lunes, 20 de diciembre de 2010

Los Zarpazos del Tigre, o sobre el uso de un “Aparato raro”




El 2010 ha sido maldito, y por más cabalera que sea, preocupándome de no pasar bajo las escaleras ni abrir paraguas dentro de la casa, no puedo echarle la culpa a la suerte.

Bien cierto es que cuando se siembran sandias se cosechan sandias, y que así mismo pasa cuando lo que se siembra es la cizaña. Harto tiempo de barbecho, arado y siembra para que haya nacido este engendro de año.

Aunque Ángeles Lazo nos convenza de que es por un transito espacial, y que el horóscopo chino predice de forma infalible, de sobra sabemos los meritos que tenemos en esta crisis.

Para que seguir con mi majadero discurso anti concertación, colaboracionistas por antonomasia del modelo pinochetista, maquilladores expertos de la escara purulenta que nos dejara la Dictadura, traidores de los principios que nos convocan, porque la ceguera de quienes suscriben como ciudadanos durante 20 años al pacto, son los responsables.

¿Cómo creer en quienes se autodenominan Concertación, palabra que según la RAE significa pacto, convenio, trato de un negocio? Es decir, quienes ejercen su “derecho” a voto, haciéndole reverencia al Binominal y el “mal menor”, no fueron engañados, sino que cómplices.

La derecha con su revolución silenciosa y su revelado desparpajo del fin de la historia, se encuentra con el proceso en su apogeo, con la situación inmejorable del caos. La oportunidad perfecta, y bien lo saben los ludópata y usureros, de sacar tajadas anchas y sabrosas.

No podemos confiar en que esto cambie mágicamente con un salto de conejo. Con la traslación y la media noche del ultimo día del año. Los zarpazos de un felino, que ya ni siquiera conserva la morfología típica de las especies cordilleranas, sino que una recargada por las influencias extranjeras, nos ha dejado en estado crítico, a merced de un practicante y un matasanos, que hace tiempo hace su trabajo de forma magistral.

Siempre ha resultado peligroso plantear la revolución. Pero esta vez lo hare pensando en que para “grandes males, grandes remedios”. Y sin tener que aplicarnos en el hombre y mujer nueva, en la escuela marxista, o en técnicas de combate; la guerra social se dará gracias al lumpen.

Porque ahí entre los olvidados, en la escoria “antisocial”, está la comprensión del problema. Porque han sido más audaces, mas valientes y mas clever que el resto para darse cuenta del tongo representado en nombre de la patria. Porque entienden que el trabajo asalariado indignifica más que el comercio ambulante y el lanzazo. Porque los presos son todos presos políticos, como dice Redoles.

Por que ellos, que hoy mueren como ratas hacinadas, espero última desgracia del año maldito, evidencian la patética situación chilena. El revoltijo, la concertación abulica de licitaciones otorgadas al marido de la ministra de justicia de ese entonces. Ambos demócrata cristianos.


La caja de Pandora ya fue abierta, el nudo gordiano desatado, y hasta el mea culpa de Altamirano cometido.

Ahora solo nos queda, como dice la canción ochentera, década siempre tan atingente pues como el retrato de Dorian Grey el tiempo parece no pasar sobre chilito: “O te preparas a morir en las trincheras, o esperas en tu cuarto la tercera guerra”.

No nos quedara más remedio que hacer uso de cierto “Aparato raro”.