jueves, 8 de noviembre de 2007

お菓子か、いたずらか

Japón, Japón. Las dos bombas dejaron tu orgullo roto. Te reconstruiste tomando las mismas armas de tus verdugos y triunfaste entre chips y neones. Alimentas al modelo, como a un verdadero cerdo en engorda. Me pregunto si tu estrategia es algún día poder devorarlo.


Japón, eres el verdadero espejo de Occidente. Consumes su imagen y la devuelves con sinceridad rebelde, bizarra. Encandilas con la horripilante premonición de caos y soledad.
La tecnología y el desarrollismo no son el futuro de nadie. No son esperanza, no son éxito. La barbarie nos persigue y se apodera del ser con superlativa facilidad. Humanos. A pesar del fetiche tecnológico, la bisutería vial y la realidad virtual.

Japón somos todos. Japón es el niño pobre y golpeado que quiere trabajar y ser grande para comprarse un auto, sin saber que en él violará por primera vez a una niña de 9 años. Japón es el anciano que compra un sitio en el cementerio para podrirse en un lugar seguro. Japón es la madre que obliga a su hija a casarse con el asqueroso empresario para ser testigo de una vida infeliz, aún del bienestar y los lujos.

Japón está en la pupila cuando fijamos la vista en el tapón de la tina, y lo sacamos. Al vaciarse caemos en transe hipnótico viendo como un vertiginoso remolino avanza rápidamente, próximo a pillarle la cola al futuro, próspero en una carrera loca, adelante... la visión es despojada de su encanto cuando un grueso grito, un alarido nuclear, un eructo monstruoso se chupa todo y el líquido va directo a la cloaca.

El cavernario podía cazar y poseer una cosmovisión que le permitía el ritual caníbal vengando su sed sanguinaria. Pero posteriormente las carnicerías, el ordenamiento judeo cristiano, las modas veganas, la civilización... suprimieron este vuelco verdadero y natural. Pero la antropofagia subyace. A pesar de el homo ciber ciber, seguimos siendo animales. Y entre más máquinas ordenen nuestra vida y más cemento cubra la tierra, mayor es nuestro apetito. Nuestro instinto asesino es lo único verdaderamente humano.

Ichi the Killer es un excelente ejemplo. VIVA EL TERCER MUNDO.


3 comentarios:

Respiracción dijo...

(suspiro) ...nada como ver cronemberg y comer sushi en el tercer mundo
:)

Anónimo dijo...

Usted es de una estética asiatica- erótica, conmovedora. Me gustaría recomendarle mi rinconcito egolatra,pero temo a sus certeras estocadas criticas. En buena hora su mal amigo le regala este buen sitio.Gracias. Le queria apreciar mas alla de las columnas formales.

El hombre perro

Anónimo dijo...

...ESO DE EXPONERSE SUELE SER PELIGROSO, AUNQUE LAS EXPOSICIONES SON SIEMPRE PARCIALES..Y EN OCASIONES MÁS BIEN CUBREN QUE DESTAPAN...
LOS JAPONECIDOS SON LA PARTE FRIA DE ESTA HISTORIA...