lunes, 25 de julio de 2011
Solo sé que nada sé
Es feo que una mujercita se ponga a hablar de futbol. Todo lo que sé, para muchos entendidos, puede ser menos que nada. Es por eso que le comenté mis ideas a mi amigo con desventajas y alguna que otra ventaja sobrevalorada por el ordenamiento judiocristianomusulmán, para que él fuera el encargado de convertirlas en trending topic en las “redes sociales”, que finalmente se trata solamente de twitter, pero no lo hizo, justamente porque debe ser una tontera propia de mi género en estas materias tan viriles.
Es por eso que me he visto en la obligación de exponer mi teoría sobre la falta de definición y potencia de la escuadra chilena.
En primer lugar se debe reconocer que el proceso llevado a cabo por Sulantay, Borghi, Bielsa, y nuevamente Borghi, además de los clubes extranjeros, han dado un corpus futbolístico nunca antes visto en una selección nacional, por muchos talentos individuales que tuvieran las predecesoras.
El juego en grupo, la técnica, el toque, no son la falla, sino la fortaleza. Sin embargo, los baches parecieran radicar en lugares comunes de nuestra sociedad. ¿Por qué el rendimiento de estos mismos jugadores en otras latitudes consigue sacar su máximo brillo? ¿Cuáles son los factores que impiden una correcta definición y potencia en los tiros al arco contrario?
Podría especular respecto a que la causa se debe a sus orígenes socioculturales, su complexión física, su ascendiente, su estructura familiar, y en todas encontraríamos situaciones que podrían haber sido mucho mejores y que obviamente tienen injerencia en su calidad actual.
Pero este no es un tema de eugenesia, o por lo menos a mí me parece que aunque lo que está en competencia es la “raza”, hay otros factores determinantes que pudieran marcar la diferencia.
Al igual que en la educación, el talento debe ser resguardado mediante la colaboración de maestros que otorguen orientación integral. Es evidente que si la carrera de los chicos es jugar a la pelota, sepan todo acerca de cómo jugar con ella. Que tengan memorizadas las opciones, los movimientos, y las técnicas. Pero ¿Cómo no va a ser igual de importante que tengan nociones física y geometría? ¿Qué conozcan sobre proporciones?
Quizás al patear al arco se les dibujaría una línea imaginaria trazando la trayectoria del balón y no se perderían tantas opciones de gol.
Siendo instruidos en otros deportes como el pool, el tiro al blanco o disciplinas trascendentales como el Tai Chi, o géneros como el Haiku, quizás conseguirían esa elegancia, esa precisión que nos hace falta para convertirnos en una potencia por largo tiempo.
Me imagino que varias Hypatias podrían asesorar a los clásicos DT masculinos, para ofrecerles un aprendizaje holístico, que sin duda aumentaría sus talentos naturales.
¿Cuál es el destino de los “gladiadores” de la era de la globalización? Ser DT, comentaristas, rostro de campañas populistas, o simplemente un mito que recorre el mundo dando entrevistas en programas complacientes.
Un ejemplo de perseverancia para multitudes se reduce a una anécdota futbolística, porque lamentablemente, siendo que pudieran ser referentes en temas más complejos que el futbol, se pierden por no haber tenido influencias de distintas vertientes.
Sin saber demasiado, puedo concluir en que la situación del futbol es cada vez mejor, al igual que muchas otras cosas en nuestro país, pero que pueden estancarse y no prosperar por la misma causa que en otras materias nos quedemos empantanados.
Los procesos requieren de diversos factores que generen un universo propio, capaz de sustentarse y recrearse, consiguiendo permanencia y status.