miércoles, 29 de diciembre de 2010

Mensaje

SENADOR LAGOS WEBER HASTA CUANDO LA CHIMUCHINA. ASCENSORES, BASURA, PERROS VAGOS. ESO ES LO IMPORTANTE QUE HAY QUE SOLUCIONAR EN VALPO. BASTA DE TRATAR AL ANTIGUO GOBIERNO COMO SANTO. BASTA DE "ESPINITAS" GUATA CALLOS CON SUS EMPLEADORES MEDIOCRES. RECUERDE QUE DE LA MAZA Y GUATÓN PINTO, GRANDES ESTAFADORES Y LADRONES A SECAS SON DE LA CONCERTACIÓN.

martes, 28 de diciembre de 2010

jueves, 23 de diciembre de 2010

miércoles, 22 de diciembre de 2010

The Chiken Stile



Mejor que cantinflas y compadre moncho juntos!!

lunes, 20 de diciembre de 2010

Los Zarpazos del Tigre, o sobre el uso de un “Aparato raro”




El 2010 ha sido maldito, y por más cabalera que sea, preocupándome de no pasar bajo las escaleras ni abrir paraguas dentro de la casa, no puedo echarle la culpa a la suerte.

Bien cierto es que cuando se siembran sandias se cosechan sandias, y que así mismo pasa cuando lo que se siembra es la cizaña. Harto tiempo de barbecho, arado y siembra para que haya nacido este engendro de año.

Aunque Ángeles Lazo nos convenza de que es por un transito espacial, y que el horóscopo chino predice de forma infalible, de sobra sabemos los meritos que tenemos en esta crisis.

Para que seguir con mi majadero discurso anti concertación, colaboracionistas por antonomasia del modelo pinochetista, maquilladores expertos de la escara purulenta que nos dejara la Dictadura, traidores de los principios que nos convocan, porque la ceguera de quienes suscriben como ciudadanos durante 20 años al pacto, son los responsables.

¿Cómo creer en quienes se autodenominan Concertación, palabra que según la RAE significa pacto, convenio, trato de un negocio? Es decir, quienes ejercen su “derecho” a voto, haciéndole reverencia al Binominal y el “mal menor”, no fueron engañados, sino que cómplices.

La derecha con su revolución silenciosa y su revelado desparpajo del fin de la historia, se encuentra con el proceso en su apogeo, con la situación inmejorable del caos. La oportunidad perfecta, y bien lo saben los ludópata y usureros, de sacar tajadas anchas y sabrosas.

No podemos confiar en que esto cambie mágicamente con un salto de conejo. Con la traslación y la media noche del ultimo día del año. Los zarpazos de un felino, que ya ni siquiera conserva la morfología típica de las especies cordilleranas, sino que una recargada por las influencias extranjeras, nos ha dejado en estado crítico, a merced de un practicante y un matasanos, que hace tiempo hace su trabajo de forma magistral.

Siempre ha resultado peligroso plantear la revolución. Pero esta vez lo hare pensando en que para “grandes males, grandes remedios”. Y sin tener que aplicarnos en el hombre y mujer nueva, en la escuela marxista, o en técnicas de combate; la guerra social se dará gracias al lumpen.

Porque ahí entre los olvidados, en la escoria “antisocial”, está la comprensión del problema. Porque han sido más audaces, mas valientes y mas clever que el resto para darse cuenta del tongo representado en nombre de la patria. Porque entienden que el trabajo asalariado indignifica más que el comercio ambulante y el lanzazo. Porque los presos son todos presos políticos, como dice Redoles.

Por que ellos, que hoy mueren como ratas hacinadas, espero última desgracia del año maldito, evidencian la patética situación chilena. El revoltijo, la concertación abulica de licitaciones otorgadas al marido de la ministra de justicia de ese entonces. Ambos demócrata cristianos.


La caja de Pandora ya fue abierta, el nudo gordiano desatado, y hasta el mea culpa de Altamirano cometido.

Ahora solo nos queda, como dice la canción ochentera, década siempre tan atingente pues como el retrato de Dorian Grey el tiempo parece no pasar sobre chilito: “O te preparas a morir en las trincheras, o esperas en tu cuarto la tercera guerra”.

No nos quedara más remedio que hacer uso de cierto “Aparato raro”.

El viejo




Eso de extorsionar durante todo el año a los niños y niñas del mundo con que el viejo no te va a traer nada sino te comes la comida, te sacas buenas notas, te lavas las patas y los dientes antes de dormir, le haces caso a la tía, a la mama, a la hermana, al papa, al tío, a la profe y al vecino, es una de las técnicas mas detestables que los adultos utilizan para manipular a la clase infantil.

El mismo hecho de que un viejo obeso este obligado, por el consumo que se despierta angustioso durante la “noche de paz, noche de amor”, a tamaño trabajo de cargar con regalos de niños de todo el orbe, es abusivo.

De partida, desear que el viejo se acuerde de uno, es una patudez habiendo tanto viejo olvidado a su suerte, en un país de pensiones miserables, hijos ingratos, y trabajo ancianil.

Eso respecto a los viejos buenos, porque con todo respeto, no me gustaría que se acordara de mi Paul Schäfer, Onofre Jarpa, Sergio Diez, Karadima, Pinochet, y un larguísimo etcétera de viejos culiaos.

Quizás lo único bueno de este viejo es que sea rojo. Lamentablemente eso, no es nada más que una coincidencia.

Pero fuera de bromas. ¿Quién no tiene un recuerdo amargo relacionado con este arrebato de la imaginación mercantil?

A mi me dijeron que no existía porque no podían comprarme el Nenuco Burbujitas. Me sentí estafada, pasada por tonta, manipulada durante esos nueve años que con esfuerzo trague esos guisos horribles, fui al atribulante colegio de monjas argentinas, religiosamente todos los días del año, solamente para que el viejito se acordara de mí.

No era por interés, era por lealtad. Después de todo, era tan parecido a Dios, ubicuo y omnipotente que todo lo sabia, y que todo lo veía cuando, producto de la modernidad, surcaba el cielo montado en helicóptero. Así llegaba a la Pascua del Soldado, cuando incluso saltaba en paracaídas para caer justo entre nosotros repartiendo una madeja de medias horas y coyaks.

Ya me pareció raro entonces, cuando directamente proporcional a la verticalidad del mando, retribuía con regalos de una calidad según el rango de tu padre. La cuestión no era por merito propio, sino que por nepotica jerarquía.

Y eso obviamente se replica en el ejército de estólidos que plagan el planeta.

Una metáfora del capitalismo salvaje que se libera con frenesí durante una época, que se supone, cargada de buena voluntad para con el prójimo, a la luz de la estrella navideña, inspirados por la grandeza del invisible poder de un recién nacido en condiciones paupérrimas.

Y resulta que se potencia todo lo contrario. Que se atiborra con regalos, muchas veces inmerecidos e inservibles, suntuosos o solo para aparentar y sacarle pica al vecino, a niños que poco entienden de solidaridad o afecto, porque educados bajo el régimen voraz, no han conocido más que cosas.

Por ultimo, sea el viejito pascuero, el ufo navideño, o el mismísimo Jesús, si le regalan un cachorrito, cuídelo, respételo, ámelo y manténgalo feliz sin abandonarlo en un potrero cuando crezca.

Son mis sinceros deseos para esta navidad.

domingo, 5 de diciembre de 2010

La realidad y la verdad





La verdad no es lo mismo que la realidad. Los hechos no tienen la profundidad de las razones que dan curso a lo que en evidencia sucede. Puede parecer irónico. ¿Pero no parece ser una parodia esto de estar vivos?

Siempre he creído en que el objeto antecede al deseo y que lo material supedita a la ficción. Que en definitiva los ideales por si solos no existen, porque siempre son motivados por algo existente, tangible, de facto. Que “el yo pienso, luego existo” es una estupidez. Por que para pensar hay que existir primero que nada. Tener un cerebro, un cuerpo, que sea capaz de posibilitar dicha tarea.

Ustedes pensaran a estas alturas, para que la paja. Para que si el tiempo apremia. Si las líneas de esta columna escasean y el jingle es imperativo.

Simplemente porque me parece necesario tenerme a mi misma como aval de lo que pueda decir. Ustedes saben lo que es nacer solo y saber que se morirá solo también.

Ustedes y yo somos cuerpos, que aunque intenten conceptualizarse, venderse, enmarcarse dentro de una ideología, tienen una capacidad material única y perecible.

Que las cifras sean un bastón para aquellos que no pueden sino ganar o perder a modo de estafadores, como las madres que utilizan a sus hijos como razón de vida, es algo que ha dado vida y cuerpo al 9/11, al 27/2, al 8.8, a los 33, al 24.500-03.

Nos hacen creer que la caridad es algo positivo, porque no somos capaces de darnos cuenta, que al igual que trabajar por chauchas, que prestar el culo, que hacer la pata, que mendigar justicia, estamos colaborando con la mentira. Con la construcción de sucedáneos de verdad.

Una forma de salvaguardar la mediocridad de todo discurso insípido, intrascendente, pedestre e inmaterial. El fantasma del miedo a no ser verdad, una entelequia dispuesta a ser derrocada por cualquiera, que infarta a quienes quieren construir el mundo según sus parámetros.

Es ahí donde el número encaja perfecto, haciendo historia, planteando fechas y muertos, estadísticas y gráficos, estimaciones y proyecciones. ÉXITO.

La miseria ha tenido varios managers. La religión, las instituciones gubernamentales, las no gubernamentales, las estrellas del rock, del pop, los escritores de poca monta, los animadores de televisión, los políticos. Porque la miseria es un discurso patético, improbable, maldito. Que no debería existir siquiera, PORQUE NO ES PARTE DE LA VERDAD.

Se basa en las diferencias de clases, en la usura, la explotación, LA MALDAD.

Es una realidad que existan los pobres, pero la verdad es que no deberían existir.

Es una realidad que haya chilenos y chilenas carentes de soluciones habitacionales, de salud, educación y trabajo, pero no es razonable que esto suceda.

Es real que hay gente que gana propinas, que sufre necesidades, que padece de dolores insufribles, pero no es verdad que eso sea parte de la vida.

Es una realidad que hay lisiados, es una realidad que tenemos un estado mediocre, de funcionarios mediocres, y un mundo de gente cobarde, que teme ver la verdad.

La verdad encara un duelo, una pena, un trabajo. Hacer frente a la cobardía, a la pereza, al conformismo. Despertar de la siesta y la modorra para atacar el objeto, la materia codiciada, que aunque enmascarada en la entelequia del dinero, en el concepto de codicia, de usura, de poder, forma parte de todo acceso al deseo mezquino de realidad.

Es real que hay niños que sufren y se arrastran, pero la verdad es que la religión, las instituciones gubernamentales, las no gubernamentales y las privadas, las estrellas del rock, del pop, los escritores de poca monta, los animadores de televisión y los políticos capitalizan el dolor de todos ellos para hacerse ricos y famosos.

martes, 23 de noviembre de 2010

jueves, 18 de noviembre de 2010

Quirihues´s bar



Es una característica de los cuarteles el jolgorio y el copetengue. No es de extrañar la partuza en la media luna de Quirihue. Por eso concuerdo con Alinco, el diputado chicha-fresca, en que el escándalo desatado y la sanción impuesta a los soldados bailarines es parte de la hipocresía chilena.

Conocemos de sobra la historia del asalto al Morro de Arica. Guerreros bajo la influencia de la chupilca del diablo, brebaje compuesto por aguardiente chillaneja y pólvora, protegieron la soberanía de nuestra bella nación como guasca de curaos y a corbazo limpio.

No muchos saben que Diego Portales lo mataron de casualidad. Los soldados tenían la orden de captura, pero no de asesinato. Fueron las copas de más, la que tuvieron como resultado el magnicidio, provocando el terror de la hueste, que acañada se percató del deceso al día siguiente. Se entusiasmaron.

El mismo entusiasmo y ganas de matar que tuvo el Ejército encargado de “Pacificar” la Araucanía. Se decía que era peligroso cruzar el Bio-Bio sin una petaca de aguardiente en el bolsillo. La historia no escrita, y recientemente novelada por Patricio Manss en “El lento silbido de los sables”, relata esta barbarie cometida al calor de las botellas.

No es un secreto que los aparatos de “inteligencia” eran tan gozadores como Canitrot. Que el wisky y la cocaína jamás faltaron, como tampoco las vedettes y las canciones de Raffaella, los asesinatos y las violaciones.

Los milicos son buenos para el leseo.

Mundialmente conocido es el caso de los israelí que se entretienen tomando “divertidas” fotos de las torturas que hacen a sus “peligrosos” enemigos palestinos. Lo mismo que hacen los norteamericanos, soldados y soldadas, con los irakies, y con los reclusos de Guantánamo, que obviamente deben amenizar con algún licor de preferencia.

En mi infancia pude apreciar de muy cerca el espíritu dionisiaco del batallón, que en muchos casos veía mermado su sueldo por descuentos en Cantina, una de las instalaciones más mononas de El Regimiento, con nutrida barra, decoración medieval y mesa de pool.

Esto es un escándalo, pero no porque los soldados celebren en Quirihue, sino porque es una hipocresía castigarlos cuando la institución fomenta el arrebato de la sangre, cuando históricamente se ha utilizado el alcohol para envalentonar a la tropa.

Puedo dar fe del daño que ha hecho en los hombres y sus familias el incentivo a la “camaradería”, al “Drink, drink, drink” inmortalizado por Mario Lanza.

Recuerdo a un Coronel que obligaba a sus soldados a beber junto a él, y no podían retirase hasta que quedara ahíto de celebración.

Y esto, que pareciera ser baladí, “una tontera” en palabras de Rafa Gumucio, resulta ser un aturdidor de conciencias, para que la carne de cañón se mantenga eufórica, anulada, perfectamente manipulable.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿Fair Play? Las pelotas




Todo sigue marchando sobre ruedas. Las cosas parecen continuar viento en popa, mientras el vaivén nauseabundo, agita a la tripulación. Pero no estamos para motines, ni trote alguno. Las fiestas culturales siguen su carta de navegación, y el espectáculo futbolero aumenta la sensación de que el tormentoso juego democrático esta a penas comenzando.

Los pobres si pueden esperar porque el show debe continuar. Así la espera se hace mas llevadera, y el viaje, aunque incomodo, entretenido.

Bielsa pudo hablar 90 minutos multiplicados por cada centavo ganado en el negocio “deportivo”, y aun así, de las supuestas lecciones, de la filosófica experiencia, de la audacia perentoria, del ultimátum desafiante, son cosas del futbol.

Que el futbol sea política, sea economía, sean modelos y drogas, nos habla que el ideal de “corpore sano” esta enfermo de muerte a causa de una mente permeada por los discursos y prácticas mas nocivas y decadentes.

Si bien se agradece que el DT haga esfuerzos en develar la maraña putrefacta, las cosas no van a cambiar mientras los estatutos comerciales, los honorarios exorbitantes, la esclavitud del cuerpo para desatar la pasión de una multitud de ciudadanos estafados, continúe siendo culturalmente aceptada sin hacer un sinceramiento de que el Futbol es una pequeña parte de la sociedad, utilitaria, decorativa, distractora, de los grandes y esenciales problemas que nos aquejan.

Pero los piratas y los capitanes, beben juntos en la cantina los licores que sus esclavos trasladaron bogando incesantes. Parlotean a la par con cacatúas y delfines, e incluso saltan frases feroces, diatribas punzantes, lecciones de ética, saludos a la bandera, gingles fantásticamente pegajosos, palabras y más palabras, que a pesar de su rudeza no se baten en un duelo decisivo.

Están mirando a los veintidós sudar la gota gorda en busca de un gol.

Lo reconozco. Pago CDF, porque soy hincha de Colo-Colo, y a pesar de que me joden con que es un equipo fascista, intento separar aguas, porque no me voy a poner a pensar en el Estadio construido por Pinochet, en el Club comprado por el pulpo Piñera, ni en las elecciones de la ANFP en las cuales se ha inmiscuido, porque entiendo el populismo e intento disfrutar del esfuerzo de los 11 gladiadores que intentan dejar todo en la cancha, so pena de la carga de basura y desperdicio.

El Futbol hace tiempo que esta manchado, la pelota desinflada y la cancha rala. Y eso porque tanto lo fundamental como la salud, la vivienda, la educación, auténticas preocupaciones, y lo accesorio como el futbol, son un excelente negocio.

Por algo quemar dinero es un delito más grave que robarlo. Porque esa entelequia, ese artificio, esa farsa, es hoy por hoy, el corazón de la humanidad.

Estamos perdidos en el infinito por ciento de números torturados por financistas macabros, por sádicos usureros, por Don Cangrejos y Tíos Ricos, que solo se contentan con aparecer en el Ranking de Forbes, porque esa “es” la Tabla de Posiciones del juego verdadero, sin nada de reglas o normas, nada de trabajo en equipo; la perseverancia y la superación tienen como modus operandi la competencia desleal, la mafia y el transfugueo.

¿Fair Play? Las pelotas. Para que estamos con cosas. Monopoly es el deporte Rey.

domingo, 7 de noviembre de 2010

La importancia de llamarse Paul (O Piñera)



El profeta de los tiempos ha de convertirse en pulpo a la gallega. Porque el futbol es el tiempo. Porque sólo 90 minutos te hacen ganador o perdedor. El marcador es definitivo. Y más vale tener un gol de penal, que una tesis doctoral en Frankfurt. (O un doctorado en Harvard).

Porque 33 caracteres deciden la sobrevida que tapa toneladas billonarias de muerte. Y eso parece chiste de gallegos. Una tontera que se trasforma en milagro. Así como decir Miguel Ángel de Villa Alemana CNI mediante. ¡Qué recuerdos!

Cuatro años que parecen ser un suspiro en la vida cívica de cualquier político con legítimas aspiraciones, puede ser en la vida molusca, la ventosada a la vitrina mundial. Porque el pronóstico, la predicción, sigue siendo el talento divino.

Un minuto de silencio por el Pulpo Paul. Un minuto de silencio por la especulación. Un minuto de silencio por el loto y por el Kino.

Así, con el vaivén del nuevo milenio, nos vemos la cara entre rajazos y numerología. La incerteza del sistema permite a Jodorowsky ser un Best Seller, al Pulpo Paul ser un personaje público y a Piñera ser el presidente del Mundo.

Qué Joyse, qué oráculo de Delfos, qué Maquiavelo. Hemos entrado en la era de acuario agarraditos de una pata del Tercer Reich. PORQUE CHILE SOBRE TODO. PORQUE EL COLO SOBRE TODO. HEIL, Y MIL VECES HEIL PULPO. QUERIDO PULPO PAUL.

Un homenaje sincero a sus arácnidos tentáculos de tan insigne profeta.
Repito, un minuto de silencio.

¿Qué son 120 segundos? ¿Acaso un orgasmo? Ni cagando, pero depende, eso depende de la suerte, de la excitación, de la algidez del “momentum”, como el dólar en la guerra de divisas. Por lo tanto y considerando la infraestructura biológica de un pulpo, todo puede pasar. Como que 33 mineros estén vivos a pesar de la barbarie miserable retrotraída a la cuestión social del entrañable Baldomero.

Como la estupidez de un pulpo a la gallega, que pierde todo por la ambición octopeda de echarse a 17 millones por el fraude en la ANFP.

Y usted no me entiende, me encuentra “Loca, loca” como la canción de Chico Trujillo. No me importa. Qué más da, si además, la muerte no importa. Hay Wikipedia que podrá inmortalizarnos.

Que va que los diarios envuelvan pescados o guaguas bastardas, hay virtualización, “clouds computing” que harán el inconsciente de la época. La que dejará en los anales de la historia a el octópedo, y en la posteridad como seguro candidato a rol de anticristo.

El pulpo es el que se adelantó a la fuerza corrupta de la carne, la esclavitud bien remunerada del cuerpo. (Futbol, en términos simbólicos, o explotación del hombre por el hombre en términos mediocrizados).

¿Díganme si a estas alturas no encuentran cierto parecido entre Paul y Piñera?
Un ludópata que consiguió que el Olimpo lo aceptara entre bombos y platillos.

La cuea, la racha, la estrella en la frente que brilla sin que sean tres magos negros los que te pongan la fianza, sino que miles, embobados por los neones de los marcadores del juego.

Maravilla de época, inmediata y perfectamente temporal.

El Pulpo Paul a Muerto. ¡Viva Piñera!

martes, 2 de noviembre de 2010

Del Bacheletcidio al Piñerazo

No se sabe pero se siente. Esa es la magia de la política, más si es a “la chilena”. Marcados a fuego por el ingenio o la estulticia, por la vanidad o la paranoia, hay situaciones inevitables, como el paso inexorable del tiempo, que margina todo criterio distinto al planteado por el vaivén bipolar del péndulo cucú.

Porque la yeta visible de nuestra primera presidenta de la República, fue superada por el rajazo de nuestro primer presidente derechista en un estado de derecho.

Las cosas a veces están marcadas por una huella trazada por lápices omnipotentes que paradojalmente dibujan mamarrachos ininteligibles.
No pocos sentimos vergüenza propia y hasta espanto.

Demudados por la absorta mirada ignorada de Bachelet en la Onemi, la orate locuacidad de Vidal, su vocero, ahora montado en un tanque con el mismo fascismo de su delfín Harboe, el racismo de Perez-Yoma, el usufructúo de Viera Gallo, el nepotismo de Lagos Weber, no hicimos lo que pudimos, cuando hicimos lo que quisimos con nuestro pellejo.. Y tras el silencio, el bullicio del neopopulismo de Piñera; una vergüenza que cambia de sitio, porque está mezclada con un rastro de venganza, de destino, aunque sea innoble siquiera pensarlo.

Este tipo que en plena revuelta que los jóvenes hacen en contra de la reforma en las jubilaciones impulsadas por el bonapartista Sarkosy, se calza el sombrero de Napoleón, mientras es felicitado por los líderes del orbe por el salvataje a los 33 mineros explotados por un sistema reventado, y del cual ha sacado tanto provecho tanto en términos privados como públicos, es nuestro líder indiscutido.

Un hombre que ha crecido con el mismo vértigo de una acción al alza, pero que a pesar de haber sido tocado por la fortuna recorre el mundo regalando piedras de un territorio depredado por la ignominia y ferocidad del mercado.

No podríamos estar más develados. Más evidentes, más puros en la absoluta transparencia del poder. Vulgarizados por las circunstancias. Por el reflectante encandilamiento del espejo amplificante de la prensa y el espectáculo.

Porque mientras el “Presidente” se siente héroe de una gesta, los mineros se declaran “victimas”, no solo del encubrimiento de los gobiernos de turno, sino del sistema completo, y de sus propias y cotidianas ambiciones, tan rastreras y vendepatrias como las grandes aspiraciones del capital. La violeta ya lo dijo: “el minero ya no sabe cuánto vale su dolor”. O quizás sí, y lo homologa con el valor de un plasma, o de una contundente compra en el supermercado.

El sistema funciona, porque las maquinas humanas funcionan, porque la producción en serie funciona, porque la moledora tiene carne que moler. De otra forma nada de esto sucedería.

El Bacheletcidio es una cosa. El tiro en la cabeza dado casualmente, como jugando, por una Concertación colapsada por sus errores “no forzados”, y otra muy distinta es que todo confabule en otorgar oportunidades para calzar sombreros con tanta cinta a quienes no tienen cabeza.

Y eso primeramente, porque estamos haciendo el trabajo del sombrerero de Lewis. Choqueados por tanta imbecilidad que reina, o de la antigua reina en éste, el país de las horrorillas, hacemos la pega de coronar con la horma perfecta a nuestro propio captor.

lunes, 18 de octubre de 2010

Diga 33






33 Mineros, encontrados el día 33 de las faenas de rescate, durante un día que su sumatoria arrojaba 33, mediante un papel escrito por uno de los mineros con 33 caracteres. La T130 rompió en el refugio 33 días después del hallazgo, y una vez que los mineros arribaron a la superficie, demoraron 33 minutos en llegar al hospital, con cronometro en mano. Por si fuera poco, el día que la cápsula Fénix izó a los 33, fue 13 del 10 del 10. Saque cuentas. Ni que lo hubiese predicho el Pulpo Paul.

Según la numerología, el 33 representa el amor en su estado más puro, que significa entrega, sacrificio y compasión. El amor que genera los más altos ideales y que no vacila en sacrificar todo lo material o personal para defender sus sueños y ofrecerlos a sus semejantes.

El denominado Número Maestro, en honor a la edad de Jesús cuando fue sacrificado, dicta que tan altas Vibraciones deben ser usadas con cuidado, respeto y prudencia, ya que el ascendente que tienen sobre los demás es muy grande y si se hace mal uso de éste no sólo retrocede en su propia evolución, sino que lo paga con quebranto y angustia moral. Deben huir también del fanatismo, o de presumir de sus poderes de intuición y clarividencia.

O sea, estamos ante un peligro evidente.

Además de Piñera, que dijo haber soñado con los 33 vivos, tenemos el efecto “pindi” de una serie de personajes políticos, y no políticos como el “negro”, que quieren subir sus bonos con la audiencia mediante el uso y el abuso de los 33. ¿Qué hacía ahí de punto fijo la senadora Isabel Allende? ¿O esa suma exorbitante de hiperventilados periodistas que enloquecen durante cada contacto, relatando una y otra vez el “ambiente” que se vivió en la mina San José, o los entretelones, deslices, y miserias cotidianas de los mineros ya en la superficie? Eso que no he cuantificado los “famosos” de todo el mundo que por sus plataformas envían filantrópicos saludos.

El show mediático, que está lejos de culminar, ha transformado a los mineros en celebridades que aun no “ven la luz” respecto al precio de la fama que verán desplomarse sobre sus hombros una vez en el infierno a descampado. Y aunque tenemos de sobra claro que los 33 mineros tuvieron los pies, y de hecho hasta la cabeza, bien plantados en la tierra, sus vidas se están convirtiendo de sopetón, en la que vivió Daniela Tobar en la casa de vidrio, o Edmundo, o Carlita Jara en sus casas estudios.

Decir 33, era para los médicos antiguos, el camino hacia el conocimiento del estado de salud de sus pacientes. Según esta lógica, todos tendríamos un diagnóstico más o menos científico de la histeria, la ambición, como también la energía y motivación que otorgan sucesos laico-milagrosos, que acarrean tantos beneficios para quienes los viven. Porque el minero amputado tiempo antes del derrumbe, producto de la precariedad de las condiciones laborales en las cuales se desempeñaba, piensa que de haber estado ahí adentro, con los 33, ahora tendría sus dos piernas, el chocoso del zar minero Farkas, y una promisoria carrera televisiva asegurando sus finanzas por un tiempo prolongado.

Lo paradojal es saber que tanta parafernalia tecnológica, herramienta importada, experto altamente capacitado, sea desplegado en circunstancias que el drama de los 33 fue provocado por las deficiencias imperdonables del capitalismo y su supuesto progreso. Por la falta de todas estas innovaciones. Por la indecente práctica empresarial que omite lo medular respecto a los métodos de producción y mantiene condiciones de esclavitud remunerada para sus empleados.

Ahora se despliega como la cola de un pavo real, todos los chiches 2.0 que dejan boquiabiertos al mundo por su “desinteresada” aplicación. No se ha escatimado, como tampoco se escatimaron los años de invariabilidad tributaria para las mineras en el Royalty recién aprobado por el parlamento, oposición mediante. Porque ahí los 33 pasaron piola, como pasó piola que Lagos Escobar diera 'chipe' libre impositivo hasta el 2017, o que en 2003 -durante el gobierno de Bachelet- fuera reabierto el pique de la minera San Esteban. Quizás hubiese sido distinto si fuera misia Verónica Michel quien pronunciara 33. Algo en la T sonaría arrastrando más de alguna culpa.

El Metro Moneda





El flautista ciego de la Estación La Moneda tiene una de $50 en su brillante tarrito, y eso que ya son las 10. Esos rostros anónimos que se apretujan con olor a Ballerina en el pelo por la mañana y a uno indefinible por la tarde, que ridículamente libran una batalla campal por el respeto al “metro” cuadrado, una vez que son expulsados de los vagones parecen hacer una tregua y convenir sobre el severo juicio a la interpretación de esa melodía cuasi nortina, indígena, triste, que nadie escucha, o que todos escuchan y les carga… No es para menos, estamos en el centro de La Metrópolis, en el corazón político de Chile, en el lugar donde nacen las decisiones mientras flamea hermosa, la solitaria figura de la monumental bandera.

El ciego no se ha adecuado a los tiempos. De seguro es analfabeto braille, y así como nosotros un incógnito, pero aún más que eso. Un mendigo, un NN, un marginal que con su flauta marginal, toca melodías marginales. Un descolocado. Fuera de todo orden señalado. Peor que el anarquista cada vez más intelectual, o el neoliberal, igualmente enemigo de las leyes y las instituciones públicas, que sin embargo ha creado su propia cultura, haciéndola, pese a sus conceptos, oficial. El flautista ciego, en cambio tiene el descaro de enrostrarnos su condición de marginado. No solo dice, o gana plata oponiéndose al Leviatán. Él muere en las calles a vista y paciencia de nosotros, los hombres y mujeres de la patria, tan distintos, tan anónimos, tan ignorados y explotados, pero todos tan chilenos.

El flautista seguramente también es chileno, pero parece no pertenecer al estado de Chile, ni representar el espíritu bicentenario, menos la fortaleza de los mineros. Parece acercarse más a la realidad indígena, esa que gracias a su instrumento de viento puede evocar.

Como me lo explicara mi maestro Miguel Alvarado “Para el viejo Hegel el Estado es la entronización de la razón en la organización de las relaciones sociales, por lo tanto, una sociedad sin Estado debería ser irracional, inconsciente, incapaz de tomar decisiones sobre la integridad física de sus miembros, y quienes pertenecen a esa cultura irracional se les debe proteger de sus impulsos, deseos y cavilaciones degeneradas: si no hay Estado no hay racionalidad; no existe entonces sujeto autoconciente, por lo tanto es la cultura occidental como cultura dominante la que decide cuando la muerte es una legitima inmolación y cuando la muerte es un sacrilegio, un crimen y un desperdicio”.

Si los sacrificios son hechos por la patria, como tomar el metro cada mañana e ir a trabajar durante más de 8 horas, acortando la “vida” como popularmente se le conoce a ese tiempo en el que uno debe desarrollarse como ser humano y intentar construir algún reino de este mundo, o de otro, es loable y maravilloso. Eres un buen elemento. Pero si sufres y mueres por causas ajenas al sistema pautado por la República, estamos hablando de un ente patológico, miserable, raro, reprobable a todas luces.

Lo paradojal es que el mapuche prefirió luchar mediante la huelga de hambre a ser sometido a los dictámenes del estado y la ley chilena. Tan paradojal como que ese ciego de Moneda, aún siendo chileno no tenga un estado al cual recurrir para ser digno de morir por la patria, y debe recurrir a la limosna y la buena voluntad de los que sí podemos sentirnos orgullosos de exprimirnos voluntariamente en las estaciones. Lo hermoso, que a pesar de su ceguera, de esa oscuridad que no sufrimos, tenga una flauta en sus manos para tocar notas arcaicas. Sonidos de aquellos olvidados, como él, por el estado y sus fórmulas que parecen estar nada más que en las buenas, como en un matrimonio por conveniencia.

miércoles, 6 de octubre de 2010

El Eufemismo




Parece inverosímil. Una cuestión sacada de algún cuento loco de la generación Beat. Algún burdo poema del Realismo Sucio, porque así es. No podría relatarse con eufemismos, porque lo estaríamos camuflando, haciéndole el juego al discurso oficial. Ese que hace encolerizar a los honestos de todas las épocas. A los jóvenes que desplegaron un lienzo, en 1967 en el frontis de la casa central de la Universidad Católica, y a los jóvenes que atacaron este 11 de septiembre 2010, a los periodistas de los medios de comunicación candongos y falaces, escribiendo "La prensa Miente" en las puertas de un utilitario blanco afuera del Cementerio General. Pues ya no es solo El Decano quien lo hace, incluso podríamos decir que no emplea la patraña en su sección de economía, porque ahí están bien claras las cosas, si es que uno sabe sobre jerga financiera.

Pero así están las cosas. Fuera de la solapa mediática, el trato directo no emplea concesiones. Como siempre ha sido.
Sin embargo, hay una institucionalización en la dimensión del lenguaje de ciertas prácticas que siempre sucedieron, pero que al calzarle nombres nuevos, pertenecen a una puesta en escena naturalizada, incluso cool. El amedrentamiento físico ahora es llamado bullying, el pueblo es denominado usuario, la esclavitud pasó a llamarse sueldo mínimo, y los serviles ahora son ponderados como propositivos. El compañero es el colega, y la prostituta, una scort.

Pero donde las papas queman, donde los gallos salen a la pelea, donde la vida urge y se enerva, los neologismos, extranjerismos, palabras de moda y buena crianza, son una forma de solapamiento de, que aún de la tecnología y el avance, o fin de la historia, el ser humano sigue siendo el mismo.

Hace pocas semanas fui a la cárcel de menores de Limache, o “centro privativo de libertad”, para niños desde 14 a 17 años, que viven hacinados en celdas, llamadas “casas”, donde habitan no menos de 26 reclusos, o “internos”. Esos niños no van al colegio, y se dedican a elevar volantines o amedrentar a los más débiles. La mayoría estaba por robo con intimidación, y por esto les dieron 26 meses de pena. El taller sobre poetas del mundo, les intereso lo suficiente para que 18 niños pusieran atención y participaran. Puede ser porque son escasos, ya que no tiene un programa de educación sistemático, pero se supone que están “rehabilitados”, listos para enfrentarse al mundo, después de experimentar la decadencia del encierro, con la putrefacción y la miseria que esto conlleva. La orfandad, la precariedad, la mala educación, la pobreza, es solapada con la reforma procesal y la rebaja de la responsabilidad penal.

Lo mismo sucede con la cesantía, el centralismo, la muerte del campo chileno, que se traduce en la Conscripción, después del episodio de Antuco, finalmente voluntaria. La falta de conciencia social, la ausencia de leyes laborales, la atomización del movimiento sindical, la baja representatividad de los parlamentarios, tienen como resultante la subcontratación y la flexibilidad laboral. El machismo, el sexismo, las tradiciones del matrimonio, la sumisión, los roles sociales arcaicos, las manifestaciones culturales obsoletas, los fetiches religiosos, icónicos en el “femicidio”. Y así me podría pasar la mañana dando ejemplos de los nuevos términos, de la vanguardia retórica a la que estamos expuestos, para entender que los años no han pasado en vano, aunque sí.

El lenguaje del progreso no ha evitado que por el Twitter y los Blogs, herramientas punta en el desarrollo de la nueva era comunicacional y de las redes sociales globalizadas, muestren la hilacha los seres humanos comunes y silvestres, anteriormente parte de la masa, “cubrida”, como diría Piñera, por el manto homogenizador del discurso oficial, patetizado por los medios de comunicación.

Es así como hoy por hoy podemos conocer el pensamiento de mujeres tan distintas como Teresa Marinovic, filósofa y conservadora, y María Carolina, reconocida scort chilena. Ambas están unidas por sus ideas antimapuches.

Sin eufemismos, la primera nos habla de lo “malcriados” que le parecen, comparándolos con un niño de tres años que por maña se niega a comer, y la segunda va un poco más lejos, cito: “Los mapuches son unos resentidos sociales. Que se mueran, total nadie los va a extrañar”.

Así el racismo sin solapas, la vida sin eufemismos, sin caretas, que es como dormir a la intemperie sin colchón, dura, como un poema de realismo sucio, como un cuento escrito por un drogado muchacho sin esperanzas y sin amor resulta ser lo que necesitamos para darnos cuenta de cómo somos. De los demonios que hemos alimentado mientras con hermosas palabras construimos una canción que será interpretada por un coro de ángeles a sueldo.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Aún tenemos patria, ciudadanos





No podemos ser mal agradecidos, menos ingratos con el terruño, mal que mal esta porción de tierra nos vio nacer en hospitales donde las peruanas paren en los baños y los matasanos cambian las guaguas. Igual no más, estamos vivitos y coleando, y como los 33, estamos todos bien, contentos y dispuestos a celebrar este bicentenario como si fuera algo excepcional, intransferible, como si a ningún otro país de Latinoamérica le estuviera pasando.

Eso no sé si será por ignorancia, o por el agueonamiento tan propio en nuestro adn nacional. Pero harta gente parece que creyera que esto que vive Chile, es parte de algún mérito propio. En todo caso da lo mismo. Siempre hemos tenido voluntad para celebrar en estas fechas, aunque personalmente no tengo que esperar septiembre para endieciocharme.

Es cierto que algo hemos cambiado en doscientos años. Ya casi no quedan rajaos como Jorge del Carmen Valenzuela (el chacal de Nahuel Toro), que fue arrestado en una ramada, por asesinar a su conviviente y a sus 5 hijos. Ese estilo criollocriminal, fue trocado por asociaciones ilícitas, oxicorte y psicópatas con los cuales se hace literatura.

Hoy además, tenemos un país pluralista y libertario, que acepta la diversidad, e incluso las patologías ideológicas. Gracias a esta apertura, las neurosis se quedan en eso. ¿Se imaginan a un Fernando Villegas sin una tribuna para despotricar su fascismo una vez a la semana? ¿O a Tere Marinovic sin un blog o una plataforma como El Mostrador, para dar su opinión? Un Adolf Hitler, una esposa de Macbeth, podría ser acuñada por estos lares.

Ahí se nota que los 200 años de algo nos han servido, que somos tolerantes, que por muy ebrios que nos encontremos, resentidos por la dictadura, endeudados por los creditazos del Bancoestado, enfermos sin cobertura de Isapres, no agarramos la guadaña y nos acriminamos en contra de nuestras familias, o de estos personajes públicos, que gracias a la tele, son más cercanos que la propia madre, y a lo más mandamos un posteo hipermoderno rezando “CTM”.

Estamos en el concierto internacional, en la OCDE, somos unos de los mayores exportadores de cobre, y a nuestro haber hay dos premios Nobel de literatura, y en la actualidad, una escritora Best Seller mundialmente conocida. ¿Quién lo podría pensar de esta Republiqueta a kilómetros de los centros económicos, cercada por una cordillera prácticamente infranqueable, acá, donde el diablo perdió el poncho?

Una patria lejana a esa mediocridad roticuaca y bárbara del Chacal de Nahuel Toro, un viejo curao y femicida, cuando el neologismo ni siquiera tenía la intención de existir, en los 60, antes de la revolución socialista y la contrarrevolución capitalista, que nos diera estas alamedas renovadas por donde transita el hombre librecambista.

Somos parte de una República, de un Estado nación moderno, que vitorea a sus “gladiadores” cuando visten la roja de todos, que baila su cueca loca, que eleva su volantín chupete, y que se come su empañá de pino con su vaso de vino durante septiembre, aunque el resto del año baile reguetón, juegue chumbeque, y se coma doblao el completo con medio litro de shop.

Las cosas han ido lento, pero seguro, y a pesar de que nuestro erario público sea mucho más ratón que las utilidades de Cencosud, y que a los “agoreros del pesimismo” en vez de gritar viva Chile, les de por el Marichiweu, “¡Aún tenemos patria, Ciudadanos!”.

Esta patria, claro, esta que apenitas nos gusta. Una que más parece una colonia de trasnacionales, un experimento de la sociedad del espectáculo. Pero no es el momento para aguar la fiesta, porque entre ponerle y no ponerle, siempre es mejor ponerle.

domingo, 19 de septiembre de 2010

El dieciocho célibe de la apátrida

(ESTA COLUMNA FUE ESCRITA EL 2007. CON ESTO SE DEMUESTRA QUE SEA UN GOBIERNO DE DERECHA O DE CENTRO DERECHA, JAJAJA, SUCEDEN LAS MISMAS ABERRACIONES, PUES DESDE EL INICIO LAS COSAS ESTAN PODRIDAS. OTRA COSA, Y SIN FALSA MODESTIA, ME LANZO UNA FRASE (QUE ESTA EN NEGRITA) 3 AÑOS ANTES KE LA DIJERA GABRIEL SALAZAR, CLARO, YO NO SOY PREMIO NACIONAL DE NADA.)


Si bien visité las ramadas del parque Alejo Barrios en Valparaíso y las de Talca, comí anticuchos y me subí a un inseguro juego mecánico llamado “pulpo”, la mayoría de los días festivos los pasé en casa, sin pierno, es decir sola, haciendo una exhaustiva y neurótica revisión de la programación de la señal abierta.

El lunes 17 de septiembre, día de feriado legal para aumentar el ritual dilapidador, apagar la sed y olvidar las penas, se transmitió por la señal pública un Informe Especial que daba a conocer un país indígena enterrado bajo la avalancha de ineptitudes gubernativas, un pueblo- que sólo será reconocido como etnia- en la blancura fría del olvido, amenazando con enarbolar la bandera argentina.

Chile generoso con Perú –limando asperezas limítrofes- magnánimo con Haití – reforzando la ocupación norteamericana- pero negligente y tacaño con los Pehuenche que hacen soberanía, en ésta la nación captora, no fue capaz de enviar pronta y suficiente ayuda a nuestros hermanos, que afectados por el terremoto blanco vieron morir sus animales y quedar completamente aislados de los centros de salud y abastecimiento.

Luego vino la trasmisión de Mala Leche, y el lumpen narco se apoderó de las pantallas.

Cine chileno que retrata descarnadamente la realidad de los hijos de la democracia que sobreviven con un “mono” entre los dientes y que no saben ni quieren saber de libros de historia ni de cuentos de futuro, pues allá en ese Chile que queda a varios alimentadores y troncales de la Moneda se habita relegados, huérfanos de un Estado que sólo los recuerda cuando la bronca y la pasta los empuja a las calles a descargar la ira.

Mientras, al aire en el canal del angelito la serie Héroes mostraba una excelente representación de quienes dieron vida a la República y a la política criolla, que desde tan tiernos inicios acarrea traición, personalismo y barbarie. Me fue imposible no recordarme de cuando fui por primera vez suspendida en séptimo año básico, luego de “interrumpir durante clases” de historia la perorata de la profesora Barrientos. Mientras ella nos intentaba reconstruir el heroísmo del padre de la patria, me levante para señalar que él me parecía más un tirano que un libertador y que temía que en el futuro Pinochet fuera vinculado a una figura prócer. Sediciosa, beligerante y profundamente pendeja (joven), abandoné obligadamente las aulas por tres días. Puedo sentir ahora que la saqué bastante barata, pues los sediciosos, beligerantes y pendejos que querían patria para todos, fueron fusilados por el Capitán General.

Tras casi 200 años sabemos que se conquistó la “libertad” mediante consensos, sin apresuramientos a la Carrera, sin sueños de igualdad a lo Rodríguez. Finalmente la provincia señalada consiguió ser un autónomo feudo, un lugar donde el que oprime está dentro y no fuera de la frontera. Siempre dispuesto a dialogar con el vecino, incluso hacer pactos con el Imperio; siempre desconfiado del pueblo: el roto, la china, el indígena, el intelectual, el libertario. Creando logias y sectas, pactos y guerras secretas, enquistándose y parapetándose en un poder que se comparte si se mantiene el mismo pensamiento, creando una patria sin disidentes, disciplinada como un ejército prusiano.

Tras casi 200 años, tan poquísimo tiempo para la historia del dragón rojo, me pregunto si seguimos siendo los mismos. Si el roto no es ahora el flaite y si la china no es ahora la peruana. Si el indígena sigue siendo exterminado esta vez sin picana, pero con expropiaciones, olvido y ley antiterrorista, el rompe filas silenciado con la expulsión y el libertario hostigado, ahora con carros lanza aguas, gases y manoplas. Incluso he llegado a creer que la pelolais y la pokemona son la misma y chilena mujer del siglo XIX, sumergida en las modas afuerinas.

Estos días de regocijo que nos hacen dejar en la lejanía las protestas del 29 o las reflexiones del 11 y nos curan el espanto a puntas y pies de cuecas, feriados legales, aguinaldos y reguetones, y a pesar de los castigos escolares que pretendían hacerme entrar en razón y admirar la solitaria figura de la bandera, no pude entrar en una mística patriótica. Porque quizás soy una apátrida, que reconoce que no gritó durante todas estas fiestas ni un solo ¡viva Chile¡ aunque, cada vez que escuché el poema de Lillo repetí con una extraña nostalgia de lo no vivido tan parecida a la culpa “ y serás de los libres o el asilo contra la opresión”.

viernes, 17 de septiembre de 2010

En esta edicion de Punto Final


Chile se celebra



Septiembre es el mes de los excesos, y lo fue desde los albores de la patria. El carácter fundacional que tiene políticamente este mes, lo carga de sentidos, la mayoría propios de una tragedia sanguinaria, distante del carnaval que pretenden insertar dentro de nuestro inconciente (favorecido por el alcohol, principal invitado a esta celebración).

Los traumas sufridos como nación constituyen la historia de toda porción de tierra que se precie de serlo, pues se supone que así se madura y se puede pasar a la siguiente etapa, formando parte de un proceso que nos asegura un “futuro esplendor”; la mitología patriótica, la ideología, si se quiere, resulta desacreditada en la práctica de manera radical. Porque todo lo que creímos y pensamos, como siempre, tiene fallas. Y como no, si lo que ha construido el hombre frente a lo que ha hecho naturalmente el universo, presenta un patetismo vergonzoso, y dentro de ese patetismo vergonzoso está el Estado-Nación, réplica de nuestro deseo de identidad, de nuestro afán de pertenencia, de nuestra búsqueda insaciable por saber quien somos y vernos en espejos ensombrecidos por la duda. Una unidad conseguida a fuerza de ley, que resulta ser la peor trampa, porque como es natural, “a la fuerza no hay cariño”. Y de ahí el fracaso, y la inmoralidad flagrante de cualquier festejo.

Si bien ser colonia es deshonrar a cada habitante, supuestamente vernáculo, e independizarse es mostrar coraje y autonomía, lanzarse contra los verdaderos nativos, retrotrayendo la tradición española, voraz y usurpadora, no tienen coherencia con los valores enarbolados en una revolución realizada por “Libertadores de la Patria”.

Nuevamente el tema de “los otros” es gravitante en este asunto, del extraño, que aún siendo quien por derecho de antigüedad pertenece a la tierra, se convierte en extranjero, en un elemento negativo para la constitución de un Estado de Derecho. De una República, o res-pública, en donde el ganado ciudadano tiene claras las convenciones y la señalética que le corresponden. Eso nuevo, que apenas lleva doscientos años, y que trasvasijado una y otra vez a los grupos dominantes, a cambiado de forma antojadamente, pero que ha mantenido el mismo hálito colonizador del que, en realidad, viene a sacar provecho de los recursos naturales para llevárselos y hacer negocios bien lejos de la manoseada “patria”.

Toda esta misma clase, metamorfoseada por el estilo y la moda, es quien ofrece la fiesta Bicentenaria. Porque Chile se celebra, aunque sea mediante decreto, y está bien que así sea, porque así fue como la Nación se hizo fuerte, de tradición republicana y criolla.

Pero la fiesta, que parece ser tan merecida, positiva e inocente, a modo de pulpería, se utiliza para vender, en nombre del tricolor, las sobras de un sistema reventado, pero nuevo. Tan nuevo como la Patria. esa que progresa, con su carga de artificio y “genio humano”, el mismo que creó las cuentas de vidrios de colores, y la industria armamentista, llenando de orgullo al hombre moderno, el que detestando la obsolescencia, retiró de su vista todo atisbo de primitivismo.

Hoy celebramos con la parrilla bien cargada con el buen corte de El Líder, mientras los “indios” que aún quedan, protestan haciendo una huelga de hambre, que a nadie pareció conmover, pues “guatita llena, corazón contento”. Y si a eso le sumamos estos 4 días de dilapidación y bacanal dieciochera, que nuestros honorables han cedido como muestra de aprecio al “roto chileno”, la amnesia inducida por el poder de la catarsis hará el trabajo de descompresión incluso de la curiosidad con la que algunos wincas seguían la noticia, porque sólo a menos que cumplieran un Record Guinnes haciendo ayuno, sería parte de la agenda, esa que se plaga de compatriotas estoicos, tan distintos a los bárbaros mapuches, porque aún condenados a la prisión del trabajo en condiciones de esclavitud, felices entonan el Himno Nacional todas las veces que sea necesario, haciendo soberanía a 700 metros bajo la superficie.
Así los mineros corroboran la prosperidad de pertenecer a Chile y ser símbolos vivientes del Bicentenario de este país, que demuestra modernidad paradojal, mediante las herramientas para su rescate, pues su Constitución no tuvo la “modernidad” suficiente para salvarlos de la catástrofe.

Aún así, Chile se celebra, se celebra por ser un Estado-Nación moderno, como lo soñaron los próceres y militares.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La acumulación de historia como furúnculo en la memoria




“El pasado es un país extranjero, uno hace cosas extrañas allá” según L.P Hartley, novelista citado por Raúl Zurita para sacarse los pillos y arrepentirse de la crítica que le hiciera el 2006 a José Miguel Varas al calificar de “lamentable” su obtención del Premio nacional de Literatura, marcado por un sesgo “machista”, el cual causó que Diamela Eltit (ex-esposa de Zurita) no fuera condecorada con el premio. Resulta que ahora se desentiende con una carta publicada en La Tercera, pues no quiere invalidarse como jurado del certamen para este año. Parece ser cierto lo que explica el escritor británico citado por el poeta nacional, porque ¿A quién no le ha pasado que difiere completamente lo que dijo o hizo en el pretérito?

Hoy que estamos metidos en el asunto Bicentenario, las muestras de que esto les sucede a todos, está a la orden del día. Vemos a un Presidente rechazando los indultos a los violadores a los derechos humanos, y a pesar de representar a la derecha, exige condiciones laborales dignas luego de la gloriosa salvada de los 33 mineros. De esta forma casi hace pensar que no tienen relación con la mancha sanguinolenta en la conciencia de la patria y la violenta irrupción del capitalismo que le ha redituado tantos beneficios como empresario.

Al puro estilo de Locomía, muchos son secos para bambolear las chaquetas con rítmico tupé. Y no podemos decir que alguno de nosotros pueda escupir al cielo con la certeza de que la gravedad no hará su empeñado trabajo. Pareciera que el tiempo se acomoda en el presente sin nostalgia alguna, y que la historia y la consecuencia son cárceles en donde el proceso de tumefacción es irreversible. Que los que continúan a viento y marea con un cierto estilo, aquellos que tienen militancia, que creen en algún postulado o ideal, sufren de algún tipo de daño neurológico, que se encuentran imbuidos en el estancamiento, pues “camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”.

El poeta mapuche Leonel Lienlaf, me dijo que por ser wincas y despreciar a su pueblo por flojo y por choro, no habíamos absorbido su gran legado metacultural. Los mapuches integran a su personalidad varios yoes, sin sentir con eso que están locos, y lo originalmente identitario, se encuentra en el lenguaje, en como suenan tus palabras. En el tono.

Sin embargo hay cosas que simplemente no tienen que ver con la filosófica mirada de la canción “Cambia todo cambia” o la cosmovisión mapuche, y son simple y llanamente frescuras de raja repudiables y vergonzosas, como las de Max Marambio, padrino político de Marco Enriquez-Onimami. Y ese dato, sí que no se nos tiene que olvidar, así nos digan que todo fue un mal entendido del pasado, y nos vengan con las pamplinas del “borrón y cuenta nueva”.

Max Marambio, el amigo del presidente Allende tan regaloneado en la Habana, miró su juventud como si se tratara de una película y escribió “Las armas de ayer”, libro donde reconoce haber sido formado por Fidel, el mismo que le dio el 50% de participación en empresas del estado cubano.

¿Se habrá acordado de la “historia”, que el mismo escribió, cuando estafó en la isla que le dio su formación revolucionaria y su abultada fortuna económica?

Si bien las cosas no son blancas o negras, ya que muchos están por la política de los matices, el cambalache se hace aún más profundo que en el siglo XX, por eso más que nunca debemos estar atentos.

Atentos a los golpes bajos de la historia que ataca transversalmente, pues ninguno de nosotros está vacunado ni tiene el antídoto para la descomposición de la memoria. Nadie se salva del pasado y su condena, pero es cierto que “de los arrepentidos es el reino de los cielos”. Tenemos siempre la posibilidad de rectificar.

Mucho mejor reconocer que uno “metió las patas”, que cambió de opinión, que acepta las responsabilidades, a terminar escribiendo un epitafio con la patética frase: “No me acuerdo, pero no es cierto. No es cierto, y si fuera cierto, no me acuerdo”. Es ahí cuando la historia no parece ser más, que un furúnculo en la memoria.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Rastrojos

Después de un tiempo volví a ver un gatito negro, pero iba tan apurada a pedir un préstamo, que tuve que dejarlo en una ventana. A la vuelta el gato estaba en medio de la calle con las tripas afuera. A veces me siento como Atlas. En esa sensación opera un espejismo de ternura aterrador. Pero así era como me dejaba el idiota, ese que me contagió hace tantos años. Su patetismo enternecedor, su fragilidad: ese espejo roto por donde mi narcisismo se acurrucaba como un perro vago. La necesidad desesperada de cariño. La mosca que dejas andar por tu cara para sentir que alguien te acaricia, a la manera de una famélica africana.

Daba asco ser tan frágil en un mundo donde sobrevive el más fuerte. Más aún cuando sabes que el más fuerte es precisamente el más débil. Simplemente era arrojado sentirse diminuto. Estaba la patética pulsión de sobrevivencia en medio de la epopeya. El germen semita que late en el David miserable que agita su onda en el fondo de nuestro estrecho corazón. Me avergonzaba. Me recordaba la insoportable levedad del ser, donde la mujer manipuladora y su perro baboso, ganan en el arte de la guerra. No había respuestas aleccionadoras, ni siquiera atingentes. Todas eran miserables, porque ahí se nos informaba del conducto regular. Y lo peor de todo era que lo seguíamos como feligreses y en procesión nos acercábamos al infierno. Nadie era tan dañino para sí mismo, como sí mismo. Y de alguna forma eso te hacia libre. Porque la culpa ya no te antecedía, no era una herencia, y solo era el devenir el que te responsabilizaba. Por lo tanto, el destino se encargaba de hacer funcionar la tragedia. Nada nuevo. El conducto regular y su certidumbre espeluznante.

martes, 7 de septiembre de 2010

Si en vez de humanos fueran animales



Cargada como parrilla dieciochera, la contingencia nacional nos dio cancha, tiro y lado para reaccionar como ciudadanos. Y lo hicimos. El twitteo derivó en protesta por los pinguinos de Humbold y hasta Camiroaga, el halcón de Chicureo, se tentó a discutir con Gil-potter sobre las implicancias del proyecto termoeléctrico Barrancones en Punta Choros. La Concertación sintió que aún le quedaban petardos que tirar para el 2014 y que nacionalizar a Bielsa ya no era estrictamente necesario. Y finalmente, como si estuviera arreglado, lo de la termoeléctrica fue revocado por decisión del mismísimo Piñera, que luego de lo de los 33 con vida, no iba a dar un pie en falso.

Entonces todos nos alegramos, porque los delfines y los pingüinos estarían a salvo.

Pero a muchos nos quedó dando vuelta el tema Mapuche. El desprecio racial, la soberbia del estado de Chile, el aprovechamiento de la ley, la sinverguenzura de quienes confeccionaron el concepto de “antiterrorismo” con el fin de castigar las justas reivindicaciones territoriales de quienes, como dijo Saramago “son los primeros”, pues estuvieron antes de que este lugar geográfico se llamara Chile.

Agustín Figueroa, el “caza mapuches”, director de la Fundación Neruda (el mismo de Canto General y Residencia en la tierra) cuando estuvo en el cargo de Ministro de agricultura en el gobierno de Aylwin, fue el primero en aplicarla para defender sus territorios en la Novena Región. En ese tiempo no se hablaba de conflicto de intereses, y parece que pasó colado. De ahí en adelante la “ley antiterrorista” fue de uso exclusivo en la región de La Araucanía.

¿Por qué? Porque somos un país racista. Un país que no reconoce su raíz étnica multicultural, que se tiñe el pelo rucio para infundir respeto, que se cambia el apellido para postular a una buena pega, que estigmatiza a los “indios” diciendo que son flojos y porfiados. ¿Y albornoz?

Desde chica me dijeron que tenía suerte de ser blanquita, y mi mamá se sentía orgullosa de algunos pelos colorines que me salían en la frente. Porque ésta situación está pisándonos los talones. En mi muro de facebook son mis primos los que me porfían que lo de los Mapuches no es tema, porque son ellos los que se las han buscado. Entonces la “Pacificación” 2.0 es algo legítimo y necesario, pues los indígenas están obsoletos en un estado nación moderno.

Y eso quien no lo sabe. Están destinados a morir o a mimetizarse con el progreso, porque al final lo único que hemos sacado en limpio de su cultura es el famoso merkén que le echamos encima a las empanadas, y ese progresismo fashion de casarse en bodas étnicas y bautizar a los retoños con nombres aborígenes.

Si a tantas personas les gustó Pocahontas, y hasta juntaron los tazos que venían en las papas fritas, ¿por qué nadie se reunió en las calles para protestar por las irregularidades en el juicio de los comuneros mapuches, como lo hicieron por Punta Choros? O ¿Por qué la ciudadanía no solidarizó con los pingüinos del Confederación como lo hizo con los pingüinos de Humbold?

Me preocupa este ecologismo galopante que no incluye como animales importantes a los mamíferos humanos. Es verdad que nosotros sí tenemos formas de comunicarnos y hacernos cargo de nuestras causas. Sin embargo a quienes siguen siendo tratados como animales producto de las injusticias a las que se ven sometidos derivadas de sus diferencias raciales, generacionales, o de sexo.

Lo único que nos queda claro es que si los Mapuches fueran mapaches, ya tendrían un estado propio con la ayuda de miles de chilenos que reconocerían su valor como especie en extinción, y sus bondades culturales e ideológicas separatistas.

sábado, 28 de agosto de 2010

El Anarquista Imaginario




Habiendo tantos ex -lauchos, miristas, y frentistas convertidos en funcionarios públicos, empresarios y respetados colaboradores del sistema neoliberal, es casi milagroso encontrar a uno de ellos en la lucha contra el poder mal habido y rastrero sin haber sido seducido por la ANI. Raro, por decir lo menos. Escaso, y por lo mismo sospechoso, como lo fue el operativo realizado por Harboe en la Usach con sables requisados que terminaron siendo parte del vestuario de los bailarines folclóricos, y productos explosivos que habían sido sacados de los laboratorios de química. Porque no digamos que es nuevo el combate a las “organizaciones terroristas”, aunque a Hinzpeter le quede mejor el poncho del fascismo.

La ofensiva contra el anarquismo es tan antigua como el negro hilo del estado patronal, tan vieja como la guirnalda floreada da libertad individual; la pugna permanente, la tensión dialéctica que nos sitúa en una estructura en donde la clasificación, ordena y decide el futuro.

La idea de salvar el mundo sola, abandonada a un arrojo tan egoísta como desprendido, me parece imposible hoy por hoy. Más cuando creo en el robo hormiga, pero la pienso dos veces, ya que mi pobre tía la pillaron echándose a la cartera un bloqueador solar que los médicos declaraban necesario para el combate en contra de los UV y era demasiado caro para comprarlo. Entonces estuvo 6 horas en una comisaría y luego en tribunales declarando por hurto. .. Estuve en una radio comunitaria, pero me echaron por ofender a uno de los próceres por decir que un pasado laucho no inmuniza en el presente cuando se es secretario de Girardi y se intenta acallar a la asamblea con las jinetas apolilladas.

Y HASTA AHÍ NO MÁS LLEGÓ LA CAUSA.

Ahora soy una anarquista imaginaria. Juego Counter strike por el bando de los terroristas, escribo columnas incendiarias, y me contacto por Internet con los conspiradores. Igual me considero libertaria, hago mi modesto aporte escribiendo algunas líneas, intentando criar a mi hijo sin el velo miserable de la dominación, teniendo un proyecto de vida distinto, pero no soy La Pasionaria, como los “anarquistas” chilenos no son Sacco y Vanzetti, o Garibaldi, o Pirandello.

Pareciera que somos anarquistas, pero imaginarios. Nosotros nos imaginamos anarquistas porque la émica de nuestro discurso es contracultural, porque nos rapamos alguna parte de la cabeza y usamos camisas leñadoras, tomamos vino cunetiado y creemos en la educación popular. A veces nos atrevemos con buenas frases en las paredes. Nos encanta la canción “Matar al presidente” y sabemos bien qué es lo que NO nos gusta, que es casi todo. Pero como todo tiene lugar en este mundo, hasta nosotros somos una pieza del puzzle amalgamado con mentiras y miserias.Un trofeo de guerra imaginario para los falsos perseguidores de siempre: Ridículamente, una “Candelaria” del Saint George que pone bombas en iglesias cuicas.

Tan Ridículo:

Como inculpar a 14 anarquistas de asociación ilícita con pruebas tan débiles de parte del fiscal Peña: grabaciones acusatorias en la que una de las inculpadas le pedía a otro de los formalizados que le recargara el celular con $3500 y que luego le devolvía la plata. El pequeño servidor dijo entonces: "Bueno, eso demuestra que había complicidad entre ambos".

Como mostrar un Power Point de rayados manifestando que “Dios no Existe”; más que evidencia en el caso “BOMBA”, son herramientas para aterrorizar a las abuelas devotas.

Como denominar a una casa Okupa como “Punto de Poder”. Otra de las alegorías hiperventiladas y alharacas, para darles importancia a estos jóvenes buenos mozos, con alto nivel intelectual y defendidos por los mejores abogados dedicados al tema de los derechos humanos. Pruebas para la risa, simplonas, poco serias que derivaron en la puesta en libertad de 6 de los supuestos “terroristas”, que quedaron con arraigo nacional.

A título personal, ojala contáramos con una organización poderosa capaz de liberar a los Mapuche en la Araucanía, a los obreros subcontratados, a los deudores habitacionales…Uno le pone color, lo imagina. Pero no.

lunes, 23 de agosto de 2010

DEDICADA A LOS MINEROS





¡Y A TODOS NOSOTROS QUE EN LA SUPERFICIE ESPERAMOS QUE UN REDENTOR VENGA A RESCATARNOS¡

sábado, 21 de agosto de 2010

Hijos del rigor…mortis





En la Mazurquica Modérnica, mi canción contestataria favorita, las cosas quedan bastante claras. El poder en sí mismo es el que contiene las aberraciones de la explotación. Por así decirlo, los funcionarios que sirven en esta estructura, no tienen más culpa que la de ser no sólo mandados, sino que obedientes con cierto automatismo. No hay una victimización del apatronado entonces, sino una necesidad que tiene cara de hereje.

Las cosas en doscientos años no han cambiado y posiblemente sigan siendo así en un millón de años más, sobretodo por la diferenciación, primero sexual, y después racial y de clases, que hace a los seres humanos sentirnos “especiales”. Incluso intentando hacer “refalósicas revolucionicas”, unos siempre terminan siendo “más iguales que otros”, parafraseando la fábula de Orwell. Pero, la lucha intestina que tenemos por pertenecernos a nosotros mismos, no tiene correlato cuando debemos hacer las labores encomendadas por la estructura, pues el soldado nazi también perteneció a una cadena de mando y fue humillado por sus superiores. El tema está entonces, en cuanto somos capaces de ceder de nuestro poder personal, o más bien dignidad, con el afán de pertenecer a la masa productiva, que utiliza las trampas del ego con un afán completamente inverso: la homogenización.

En Chile, como en el resto del mundo, el único freno a los abusos, llega cuando ya es tarde. Por eso debieron morir calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzó la fuerza pública ante la negativa de abandonar la toma con la que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían, para que quedaran en agenda los derechos del trabajador. Lo mismo sucedió con los “Héroes de Antuco”, que provocaron la resolución de hacer el servicio militar voluntario. Qué decir del tsunami o maremoto en las costas del centro sur, recién luego de la catástrofe se dispuso modernizar los sistemas de sondeo sismográfico y las comunicaciones con centrales internacionales.

Ahora con la pequeña minería, luego de tener un derrumbe completamente evitable en la mina San José, que dejó sepultados a 33 mineros copiapinos, se comienza a debatir sobre la escasa y casi nula fiscalización de parte del Estado de Chile, que se surte de esta faena altamente peligrosa sin los estándares de seguridad pernitentes, y peor aún, sin los impuestos correspondientes a tamaño esfuerzo del obrero. Pareciéramos estar frente a la obra del entrañable Baldomero Lillo, pero cien años después. La “cuestión social” se ha quedado en los Paper sociológicos, o las obras de Gabriel Salazar, premio nacional de historia despedido de la Universidad Arcis, a la llegada de Max Marambio como presidente del directorio.

Si bien es cierto que el papel del Estado es cuidar a los ciudadanos, parece que la segunda tarea, la de cuidar la propiedad privada, es el imperativo categórico que domina. Pues haber cedido a las presiones para la reapertura de la mina durante el 2008, en pleno mandato de la socialista Bachelet, es la evidencia de la holgada relación entre los patrones y los “servidores públicos”.

Hijos del rigor…del rigor mortis. Porque se necesita la visita de la “huesuda” para comenzar a hablar sobre los derechos, olvidados ante tantos deberes ciudadanos.

¿Cuantos muertos necesita la historia de un país, me pregunto, más un país golpeado por la tiranía, para reaccionar? ¿Cuánta hambre, rabia y sufrimiento?

Es como si estuviéramos esperando al Mesías, esperando ya sin esperanzas más que la de la leyenda cristiana que desde el cielo, extramuros de esta condenada cárcel a tamaño mundial, venga “alguien” a rescatarnos.

(y eso que no me acordé de Chaitén)

jueves, 12 de agosto de 2010

Un mono que más pareció un mamarracho



Los “monos”, tenía entendido, eran levantados en periodos de campaña por los operadores políticos para que sus jefes, los candidatos, pudieran tener buena cobertura de prensa. Así se logró el Lagos Weber y Joaquín Lavín posaran étnicos –pintando el mono- en La Isla de Pascua, para el deleite de la opinión pública, que no es otra cosa que el parecer del duopolio de la información, o cuarto poder, destinado a mejorar la imagen de los poderosos. Pero resulta que me equivoqué, porque los “monos”, éstas situaciones de fantasía que logran captar al público fácil, encarnado por un electorado cada vez más acotado y vetusto, son la forma oficial de hacer política en nuestro país, todo el tiempo. Así se capta a la audiencia y la triste simpatía de ciudadanos que han confundido a los políticos con “artistas”, que puestos como comediantes, aseguran un lugar en escena dentro de la sociedad del espectáculo. Ahora, podíamos esperarlo de casi todas las instituciones privadas y públicas, más aún teniendo como antecedente el magnifico ritual chileno denominado Teletón, pero digo casi, pues en un país profundamente cristiano, no se esperaba meter en el mismo saco a La Iglesia Católica.

A pesar de ser más tendiente al satanismo que al catolicismo, producto de una espeluznante experiencia en mi más tierna infancia siendo alumna de Los Sagrados Corazones, guardo total respeto por instancias como La Vicaría de la Solidaridad presidida por Raúl Silva, quien nos dejó un legado de justicia y apoyo a las víctimas de la Dictadura. Pero hoy por hoy, la obra del Cardenal, ha quedado como un lejano recuerdo, pues los casos de abuso a menores, pederastia e incluso almacenamiento de pornografía infantil, han mermado la habitual reverencia de los fieles y de la sociedad en su conjunto. Al parecer la iglesia debía, por su subsistencia, levantar uno de estos “monos”, un distractor que nos hiciera olvidar a los Karadima Boys, relatando en horario estelar, las guarradas del sacerdote, o al esquizofrénico Escrivá de Balaguer, con sus discípulos, su esposa y niñitas incluidas. Y quien mejor para hacerlo que Goic, el cura con estampa de actor de películas de terror, ese que con su sotana negra repite agitado el terrible “Vade retro Satanás”. Si bien se agradece su contribución a la discusión sobre el Sueldo Mínimo hace un par de años, para éste reajuste, estaba en otra. Levantando el mono del Indulto Bicentenario, quiso tapar la mansa cagadita que tenía dentro de su corroída institución. Ésta parece ser una de las peticiones más osadas, por decir lo menos, que se ha hecho, tomando en cuenta que para éstos personajes existe otra justicia, la canónica, en donde sí se practica una suerte de “indultos” a la mayoría de los clérigos que han incurrido en delitos, y por medio del pecado de “omisión” se dilatan los juicios, o simplemente se hace vista gorda de los casos. A lo más son “dados de baja” como se hace en otra de las justicias a parte como la castrense, o la de la Fifa, en donde las penas son de suspensiones en la participación en los torneos.

Ya hace varias decenas de años “la cuestión del sacristán” dejó clara la división entre el poder del Estado y el de la Iglesia, y hace aún más tiempo que Napoleón se calzó la corona sin esperar que el Papa le hiciera los honores. Por eso resulta incomprensible que en el siglo XXI se venga con estas propuestas, más aún sabiendo que un indulto general, sin hacer distinción entre civiles y militares, necesariamente iba a provocar una división en la frágil unidad nacional. Lo único “general” que es digno de acceder, es a la Huelga General, pero a un perdonazo a los violadores de derechos humanos, apelando a la indulgencia que ellos jamás tuvieron con quienes persiguieron, torturaron y mataron, es radicalmente descabellado, absurdo e inaplicable.

Si bien es bastante evidente que este es un “mono” parado por la Iglesia, no queda bien claro porqué sacó beneficios de esto Hinzpeter, al rechazarlos de plano, y Sebastián Piñera al negar indulto a los delincuentes, narcotraficantes y procesados por casos de lesa humanidad, distinto a lo que hizo Frei con el narco Vargas Parga y Lagos con el asesino Manuel Contreras, al que incluso agradeció por colaborar con la aclaración del crimen de Tucapel Jiménez. Es innegable que el gobierno de derecha, aprovechó inteligentemente el blufeo clerical para limpiar la mancha sanguinolenta en la conciencia de la patria, y que a los curitas no les sirvió más que para empeorar la ya dañada institución, incapaz de generar una propuesta seria, o al menos un “mono” coherente, pues éste nada más les alcanzó para mamarracho.

sábado, 7 de agosto de 2010

la estetiCista

La prueba del delito yacía como marca en mi cuerpo, y ese "estuvo ahí", no me dejó tranquila por dos semanas.

Lo obvio del ejercicio del poder, era lo que me enmudecía.

Me guarecí una semana completa para no dejarme en evidencia, pero el tiempo, en ese entonces, era dinero. Fue una semana después cuando volví a desnudarme frente a la esteticista. Haría borrar las fraccideses y abundancias, marcas sin la violencia fresca, más amables y hasta bellas. Él mismo, años antes, dijo que yo necesitaba un tónico reafirmante haciendo un show al estilo ¿Quién le teme a Virginia Wolf?, pero en versión libre a lo Morandé con Compañía, en frente de nuestros compañeros de clases que celebraron a viva voz. Es decir que, de alguna manera, yo estaba ahí por su causa. La vulgaridad que compartíamos y que no queríamos asumir. Quería ser "otra" para él, para gustarle. Necesitaba de la sofisticación, lo "distinto" al habitual transito de deseo.

Decía que las "gordas eran más agradecidas", y había una que no olvidaba porque le pedía que le apretara la cara mientras copulaban. Se reia de las gordas.

La masajista (ESTETIcISTA) se horrorizó al ver un África completa tatuada con un verde agusanado en mi brazo posterior, abajo de la axila y hasta el codo. Le dije que había sido hace una semana, que ya no importaba, que me dijo borrón y cuenta nueva. Le conté lo del vestido azul, lo de la foto, y de "los ojitos" que se supone, yo puse para otros. Lo demás: el mantra misógico de "maraca" y el cigarro que saqué de su boca y apagué en su horrible camisa café. Que me había sacado de un ala, y que me había caido en el umbral de la puerta, que me había dolido y que en ese momento me pegó en la cara un manotazo de ida y de vuelta. Luego le conté que al otro día, en un cine, me había hecho callar de una manera malvada. Que se molestó no sé porque cosa, cosas mias, en las que él no se metía. Le molesto que otro que podía ayudarme, lo hiciera.

Siempre pensaba en carne. En trasvacije, le dije a la esteticista. Me dijo que así era a veces. Recordé a mi tía y sus consejos, esa misma semana, cuando vino. Al parecer todas las mujeres mayores cercanas en ese momento, me vieron y me dieron un consejo.

Mi tía me dijo que estaba loca si seguía en eso, que los hombres celosos están malditos, que donde miran hay trampas y veleidosidades. Mi mamá también fue justo esa semana, cuando el moretón estaba más morado y hacia calor. Me dijo "te sacaron la cresta pues hija", y entendí que no había sido un accidente. Que, aunque en esa tocata me pegó también, yo había reaccionado, y por último, me había servido para llegar a él. Era estúpido, lo sé. Estaba loca. Pero lo que teníamos estaba más allá de los límites, por lo menos los de él, y yo siempre quería seguirlo. Era su fans. Pero ahora era distinto. Lo encontré malo. Sobretodo por dejarme a pata pelada y sin abrigo con todo el frio que hacía. Qué me mintiera. que me dijera que me había tirado las cosas por la ventana y que se las habian robado. Que solo me dejara pasar por verguenza de que lo vieran sus amigos que estaban en la botillería, y que creyeron que yo le estaba gritando "te amo", cuando le estaba diciendo "devuelveme mis cosas". Que se rieran porque estaba medio desnuda, con el vestido azul, sin pantys ni zapatos. Y cuando subí, ahí estaban mis cosas. Encima de su inmunda cama.

La esteticista dijo que no, que llamaría a su yerno, amigo de él, para decirle que cómo se le ocurre tener amigos así. Yo me opuse, y no creí que lo fuera a hacer. Hasta que supe que sí, que así fue. Que él estaba furioso. Que no quería verme más. Entonces hice un último esfuerzo, cuando equivocó el mensaje para su hermana y me llegó a mí, pero no hubo caso. Me dijo que "ésto" era privado, que "éstas cosas" no se contaban. Recordó fantasias de ayer, cuentos de su mejor amigo, canciones de franz ferdinan, y luego el mismo mantra misógino; yo le recordé que él era igual a su padre y que terminaría peor.

Y me fui. Sí, me fui, tan lejos como pude. La esteticista me había dejado tan rica, tan frivola, y con tantas ganas de cariños amorosos y festivos, que llegué hasta el atlantico, y florecí en una isla.
Su violencia se diluyó en el pasado, como la carne machucada se recompuso en dos semanas en mi brazo, mi costado y mis patitas apretadas reiteradamente contra la puerta. Yo las puse ahí para sacar mis cosas. Pero cerró la puerta varias veces, hasta que tuve que quedarme afuera. Y ahí pasó lo de "devuelveme las cosas"...

...Quizas deba poner la otra mejilla como me influencia su madre y su mejor amiga, pero no me olvido. Tengo memoria de elefante
... Quizas algo se machucó en mi cerebro en ese tiempo.

El dolor de ser tonta. De haberme comportado como una miserable rata, palpita en alguna parte. Recién ahí recordé que decía que "a las flacas el pico le llega más adentro". También se reía de las flacas.

Si no hubiese sido por mi esteticista, seguiría lamentandome aún más, por lo inevitable.

martes, 3 de agosto de 2010

El Desasociego



"El cansancio de todas las ilusiones y de todo lo que hay en las ilusiones: su pérdida, la inutilidad de tenerlas, el antecansancio de tener que tenerlas para perderlas, la amargura de haberlas tenido, la verguenza intelectual de haberlas tenido sabiendo que tendrían tal fin"

Fdo. Pessoa

sábado, 31 de julio de 2010




Me había curado. ya no padecía de ningún trastorno. dormía en abundancia y tenía mis tres raciones diarias. mi cuerpo respondía bien a cualquier estímulo, y las drogas y el alcohol, eran consumidos sólo en ocaciones, en dosis inocuas. El pelo había comenzado a crecer un centimetro por mes, porque se encontraba sano. ya no lo tinturaba ni me rasuraba la frente. las voces en mi cabeza casi no resoplaban, y nada se agitaba en mi interior. Una calma diletante, un frío congelante, un momento demasiado largo, frenando al péndulo y al viento que un día dije eran mi alma. entonces el mar donde todas las olas son un respiro, se convirtió en un pozo del cual se bebe. la sal se aposó en los fondos, y tanto kraken como krill emprendieron una diáspora.

La paz traiciona a los guerreros, y los guerreros mueren en las zanjas donde antes pasó un río.
Los guerreros mueren bajo el sol quemandoles el rostro.
Los guerreros mueren con las botas puestas.
Los guerreros pasan agosto silenciosamente agachados bajo un árbol.
En cuevas los guerreros esperan que pase la lluvia, y por no mojarse pierden la batalla. y aún así los guerreros mueren, mueren bajo el sol de invierno, mueren cuando comen tres raciones diarias, y el sudor está guardado bajo la piel losana y sin rasguños.
Sólo se puede ser veterano postumamente. y en el obituario de la toño dominguez, me veo ensartada.
Consumidas las uvas ¿qué queda del racimo?
Cuanto importa el ovalado sentimiento de materia.

Arreglando un anillo con la gotita que la abuela guarda en la maleta azul, el orfebre de los sueños intenta reparar una promesa.

Las micros taxutal me llevan lejos por los cerros, donde los pobres viven con el mar adentro, y entre fonolas y pizarreños, los niños tienen una laguna donde pescar para el almuerzo
mientras su madre limpia la imagen de la virgen maría.

Allá bien arriba está una casa amarilla con un portal enorme que da a un bosque salvaje, pero hay que pagar entrada, entonces le pido al micrero que baje. El micrero me dice que no se devuelve por un solo pasaje, y que me tengo que ir por mi cuenta. Entonces bajo a saltos, cruzo un puente, veo a un gato, enemigo mio desde siempre. Está ahogándose en el torrente y camino por las piedras hasta alcanzarlo, y en el esfuerzo lo veo roto, descuerado, con sus vertebras al aire, desvestido de sus motivos felinos, como un terminator sobreviviente en la escena de la fábrica... Y se lo pasó a su dueña, que lo compadece lentamente,paladeandose en una secreta venganza.
Yo sufro más que ella, pero continúo mi retorno, a la Itaca, donde sólo se vuelve para morir.

lunes, 26 de julio de 2010

La misma camada




La justicia y la ley no se han visto ni en pelea de perros. No han sido presentadas y ni de nombre se conocen. Eso explica muchos males republicanos, sobre todo en un país constitucionalmente miserable. Se pueden explicar estas repudiables prácticas, pero son difíciles de entender, pues se encuentran basadas en un orden antojado que responde, como siempre, a la misma camada. Tras veinte años, que en el tango se hacen pocos, pero que en la vida pública son suficientes –pensemos que la Dictadura duró hasta un poquito menos- para replantear el país que queremos, no se dieron más que excusas. Continuismo, colaboracionismo, esteticismo, marketing, administración de la pobreza, asistencialismo, y lo demás, profundización y perfeccionamiento del modelo económico. Ahora se rasgan vestiduras, se golpean el pecho, lloran sobre la leche que ellos mismos tiraron al piso. ¿Usted sabía de la “invariabilidad tributaria” hasta el 2017 cedida por el emperador Lagos Escobar a las transnacionales mineras? Ahora que Piñera se aviva con el tema de la reconstrucción y los 600 millones de dólares de impuestos por Royalty, nos damos cuenta que es inadmisible y canalla, para todos los que creemos en la defensa de nuestros recursos naturales, dar blindaje tributario a estas empresas que capean impuestos como en ninguna parte, salvo en nuestra flor de país. En Perú el royalty es de un 20%, en Argentina 30%, en EEUU 35%, en Australia 40% y en Chile sólo es el 4%. (Según patito navia por cuestiones técnicas qu yo no entiendo, el royalty en chile finalmente asciende a un 21%, así y todo es más bajo que en cualquier otro país)

Vergonzoso resulta pensar que los hoy opositores comenzaron con el remate, y peor aún es ver como negocian pidiendo invariabilidad hasta el 2021 y no hasta el 2025. Perdónenme los admiradores del unigénito, pero hasta razón le encuentro al Ministro de minería de carcajearse en sus narices. Que no sean 8, sino 4. Y de la renacionalización de los recursos minerales y no minerales, nada. De un aumento significativo al impuesto, ni pío. ¿A qué le tienen miedo nuestro administraidores? ¿A que la siniestra mano invisible les apuñale la imagen pública como lo hicieron con Jorge Lavanderos, reconocido por meter bulla con la defensa del cobre? Es difícil de entender que se tenga tanto cuidado con las mineras. Es difícil porque una empresa que explota en un lugar geográficamente determinado, en donde el material extraído no está en todas partes, no le conviene retirarse del negocio, aunque le suban los impuestos. Así de rentable es la minería. Tanto que en los últimos días en el cargo, Soledad Alvear firmó el proyecto Pascualama con la Barrick Gold, dejando el territorio “investigado” sin soberanía, y peor aún, provocando la desaparición de los glaciares Toro I y II, dejando al Valle del Huasco contaminado y con una sequía irremediable. Para más remate, nuestro “Chile cobre y mineral” invierte un 10% de las utilidades de la minería en el Ministerio de Defensa, más claramente en las Fuerzas Armadas, que curiosamente han dañado el orden patrio, y de defensa, déjenme mandarme una segunda risotada.

Las leyes parecen estar relacionadas, pero no con la justicia, porque si se han visto simplemente no se acuerdan. Todo es raro de esta forma, confuso para los que nos caben dos dedos en la frente y tenemos algo de cariño por el terruño, y no tan solo la fugaz fiebre mundialera. ¿Qué me dice de la rebaja a los torturadores de la Dina? Por una parte celebramos que la Dina sea imputada como asociación ilícita, pues eso prueba que la exterminación de opositores a la Dictadura era una política de Estado, para decirlo con más onda, pertenecía a las decisiones tomadas por la alta administración pública. Sin embargo, esta figura legal, al hacer cómplices y co-responsables en los delitos, rebaja la pena inmediatamente a todos estos asesinos. Y abrazos van y vienen de la familia Prats, y uno con cara de ¡Exijo una explicación¡

¿DE QUÉ SE TRATA TODO ESTO?

Estamos lo suficientemente distraídos con, a estos escasos 4 meses, un reality donde el protagonista se deja vilipendiar por un humorista y un entrenador de fútbol capaces de generan la pauta presidencial, mientras la oposición roba cámaras con un “momia conchetumadre”, con una Corín Tohá en el PPD, con un video de la Onemi como un esquech de “Medio Mundo”, con Bachelet vitoreando la Roja en Sudáfrica y con todos alegándole que venda Chilevisión, que se deshaga de Colo-Colo. Y de lo demás, sepa Moya. Lo importante es lo que dijo Otero con su veta diplomática, o Hinzpeter cuando defiende a Allende por la comparación con Hitler que hizo Pepe Piñera, o la caída de las escaleras del avión de la simpática Morel, y cómo no recordar el marepoto y el tusunami de nuestro esmerado Presidente. Todo pasa colado. Todo. Incluso que Somerville y Luksic, rechacen la Embajada de China después de enterarse cuanto negocio se puede hacer con el cobre, ahora que ya tienen los contactos y son amiguis de los orientales.

Y volvemos a lo mismo, porque lo trascendental es invisible a estos ojos acostumbrados a la TV basura, a la política farandulera y el morboso voyerismo que se alimenta del ridículo de los payasos de turno. Esos de la misma camada. Los colegas, los socios, los actores de esta gran farsa llamada Democracia.