miércoles, 21 de enero de 2009

Matrimoniarme


Sin duda no soy una vaca blanca. Es por eso que ningún torito de sociedad será el que me lleve al altar. Y mejor así. Ayer soñé con Velasco, ese que da asco, Pato Navia, y un antiguo pololo llamado Guillermo. Ninguno de ellos tiene la suficiente sangre. Soñé que nadaba hasta una voyas, cruzando un mar antiguo y helado. y me devolvía. Ningún sentido.
Ayer decidí casarme. Cerrar los ojos y tirarme a un vacío tierno, a una cama elástica que en el rebote te puede hacer caer de sopetón al suelo. Me gustaría que la ceremonia fuera en Talca, para que fuera mi abuelita que no viaja hasta Valparaíso. Podría ser un casamiento a la chilena. En algún predio. Y después una fiesta en alguna casona con comida típica: chancho en piedra, churrascas, clery, borgoña, pan amasado, pernil, plateada con papas fritas, tomate con cebolla, habas con cebolla y porotos verdes con cebolla. Con hartos pitos de la zona. Con una banda de rancheras para bailar con mi padre unos corridos mexicanos. Y así estaríamos los precisos. De todas maneras reembolsaríamos los pasajes de ida y vuelta y por supuesto tendríamos alojamiento para todos, quizas en un motel parejero para que tengan sus segunda luna de miel. No sería tan caro. Al otro día podríamos irnos con todos los comenzales a Vilches¡¡ Pero quizas no sea buena idea, ya estamos entrados el verano y si es que finalmente esta genial idea fructifera, sería para Abril o para Mayo. Yo lo haría hoy mismo. Yo desde hoy quiero ser "la mujer", yo estoy cansada, sumergida en un plato de lentejas frias.
Estoy rendida.
No quiero hacer la revolución. Quiero ser como todos y hechar mano a las convenciones sociales que me saquen de la herejía, de la falta de fe, del desvarío y la humillación. Quiero usar el plan A como plan B. Y quizas ahí este el problema. Pero no se han dado las cosas, y Quintay y "mis" sueños (que son los sueños adolescentes de todos, según me consolaron como aliciente) se han desperdigado por culpas ajenas a mi deseo. Han sido robados, plagiados mejor dicho, cuando hubiesen podido ser compartidos. Ya digo yo que el egoísmo es el patrón de este fundo carcelario.
Soy simple como una alpargata, y necesito de otra alpargata, para hacer fuerzas, para ser útil, para formar una familia, así tenga que hacer pacto con el demonio y dejar que los cobardes y traidores, me digan cobarde y traidora.