martes, 3 de junio de 2008

Advertencia y luego Estoy Verde



ADVERTENCIA: TODOS los textos de El blog de KAREN, compartidos PUBLICAMENTE, para el vogerismo y la pornografía intelectual de multitudes, no responden a la realidad tal cual es, pues es LITERATURA. Es por ello que me resultan patéticos e irrisorios los comentarios que vinculan la realidad FICCIONADA, a mi vida privada.

Si bien hay acontecimientos que forman parte del andar de cualquier persona que intenta apasionarse en sus minutos de existencia y que padece como cualquier ser humano, de la persistencia en la memoria, todos éstos se encuentran intervenidos por la imaginación, retocados con las malas palabras y los escándalos alguna vez soñados en el matinal barro reflexivo. No soy una excepción a la regla, comparto la homogenización nefasta y circumbirúmbica del entramado, soy frívola heredera warholiana, y cadete neonata de los titeres con cabeza. No tiro por el culo rayos de fuego y me parezco a cualquier madre del mundo, padezco de la misma neurosis fértil de los poetas moquillentos de los bares, que abudan y dan pena y de la rancia y viril furia de los vendedores ambulantes.

Los amigos que quieren, preciosa y pretenciosamente, dejar entrever un grado de cotideanidad en sus posteos, como los tantos anónimos, exigentísimos demandantes de conductas morales de criterio individual e intolerantes editores de contenidos, ya que actúan de jueces decisores de las temáticas que se deben o no abordar, cuando y en qué tono en El blog de KAREN, mi medio se simulación comunicativa, DEBEN entender que éste es un espacio libre de censura, en donde la experimentación narrativa es en miras, a largo plazo, de obtener una escritura fluida, provocadora, intuitiva y conectiva, que aunque transite por el narcisismo, en ningún caso es, ni será, un diario de vida.

En una plataforma cibernética, enmarcada en un nuevo sistema, o antisistema, sin reglas y ni siquiera lugar físico, el plano virtual es literal y en efecto, la única imposición. Trabajoso resulta estar explicando conceptos del común conocidos. Trabajoso resulta tener que estar explicando cada uno de mis movimientos a personajes que a mi juicio, hasta antes de los comentarios acaecidos, tenían un C.I promedio e incluso superior a esta base proletaria-usuaria-crediticia, pero me han decepcionado tanto como año tras año lo hago religiosamente con mi santa madre.

Esperando que sigan disfrutando o lacerandose producto de mi ácida prosa sin que tengan que verse tentados a achacarme ninguna carga, pregunta existencial, duda complicativa, capciosa infidencia neurológica o urinaria, Se despide, Siempre MIA. K


Pd: La petición de información será retribuida sólo si a mi criterio tienen importancia fundamental para los blogeros. Con respecto a cual es la literatura que por estos días estoy leyendo, puedo decir que El sueño americano de Norman Mailer, novela autobiográfica supongo, pues se trata de un intelectual pop, veterano de guerra, misógino y calenturiento, que por todo le echa la culpa a las mujeres. También leo constantemente Los cantos de Maldoror, un trágico señorito que se cree el más malo de todos los malos, y otras cosillas, como Juan Emar y sus días, en donde una surrealista carcajada le persigue.

ESTOY VERDE

Estoy verde como la canción de Charly. Así ando por las calles de Valparaíso, el lugar más “loco” de Chile, según se dice. Mediante el periodismo extremo veo que tan progresista es esta ciudad cosmopolita y que tan “preparados” nos encontramos para la invasión eXtraterrenal.

Verde de envidia


Pero, Karen que te hiciste. ¿Tenía que ser ese color? Se me preguntaba con avidez.
Superaba el entendimiento crepuscular de la sociedad chilena. Quien lo diría, si ni las carreteras de la libre información, ni la llegada del nuevo siglo, ni la muerte de Pinochet, nos permitían despojarnos de nuestra boba forma de estereotiparnos.

Me recordé de un dibujo que hice en cuarto básico, en ese colegio de monjas argentinas en donde no te educaban, te “traumaban” de eficaz forma para ser una buena dueña de casa. Bastó que mi bebito tuviera el pelo verde para que la “madre” me increpara de duras formas por no haber respetado los designios de Dios todopoderoso, el peluquero oficial de la tierra. No había tal color en el genoma humano y debía de inmediato cambiar la tonalidad del cabello de mi diseño de recién nacido.

El verde desde entonces quedó en mi retina como el color de la insubordinación, ese de la naturaleza más intrépida y salvaje.


El WanderS “seguro a ganar” (bis)



Oye no es por importunarte, pero ¿Dónde te teñiste el pelo? Mi hijo quiere tenerlo bien verde porque es de la barra de los Panzer.
Jaja – lancé una forzosa carcajada para superar el raudo enrojecimiento de mejillas
Mire yo quería tenerlo azul, pero algo falló en la decoloración y me quedó verde- intenté explicarle sobre mi extraña apariencia, mientras le decía que iba a postularme como reina de Wanders.
Ya me siento caturra de corazón- le dije haciéndome “la linda”

Y es que mi cabello siempre ha sido mi juguete favorito. En esta ocasión el azul rey había sido el escogido para calmar mi ansiedad histérica, pero lamentablemente las profesionales del acicalamiento de la Casa Pichara, entendieron mi idea de aguas marinas como un destino turístico caribeño, porque me sumergieron la cabeza en una verdadera ola turquesa de las islas margaritas.

No pasé camuflada


En dos semanas viví la violencia de ser diferente. Todos somos diferente, pero la apariencia humana nos uniforma de manera inevitable.
En la Universidad, un espacio abierto para el debate y las ideas, fue donde recibí la mayor parte de los apelativos y calificativos en esas insoportables dos semanas.
Un compañero me dijo – Parece que te hubieran obligado, no es posible que alguien haga lo que hiciste por propia voluntad, a no ser que te estés autoflagelando.

La verdad es que a esas alturas encontraba que las explicaciones podía que estuvieran en otra cosa distinta a la de la mera tintura.

- Pareces pixelada. Te fotoshopiaron la cabeza- Me gritaba de calle a calle otro de mis camaradas de la academia.
Mi queridísima profesora de la cual soy ayudante, la Rosita Alcayaga, delante de mis “ayudados” me dijo que me veía vieja – Si parece que fueran canas verdes- expresó con ironía, agregando que la colita que me tenia agarrado el pobre pelo que me quedo mustio a la altura de la nuca se parecía al de la chimultrufia. Todo mal. La agarré de un ala, en un acto heroico por salvar mi dignidad, diciendo – yo la llamo profesora, no vemos más rato.

El Avispón Verde

De todas formas tuvo más de dulce que de agraz. El sólo hecho psicomágico de que la mujer más dura que he conocido, incluyendo las que aparecen en la historia y los mass media (Eso quiere decir que estoy contemplando a la Tatcher, a la Madariaga, a Catalina la grande, a la Quintrala y a la Mathei) Ana María Reusch, casi doctora, que me tenía en las cuerdas en su cátedra de administración de empresa, me tuviera que dar la estupenda noticia de haber eximido en el ramo, mientras llevaba un chillón y obsceno color verde en la cabeza.

Me miro con sus ojos de lince agobiado por el hambre de sangre, y oteo mi pelo con confusión reprimida.

- Te fue bien, te felicito por el trabajo, muy bien pensado.

Quedaban atrás los días en que me dijo en su oficina: “No cambiaras el mundo, el sistema te absorberá inexorablemente. Yo era igual que tú a tu edad”
Ese último testimonio que tuvo características de confesión, debía ser saldado con inclemencia.

Sé que mi pelo verde le dejó clarísimo que quizás no pueda variar la metástasis en la tierra , pero sí lo que hago con mi mollera y que ni a palos me parezco a ella, ni antes ni después, porque la “permanente” que acarrea es la indeleble evidencia del status quo que la contiene.

En pedir no hay engaño

Así mismo con mi pelo verde, fui a pedir práctica profesional a la Radio Valentín Letelier de la Universidad de Valparaíso (su gingle dice “una radio abierta” así que me tenté de hacer la prueba)

Ronald Smith, mandamás en la emisora, con su polera tan British, casi no me reconoce, sin embargo me fue de mil maravillas. El progresismo no solo quedó en su música y mi talento prevaleció. Veamos si en marzo me reciben con los brazos igual de “abiertos” a mis “súper ideas” (cosa que NO pasó)


Viejo verde coquetón vivaracho
En la calle hombres exaltados con mi apariencia me tiraban piropos como nunca antes. Si hasta uno me dio un agarrón, cosa que me hizo suponer algo de vendetta con respecto a mi looke. Porque a algunos les molestó de sobremanera, lo encontraron una sobre exposición patética y desafortunada. “El gusto de afearse” Otros más calidos me aseguraban que era una verdadera “fantasía sexual” ambulante.
El Conde de Lautréamont de cumming me miro con entusiasmo y carcajeó con desparpajo. Mientras, los poetas me comentaban que desenmascaraba mi naturaleza “bifida” y escamosa.

No me salvó ni Greenpeace


Lo cierto es que Valpo aunque cosmopolita a la fuerza, no es Ámsterdam. Mi querido puerto sigue constreñido por pasquines satánicos y conservadores como la Estrella, por Urendas, por falsos progresistas y por universitarios provincianos.
Ni los cruceros, ni el borde costero, ni el bicentenario nos harán más modernos. Por que somos lo que somos aunque hayan gritos desesperados desde las profundidades que me digan en ocasiones “verde que te quiero verde”
Dos semanas hecho lo inasible, me revolqué en mi vergüenza tiñendo mi cabello con un rojo exótico, ad-hok, con mi bizarra entraña de pobladora terráquea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La noche del Día 2 de junio de 2008, el Liceo Abate Molina fue tomado por sus alumnos, las causas están ya puestas en la palestra:
-Derogación de la LOCE
-No aprobación al Proyeto de ley LGE
-FIN AL LUCRO con los recursos del Estado
-Desmunicipalización de la educación.
-Mejoras en la infraestructura.
Por una EDUCACIÓN:
Equitativa.
De calidad.
Que no discrimina.
Otorgada por el Estado gratuitamente y no educación de mercado.
Gran parte de los liceos municipales de Talca han sido tomados por sus alumnos con el principal fin de que la LGE no sea aprobada.

Gregorio Bermudez dijo...

Estoy verde, guena historia...

Saludos
Gregorio Bermúdez