencias suelen unirse en el caótico baile de guirnaldas y colgajos festivos!. sin embargo violeta dice fuerte y bellamente
"Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano;
cuando miro el bueno tan lejos del malo"

Me salvo en el planeta de su mirada, en los gestos salvajes camuflados de selva celeste. en las junturas. en el cielo de los necios. y no le temo a los homicidas y sus humedades rojas que no refrescan su abandono.

el 2009 comienza con el búfalo por las astas gesticulando bramidos zurcidos en las comisuras, apenas se le escuchan.
No hay más lamentos. así sea la mordaza quien los acalle. no tiene sentido quejarse cuando nunca se ha amado.

la tierra comienza a ser nuestra, los jardines interiores desde hoy serán antejardines en donde con los pies hundidos en el lar, bailaremos olvidando las viejas adicciones.