sábado, 11 de julio de 2009

NADA

Después no te quejes, decía mi mamá. No puedo dejar de escuchar su voz en mis oídos, y creo que es porque me da pudor pensar que es lo que hago a cada segundo.
No lo hago sin embargo porque me falte algo, sino por la imposición de que ese algo exista.
y qué tiene que falte algo? que importa si no es entretenido? o si la audiencia no puede tolerar la horripilancia del vacio?

La amputación es aún peor si se deben gastar los ahorros en comprar una ortopedia.

No me preocupa no poder comprar lo que necesito, porque eso que se supone que necesito, sé que alguien me ha hecho creer que lo necesito. Lo que me preocupa es la incomprensión de que nadie necesita nada de esto.

Mi desconsuelo abarca las distancias más necias, ininteligibles para un alumno fiscal que hace dibujos y poemas bendecidos por el talento. Justamente esos niños que son felices aún en situaciones adversas, son los que se hacen solos sin esperar entretención más que la que les toca vivir.No necesitan desesperarse y hacer berrinches. En su hábitat si es que hay amor, no les hace falta la bisutería y la ortopedia neoliberal que les condena a un esclavismo humillante que radica en morfar y volverse enfermo. En comerse la chatarra vendida como software que evita fiebres porcinas y transito lento.

Si, es verdad, me quejo de la necesidad, y no solo de la mía, sino de la de todos, por que sé que es una complicidad que se aventura en la tragedia y eso nos convierte en hermanos.

Estamos cagados por alguna patología, pero somos honestos y corremos de todas formas con la belleza de comportarnos con el natural afecto por lo pequeño. Aún amorfos y mostruosos nos presentamos con esta carne frente a los humanos amalgamados con las maquinas. Ensamblados y reforzados para destruir construyendo más patrimonio.

Yo prefiero sobrevivir al deseo, sin cederlo ni un ápice aunque quede con un trazo, con una ternura y soledad disfrazada de hiena, pero solo disfrazada por un rato para hacerme la fuerte,sin muecas chuecas simulando un espectáculo artístico y criminal de primera línea. quizás ya he perdido el brillo, y la maldad se me quedó atorada en lo sencillo, en lo que comienza paulatinamente a oler a resignación para los que snifan con un corneta hecha con un billete de 100 dólares.

Como si se hiciera votos por una causa desconocida alegremente, con solo un poco, pues eso basta, quiero que lo residual se quede como pepitas de oro en el plato de un pirquinero.

Miro y me asusto de saber ciertos detalles de compras. De las tecnologías y su rápida difusión, interconexión, reproducción, encanto, fascinación y torpeza. Me asusta conocer en qué fue gastado el bono SAE, o como se gasta el dinero el mozo de tiempo completo del Moneda de Oro.

A mi no me hace falta. A mi no me interesa deber los meses de la renta de febrero y marzo.
No creo en la gravedad de la deuda, pero si en la deuda de Madoff, y del Banco Morgan, de los royalty que Barrick se ahorra, endeudandose así con chile y argentina, y en lo terrible que puede ser todo aquel que muerto o vivo, sea un sapo castrado croando en una noche pegoteada y virulenta.

No siento que me haya equivocado en bajarme del carro de la Victoria.

Sabes que la verdad quizás sea esa, porque ves el rostro de sarkosy y obama extasiado , como el de los liceanos corriéndose una paja en la pieza del maricón del curso, con 38 grados de calor y unos comic desgajados repartidos por el suelo y una tele con un vhs de emanuelle, que falla cada tanto. aunque la cara de obama y sarkosy ya perdió la inocencia de estos cabros pajorretes, pues tiene el poder que les confiere el estado, por lo tanto tiene la malicia de quien mira lo que mira: el culo de una brasilera que Lula les ha llevado junto a la camiseta de una selección nacional anacrónica, pero valiosa como un nobel. La muchacha posará su material como un animal exótico en ofrenda y será la delicia de los monarcas del g-8.

(igual siento la necesidad lejana de comerme a obama, y me siento tan frágil por la necesidad de un negro, pero no de un presidente)

Yo no necesito eso. He ido al casino y me han dado ganas de llorar. Pero quizás en un teletrak me reiría a gritos. Aún así, quizás tenga mi Obama, por que la suerte, la vida, el amor, no guardan relación con lo material, y puede haber un tipo igual de negro y con la voz tan profunda como obama, pero sin las necesidades de obama, o la ambición de obama, o el heroísmo barato de obama y sus políticas híbridas, perfectas como un infiltrado.

Lo único material que existe realmente es un parto. pero un parto a la antigua, vaginal, no programado y con médicos inéptos; el más claro ejemplo de la pobreza y la necesidad real a la cual tienen derecho un porcentaje absurdamente ínfimo. Y es un honor. Esas necesidades, esos tránsitos, esas humillaciones, traen mérito a quien las sabe afrontar.

Se habla desde el dolor con la lucidez del viaje y no se escatima. En la dilapidación del pozo que jamás se seca, está el flujo de la energía que no necesita carburante.

La sencillez es respetable, y siempre lo ha sido. Quien perdió el respeto al charquicán, es el que reprodujo la desesperación y el asco. Ahí los débiles cayeron en el robo suntuario e institucionalizado, en las ordenes de allanamientos a las comunidades, en el ejercicio del miedo a uno mismo. Y todo lo que de ahí provenga se enconó con odio en el alma de un diablo irradicable, que parasita en el deseo y lo convierte en el más podrido afán de ser un cabrón que no quiere ni siquiera clones, sino muertos.

No hay porque dominar la situación, y menos ofrecerse de rehén. Hacerse a un lado, evitando el "pape", es la mejor resolución, aunque no haya camiseta de la selección brasilera, ni culos brasileros, ni brunnis, ni obamas. Y todavía menos si solo se trata de una bluberri, aclamaciones pisoteadas por el espectáculo hipócrita de la diplomacia, o el entusiasmo alienado de las tristes marionetas ecológicas, parafraseando a una idem.


Al estar siendo cómplice del abuso más terrible de los últimos tiempos, no me queda más que decir que admiro la sencillez, y que la dignidad no está en erradicar los campamentos con la ayuda de una trasnacional canalla que evade impuestos y nos cobra por el espacio aéreo y terrestre para poder comunicarnos con los seres humanos, que estoy segura, podrían hacerlo telepáticamente de no estar ensamblados y extendidos a la mala con ruines artefactos que hoy copan los escaparates de las tiendas, llenan de torres Nueva Aurora y son la ortopedia del futuro que se empapa de arena, y ya es desierto.

No necesitamos ser desarrollados, tener poder o dinero para comprar situaciones y objetos que virtualizan la felicidad.
La necesidad está en el derecho de ser pobres y jóvenes.
Confiados de jugar en la intemperie.

Para qué tanto, me pregunto cuando veo las grandes cantidades de dinero, que no existen más que como títulos nobiliarios que otorgan la potestad de la muerte y degeneración sobre lo que permanece surtiendose a si mismo, sin necesidades, sencillo, regenerado a cada instante. Para qué, malditos canallas, quieren darse la importancia obligando a tantos a cortarse las piernas para hacerlos suyos.

Quienes cayeron en la trampa y fueron sometidos a la invalides, por negligencia, malos hábitos, depresión, o ambición; en este último caso la víctima incluso agradece el artilugio y lo paga en cómodas cuotas de servilismo a su captor, que lo revuelca en el deseo de volver a verse con el par de piernas, como si nada hubiese pasado, recobrando la posición erecta, con la cual se ve ciertamente mejor, como unas lolas nuevas hechas por un artista plástico, un Rodin de los quirófanos, son máquinas humanas que no saben donde empiezan y terminan, mas son una pieza compacta, indivisible, usada como plataforma, con la ilusión de multiplicarse, pero no, nada más ladrillo a ladrillo un muro,compatible como repuesto, parte de un sistema del cual nada conocen y funcionan como robots emos que compran su desdicha, y de todas maneras se convierten en un pozo. Un molino de agua que gira y es infinito,un carrusel de maniquies que giran con ruido de máquina y expele los aromas fermentados de una celulosa. Nunca volverán a moverse como un ser humano. Han entregado su deseo para que éste quede convertido en lo que mejor le parezca a los otros. las piernas reales fueron molidas como carne para algún plato solicitado en las mesas más excelsas del mundo, y las nuevas resisten las trancadas de los demas jugadores que también tienen una canilla y un talón de acero.

Obstruido y en el medio se logra un preciado tesoro: pertenecer a un grupo que cree funcionar en un encaje perfecto. Como si no existiera conflicto entre la piedra y el musgo, entre el muñón y la pierna de metal pesado.

¿Confías en una realidad infalible, como la que viven las ovejas y su pastor?

pobres ovejas descarriadas que prefieren volver al rebaño. Aunque siempre habrá otras que no lo necesitan y tienen la ternura de saltar sobre una cerca si algún amigo tiene insomnio.

Los deslindados, sencillos como globos, no necesitan más que lo que poseen. Eso los vuelve generosos como el intimista y el sabio.