martes, 26 de julio de 2011
Puede ser mi gran noche
Una vez a propósito de la película escribí sobre Slumdog Millionaire; un oráculo inasible representado por un pastiche cultural que nos persigue como si fuera el destino. Del azar que se hizo cargo de la historia de un sufrido y enamorado joven indio, así como las loterías se hacen cargo de la mala distribución de los países explotados, o sea, casi todos. Porque ya lo sabes papi. Partiste a jugarte un loto.
Por momentos uno se suma a la visión de que ya todo está escrito, que no puede cambiarse así uno luche y se deshaga en esfuerzos, y que a veces hay líneas en el tiempo que cuajan la hora de darle el palo al gato y plaf, ya eres rico sin ensuciarte las manos con negocios usureros y esclavizantes tanto para el patrón como para el empleado. Y Chao jefe!
Resulta ser una idea fascinante que puedas conseguir un monto como caído del cielo, haciéndose justicia divina con datos cantados por voces del más acá: la tele, la radio, los diarios. Confiándole por primera vez algún tipo de importancia a los almanaques, a los juegos de trivia, al dato curioso, al record Guiness.
Y como su servidora ostenta el rol de “comunicadora social” con un mar de conocimiento de un centímetro de profundidad, me atreví a inscribirme, ir al casting y quedar clasificada para participar por el sueño de mi vida: radicarme en el trópico asiático, ya sea Camboya o Vietnam, en busca de mis raíces.
Me aprendí la declaración de Anonymus : ““Repudiamos el intento del Gobierno Chileno y las empresas privadas de transformar la educación en un producto de lujo, que beneficia al sector privado que, coludido con la corrupción, pone en desigualdad de oportunidades a miles de jóvenes cuyas familias deben endeudarse para poder costear su educación u obligar a los estudiantes a tomar el ‘Crédito con Aval del Estado’”.
También me memoricé cuantos son los deudores habitacionales: 11 mil deudores en juicio. Qué entidad concentra la deuda: BancoEstado con 83%, y cuantos días pasaron bajo el Mapocho manifestándose: 40 días.
Sé de cuantos balazos mataron al Che Guevara: 8, un tiro en el corazón, una gran herida en la espalda, efectuados el 8 de octubre de 1967. Facundo Cabral: 30 balazos este sábado 9 de julio.
Si me preguntan qué institución pública cruzó su base de datos con La Polar, estaría salvada, porque definitivamente es Fonasa. O en cuanto aumenta la memoria el uso de marihuana: en un 43%.
Pero lo más probable es que no se me pregunte nada de eso.
Pero en pedir no hay engaño, sobre todo cuando está claro que siendo de una clase social desheredada jamás podría acceder a los beneficios que da el estado y la banca para estafar a los ciudadanos usuario-consumidores, con algún mercado que quizás no haga grande a la nación pero si al bolsillo izquierdo.
Por eso, por el heroísmo de querer pasar el alambrado económico, me autodisculpo de participar del show mediático. Porque estaré ahí develando lo que ya dijeran Los Prisioneros, porque es “una humana condición /o es nuestro estúpido sistema/es una nueva religión”.
Todos tenemos algo en común…queremos dinero, y como además sé que los insectos tienen 47 dientes, que Denisse Campos está procesada por porte de cocaína, que el cocodrilo no puede sacar la lengua, que la supuesta mujer que tiró la bengala se llamó Rosinery Mello, alias fogueteira, que la capital de Micronesia en Paliquer, o que el Mar Caspio es el lago más grande, capaz que algún monto pueda caerme.