jueves, 19 de marzo de 2009

La inutilidad del querer

El deseo viene a horcajadas a desvirgarme el himen
de los ojos para verte objeto perdido
entre la nada de mis todos
desvalijados y ajenos

Y estoy triste contando las chauchas
pagando las deudas del cuarto de libra de carne
que jamás será del corte que prefiero

Mi paquetito de goce en el bolsillo roto
cayendo en el inframundo del más allá
en donde la escara se transforma en coraza
potente y despechada

Una ortopedia amorosa un bizarro parche de agujero en el lomo
que es como una vagina vacuna que constriñe y ahorca cualquier intento de pene-traición

Y me gustaría fuéramos la placenta que da vida a la vida nuestra
Pero vivimos para no vivir
Para la ficción de multitudes

Y te amo igual
en el silencio de lo inacabado esperando retrotraerme a un reencuentro
en un paraíso vacío y mutuo
Infantil de olas curiosas rompiendo con la novedad de la frescura
En un paraíso vacío y mutuo
corregido de paraplejias
revocando los lenguajes inútiles que significaron la huida de nuestros cuerpos

te amo
con el sigilo de la duda
con gusanos hirviendo en el esternón de la queja simétrica
así
en lo inconcluso
en el inclusive del terror
en la afasia y la hipertrofia
con tantas ganas ambulantes
dispersas diligentes

Piratas prófugos sin solapa

“No creas en nada que nada es natural”

Se escucha en la melena de un paje perdonado por los pendencieros aulladores del bosque
Mugidos ronquidos chillidos
soplidos suspirones
congojados en el sucinto recinto de una vergüenza


Te quiero porque te quiero
porque sin esfuerzos hay belleza en la horripilante máscara
y felicidad anhelada en la confianza del revela-miento
que no llega
más que en el cuerpo horadado por los años y el desierto
de los gestos en la muerte final

Aunque seas el sincero cacique que desprecio
por su honestidad funcionaria tan parecida a la rotunda farsa
te quiero en la humillación
y el fracaso de verte envuelto en otros deseos
adosado a paredes cubiertas de azulejos perfectamente cuadrados
y yo
cuajando un amor mórbido para nada
para dejarlo ir pues no es mío ni tuyo

dislexo pedazo de sangre fluido fenecido desde los albores

Inútil
como el placer pervertido por el desprecio
en un beso sin labios y muchos dientes carcomiendo

los bordes solo míos
derramando los vestigios de una sombra que me atraviesa